A horas de actuar en la Ciudadela de Pamplona, un lugar donde dice haber pasado parte de su vida, Amaia (Pamplona, 1999) analiza su presente artístico y desgrana ciertas claves de su nuevo disco, cuyas canciones verán la luz durante el próximo otoño.

¿Con nervios por volver a actuar en casa y en un escenario como el de la Ciudadela de Pamplona?

-Tengo muchísimas ganas, es que encima la Ciudadela es un sitio donde he ido desde pequeña y he pasado parte de mi vida€ Entonces tocar ahí me hace muchísima ilusión, la verdad.

Además, vendiendo las 800 entradas en tan sólo 24 horas.

-Sí, es verdad, estoy súper agradecida. Siempre me hace ilusión hacer conciertos, pero a Pamplona siempre quiero ir. Casi han pasado dos años desde el último concierto que hice en Baluarte, donde empezamos la gira Pero no pasa nada y por eso tengo muchísimas ganas, además después de todo lo que ha pasado desde la pandemia... Estos conciertos de verano son una especie de transición a lo que va a venir después. Sigo tocando las mismas canciones, pero la escenografía ha cambiado un poco. Son unos conciertos especiales para este verano, que tampoco estoy dando muchos.

En el repertorio imagino que tendrá protagonismo las canciones de Pero no pasa nada

-Sí, algún tema nuevo hay y alguna nueva versión€ Hemos cambiado el repertorio y lo hemos trabajado otra vez con la banda, renovándolo. Alguna canción nueva habrá, pero como ya he dado conciertos, estarán por Internet seguramente (risas). Pero además, como es Pamplona, también caerá una canción especial para la ciudad, para los de casa.

Ahora se encuentra componiendo el que será su segundo disco, ¿qué detalles puede avanzar?

-Estamos ya en la última etapa del proceso del disco. Lo estoy produciendo con Alizzz y tiene un planteamiento más pop y abierto que el disco anterior. Porque claro, he estado también componiendo con diferentes autores. Y a partir de este otoño empezarán a salir cosas.

Precisamente junto a Alizzz publicó el pasado año el tema y colaboración El encuentro

-Sí, para mí esa canción es un punto de partida porque a raíz de eso empecé a trabajar con Alizzz y llevamos ya bastante tiempo trabajando juntos. Pero también el disco es otra cosa, lo estamos produciendo juntos y estoy muy contenta, tiene muy buena pinta. Para mí, se ve una evolución a lo anterior. Es bastante variado también, pero bueno ya lo escucharéis (risas). Prefiero no contar nada y que sea sorpresa.

En Pero no pasa nada

-Hemos estado componiendo Alizzz y yo y también he ido quedando con artistas que me gustan. El planteamiento de artistas es bastante variado, son artistas que escucho a menudo y me gustan mucho y quería aprender de ellos. Es un privilegio poder trabajar con gente a la que admiras. Llevo tres años, pero siento que todavía estoy empezando y tengo muchísimo que aprender, por eso me gusta juntarme con gente que me gusta y ver la forma que tiene de trabajar. Y trabajar en equipo.

Pronto se van a cumplir dos años desde que tu debut viese la luz. Viéndolo ahora con perspectiva, ¿en algún momento las expectativas hacia aquel disco, que era esperadísimo por muchos, se convirtieron en cierta presión?

-Totalmente, pero intentaba centrarme en el disco. Al final, no tiene sentido estar pensando si va a gustar o no, no hay que darle mucha importancia a eso porque nunca se sabe. Sentía mucha presión y que había muchas expectativas, pero intentaba centrarme en otra cosa, que no me afectara mucho y que no me estancara en eso. Además, quería hacer el disco tranquila. Era mi primer trabajo y necesitaba tiempo e intentaba tener todo el rato esa idea en la cabeza, de que era normal que estuviese tardando, por mucho que dijesen que estaba tardando montón. Pero pensaba que era normal, un disco necesita un proceso, o al menos el disco que yo quería, porque quería que la música que sacase me representara y para eso necesitaba un proceso para averiguarlo y descubrir qué música quería sacar en ese momento.

¿Y qué diría que aprendió de aquel primer disco?

-Antes pensaba que hacer un disco era una cosa más sencilla, pero hay muchísimas cosas que ni siquiera me había imaginado. La primera vez me agobiaba muchísimo, me sobrepasaba, no me veía capaz. Sentía que me quedaba todo grande pero realmente soy consciente ahora de que hay un equipo muy grande y que todo esto no recae sobre mí, que obviamente sí, pero que también hay mucha gente profesional que está trabajando conmigo y que me tengo que fiar de ellos. Al principio sentía que me iban a engañar, pero he aprendido a trabajar más en equipo y a tomarme las cosas con más calma.

La música es una carrera de fondo, pero Amaia se saltó varios escalones en sólo unos meses. Sólo hay que repasar los escenarios donde ha actuado en Pamplona: la Plaza de Toros, Teatro Gayarre, Baluarte y ahora la Ciudadela. ¿Cuándo el éxito es tan repentino, puede abrumar y cuesta más valorarlo y manejarlo?

-Sí, totalmente, al final te pasa todo de golpe y son muchas cosas en muy poco tiempo y es verdad que no eres consciente del privilegio que puedes tener. Estás abrumada por todo, pero con el tiempo lo ves con perspectiva y te vas acostumbrando y voy siendo más consciente de donde estoy y la posición que tengo, antes no lo era tanto. Soy una privilegiada, básicamente.

¿Qué objetivos se marca con este segundo disco?

-Ahora mismo objetivos pequeños: estoy rodando videoclips, está el proceso del concepto del disco, el título. Me gustaría que quedase una cosa más conceptual que lo anterior y que se note una evolución porque personalmente siento que he cambiado bastante desde hace dos años. Estoy evolucionando como persona y me gustaría que eso se notara en el disco y que vaya paralelamente a como me estoy sintiendo yo personalmente.

Ha sido un disco compuesto en este mundo pandémico, ¿qué le ha inspirado?

-Eso no ha cambiado, cuando compongo, las emociones que siento en ese momento las plasmo en la música. Por ejemplo, en el disco hay una canción que está dedicada a un parque de Pamplona, porque me hacía muchísima ilusión.

¿Hacemos porra de qué parque es?

-(Risas) Ya veréis el parque.

Como rojilla, también se dijo por ahí que igual se animaba a hacer una canción por el centenario...

-Ya, ya, se comentó... Al final no pasó, pero sí, hubiese estado bonito. Pero sí, siempre se puede volver.

A modo de cierre, hagamos un viaje en el tiempo, al verano de 2017. ¿Qué queda de aquella Amaia que por entonces afrontaba el casting para entrar en castingOperación Triunfo

-Lo pienso bastante. Pienso en esa persona y ahora mismo soy una persona completamente diferente. Es increíble, porque realmente tampoco ha pasado tanto tiempo pero siento que he cambiado un montón a la hora de afrontar las cosas, de relacionarme con la gente. También he pasado un proceso de inseguridades y siempre hay temporadas, pero ahora estoy bastante bien y contenta. Siento que soy más consciente de las cosas y de verdad me da mucha ternura pensar en mi yo del 2017. Me gusta pensarlo.