Otro verano más, el festival Flamenco On Fire regresa a Navarra y su codirector Juan Casero analiza esta octava edición, que se celebrará en Tudela y Pamplona entre el 25 y 29 de agosto.

Al Flamenco On Fire ya le tocó lidiar en su anterior edición con la dificultad de programar un festival en plena pandemia. ¿Cuál ha sido el mayor reto de este año?

-El año pasado adquirimos una experiencia fuerte de funcionamiento con todos los protocolos del covid y esta edición está resultando casi igual, o más complicada. El principio fundamental es el de seguridad y en eso estamos, cumpliendo con todo. El reto más grande es el hecho de volver a hacer conciertos y también en la calle, que tienen más complejidad porque hay que crear un recinto, una serie de protocolos para garantizar esa seguridad... Otro de los retos ha sido salir a otras localidades navarras, como Tudela, Viana y Lizarra, y en ese sentido se ha ensanchado el objetivo de hacer llegar el flamenco y la cultura a más públicos, con la dificultad que lleva el empezar de cero en algunos sitios.

Precisamente una de las novedades de esta edición es que el ciclo F On Fire se presenta como un programa independiente al festival. ¿El Flamenco On Fire está ya consolidado y ahora la Fundación está creciendo en actividad por otras vías?

-Sí, pese a lo complicado de estos dos últimos años, creemos que el festival ha pasado ya una fase de consolidación y ahora estamos abordando los siguientes retos que tienen que ver con abrir el festival a nuevos públicos y desarrollar nuestra actividad a lo largo de todo el año.

El pasado año también avanzaron que trabajaban en Tandal, un archivo sonoro y audiovisual con fines educativos y de investigación. ¿En qué punto está?

-Después de ocho años, ya hemos cumplido una fase de recuperar la memoria de Sabicas y que la gente conozca más su figura tan importante. Lo que estamos haciendo ahora es avanzar en recuperar su legado y trabajar en un archivo tanto de cosas de Sabicas como de contemporáneos suyos y es una labor que presentaremos a principios de 2022.

Hablando de Sabicas, ¿dónde quedó ese concurso de guitarra en homenaje a su figura y que se planteó en los inicios del festival?

-Es una idea muy bonita que nos parece muy oportuna, porque no existe como tal un concurso de guitarra flamenca dentro de la complejidad que tiene el reto de organizar una cosa así bien. Es un proyecto que no descartamos y que retomaremos seguro, pero tenemos el horizonte un poco más a medio plazo.

Este año la temática del festival gira en torno a cuestionarse qué es flamenco. ¿Por qué?

-Desde hace cuatro años nos planteamos una reflexión o temática y desde hace tiempo llevamos dándole vueltas a la pregunta de “¿qué es flamenco”. Por un lado tiene un fin divulgativo, que forma parte de lo que queremos hacer desde la fundación; y por otro, el momento que vive el flamenco nos parecía que era muy adecuado para plantear la pregunta, desde la constante evolución que ha tenido siempre, y reflexionar también ahora, en un momento en que hay un cambio tecnológico, mestizaje fuerte... Hay muchos proyectos artísticos, ganas de mezclar música y una corriente de artistas jóvenes que utiliza el lenguaje de la música de ahora, de música urbana, y que tiene mucho interés por el flamenco. Por todo eso nos parecía que era interesante plantear la pregunta.

¿Cuál ha sido el presupuesto de este año?

-Muy parecido al del pasado año, en torno al medio millón de euros.

La venta de entradas se abrió hace ya unas semanas, ¿qué tal está funcionado?

-Estamos positivamente sorprendidos por la respuesta del público porque vivimos una época incierta, pero poco a poco se van agotando todas las citas o están cerca de agotarse.

Recientemente aplazaron el concierto de India Martínez, que actuaba en el Navarra Arena el 18 de agosto, a la fecha del 22 de diciembre. ¿Qué motivó el cambio?

-Responde a una decisión conjunta con la artista, de prudencia y decir que este concierto lo podemos celebrar un poco más adelante. El Navarra Arena es pionero a nivel estatal y las condiciones de seguridad son absolutas, pero hemos preferido llevarlo a finales de año.

A tan sólo unos días de arrancar esta octava edición, ¿qué objetivo se marcan?

-Sobre todo de hacer llegar el flamenco a más públicos, tanto en alcance geográfico como a nivel de tipos de públicos. La filosofía de este festival es que es para todas las edades y es un objetivo que podemos decir que se va cumpliendo. Y nuestra segunda prioridad es, como el año pasado, ofrecer espectáculos con absoluta seguridad, con el empeño de demostrar que la cultura es segura. También diría que el tercer objetivo, al hilo de la difusión y de dar que pensar, es ofrecer la mejor programación posible y suscitar curiosidad y debate en torno al “¿qué es flamenco?”.