Hablar con Daniel Imízcoz Mendizábal, nacido en Mutilva hace 74 años, es hacerlo con un hombre cargado de experiencia y con un hambre voraz por la competición. De lo primero da cuenta su extenso palmarés, dentro del que exhibe 2 Campeonatos del Mundo, 10 Campeonatos de España, 12 Campeonatos de Navarra, varias victorias en la Copa del Rey, éxitos en las Primaveras de Andalucía y de Francia... "Tengo más copas que Osasuna", ríe. De lo segundo da muestra sus referencias a la competición: "Yo soy una persona muy competitiva y siempre salgo a ganar. Por eso entreno cinco días a la semana. Ganar deportivamente, claro. Pero salgo a por todas. Después de vencer en uno de los mundiales, un canal digital me hizo una entrevista y yo les dije: 'En Navarra, hay dos campeones del mundo, Miguel Induráin y un servidor'".

Recientemente, Imízcoz se quedó segundo en el Campeonato de España de Perros de Muestra. Su gran actuación con su perro Babacay, un spaniel bretón, hizo que el combinado navarro, formado por él y Eduardo Burgos, de Mélida, obtuviera el subcampeonato por equipos en razas continentales, únicamente superado por el equipo del País Vasco. Sobre Burgos, solo expresa buenas palabras. "Es un chaval joven que tiene mucha afición y muchos papeles, que sabe de qué va el tema. Pero no tuvo suerte. Con un poco más de fortuna, habríamos ganado el torneo. Y me hubiera encantado, porque lo aprecio muchísimo", expone.

Tras dos años cercados por las consecuencias de la pandemia, Imízcoz reconoce que entre los participantes de la alta competición había muchas ganas por volver a salir al campo. "Me hizo muchísima ilusión poder representar a Navarra y estuvimos en un sitio estupendo, Santa Olalla, en Toledo, un terreno ideal. En el ambiente se respiraba compañerismo y todos teníamos muchas ganas de vernos", relata. Con 74 años, reconoce que él es la excepción, ya que los demás competidores son más jóvenes. "A mí me conocen un montón y, cuando me ven llegar, me dicen: 'Daniel, ¿ya estás otra vez aquí para darnos caña?'. Por ilusión, no va a ser, eso seguro", sentencia.

Para poder estar entre los mejores, este mutilvero confiesa que es necesario un constante entrenamiento. "Yo soy muy tenaz, conozco bien el oficio y estoy bien de salud, que es lo primordial. Creo que mi mayor virtud como competidor es que tengo muchas tablas, que sé andar por el campo y, sobre todo, mi constancia con los perros. Yo sé perfectamente, en cuanto salgo a competir, si mi perro está entre los dos mejores o tiene a nueve por delante. No necesito que ningún juez me lo diga", afirma.

Actualmente, posee una decena de perros, ya que, como revela, para estar arriba es preciso "tener material". "Ahora mismo, tengo tres perros muy buenos para hacer la gran busca, otros dos de caza práctica y tres o cuatro jovencitos, entre lo que hay uno de siete meses que viene muy bien. Hay que tener repuestos porque, si no, no puedes competir a alto nivel, ya que el perro de competición, a los ocho años, se queda sin gasoil, como se suele decir. Pero no es solo el perro, sino que el que lo lleva también debe tener cualidades para andar por el campo", aconseja.

Si echa la mirada hacia atrás, Imízcoz recuerda con mucho cariño a su perro Jaguar, un portento de la naturaleza que adquirió en Bretaña. "Fue el no va más. Llegó la primera selectiva y doblé a puntos a los otros participantes. Gané la selectiva, volví a ganar la segunda, volví a ganar la tercera, volví a ganar la cuarta... Vencí en tres o cuatro ediciones de la Copa del Rey, gané dos mundiales con él... Era imbatible. Pero de esos solo sale uno en la vida", rememora.

Sobre él mismo, admite que, con 14 años, se iba al campo con un palo a modo de escopeta. Después, muy joven, se compró un arma y un perro y comenzó a cazar. Pero cuando llegó Jaguar, se dio cuenta de que le apasionaba más la caza sin muerte que se practica en los Perros de Muestra. "Me enganchó ver los lances de los perros, contemplar cómo se quedan quietos y la vinculación tan estrecha que tienen con sus dueños", sostiene. Porque, a su juicio, esa conexión es vital en la competición: "Hay muchos cazadores que a sus perros solo los sacan los meses de caza. Pero para tener un gran perro, hay que cuidarlo como si fuese un niño pequeño, enseñándole todo, trabajando muchas horas con él y teniendo muchísima paciencia. Solo con la mirada, te tiene que entender".

Y para poder realizar esos entrenamientos, Imízcoz reclama al Gobierno de Navarra que colabore con la Federación Navarra de Caza y conceda permisos para adecuar los óptimos terrenos que existen en la Comunidad foral. "Debería habilitar terrenos, porque vivimos en un sitio que es la envidia del resto de España. Y la juventud no puede entrar en esta disciplina, porque entrenar cuesta bastante dinero, ya que tienes que viajar a otros lugares. Si Navarra dispusiese de campos de entrenamiento, en Perros de Muestra saldría mucha gente", apunta.