Dice Afrika Bibang (Algorta, 1975) que ella ha nacido para “luchar, abrir camino y educar a la gente”. Y sí, de pelear sabe un rato. Ligada a la música desde niña, durante un buen puñado de años acompañó a la banda de punk Etsaiak, para finalmente debutar en solitario en 2004 con el disco Entzun. Lejos de acomodarse, sólo un año después emprendió un periplo musical mundial que le llevó a actuar en diferentes puntos de Europa, China o Japón, hasta que en 2019 regresó a Euskal Herria. Desde entonces, con el soul por bandera, ha publicado dos trabajos, Nómada (2019) y Ispiluaren Aurrean, que vio la luz hace unas semanas y cuyas canciones presentará este domingo en la sala Tótem. “Va a ser una cita con mucha energía, power, soul y ritmo”, avisa.

Será también su reencuentro con la capital navarra, donde no actúa desde los 90, cuando ofreció un concierto en la plaza de los Fueros junto a Etsaiak. Y aunque desde aquella noche ha pasado el tiempo, cree que, en verdad, poco ha cambiado: “Sigo siendo Afrika, aunque con más años, experiencias y las cosas un poco más claras”, reflexiona la vocalista sobre un poso de madurez que, a su juicio, se puede percibir en su último retoño musical.

Un disco más maduro

Ispiluaren Aurrean son cuatro temas macerados en soul y R&B con ecos de la Motown Ispiluaren Aurrean-discografía estadounidense que publicó a artistas como The Jackson 5 y Marvin Gaye- y referencias a artistas como The Supremes, en los que, además, ha ido un paso más allá en cuanto a mensaje: “Son letras bastante más profundas, que hablan del empoderamiento, de la autoestima... y que reivindican los derechos de la mujer”.

De hecho, una de las canciones, Emakumeak, surgió desde la rabia que le provocó el juicio de la Manada: “Escuchaba las preguntas del juez y pensaba: ¿esto es una broma? Parecía que estaban culpando a la víctima, que si era una fresca, que si se iba con todos...”, critica para recalcar que “todas las mujeres nos hemos sentido molestas” en algún momento con ese tipo de situaciones y por ello escribió una canción que reivindicase el hecho de poder ir sexy. Porque, concluye, “¿qué pasa?”.

El EP también aborda temáticas como la falta de autoestima que existe en la sociedad hoy día debido a la falsedad de las redes sociales -Ispiluaren aurrean-; se reivindica en Kristalezko Kabian la independencia emocional -“no hace falta tener a nadie al lado para ser feliz, aunque nos hayan vendido eso toda la vida”-; y se recogen “miedos e inseguridades que surgieron en la cuarentena” -On my own-, combatidos por parte de Afrika “con la música y el deporte”, el refugio que encontró entonces.

Es una radiografía del momento actual que ha englobado bajo el título de Ispiluaren aurrean (Enfrente del espejo), como una invitación a mirarse a una misma. ¿Y qué ve ella cuando se planta frente al espejo? “Ahora me veo una mujer bastante completa, mucho más segura de lo que soy y de lo que quiero, y orgullosa de mi raza y de lo que represento: ser una mujer negra y vasca. Me siento con más power”.

Power, energía y baile no faltarán en su directo de este domingo en TótemPower. Acompañada de su banda, ofrecerá una actuación que define como “muy bonita”. Será un repaso por sus tres trabajos y la oportunidad de acercarse a una de las artistas punteras de la escena de soul euskaldun, que la propia Áfrika casi ve como inexistente: “No hay escena prácticamente, ni en Euskadi ni en España. Hay que hacer hueco”. Y, decidida, concluye: “Para eso estamos”.