Técnicos y técnicas de espectáculos y eventos en vivo de espacios escénicos públicos de Navarra realizaron ayer una histórica jornada de huelga, la primera. Denuncian las condiciones laborales a las que están sometidos, y piden reconsiderar los pliegos actuales.

Ayer a la mañana se concentraron frente a la sede de la Consejería de Cultura, en la Calle Navarrería, bajo el lema Los pliegos públicos crean precariedad, y a la tarde con una kalejira que recorrió Pamplona desde el Teatro Gayarre hasta el Auditorio Baluarte.

La técnico de escenario, encargada de iluminación, luces y tramoya, Miriam Zaragüeta, presente en la reivindicación, pedía que se respetasen las condiciones laborales, entre ellas el hecho de asegurar el servicio mínimo de trabajo. Denunciaba que no existen horarios, y que éstos llegan con apenas unos días de antelación sin garantías de que sean los definitivos. Son orientativos y dependen mucho de las características del espectáculo. Generalmente, se dan a cuatro o siete días vista y pueden cambiar en cualquier momento, se quejaba la técnico. Muchas veces, decía, los horarios se podían alargar hasta doce horas. “Somos los primeros en llegar y los últimos en irnos”. Apuntaba que tampoco se dan compensaciones por horas acumuladas o nocturnidades.

Por eso su mayor preocupación ahora mismo es paralizar los pliegos de contratación. Se trata de las cláusulas que rigen el contrato administrativo, donde se establecen los derechos y obligaciones de cada una de las partes. Tamara Angulo, del sindicato LAB, pedía también crear un convenio para los trabajadores y regular estas condiciones.

Esta jornada de huelga obligó ayer a suspender algunos de los eventos culturales programados en la Comunidad. Entre ellos, Baluarte canceló la obra de teatro Romeo y Julieta, que tenía lugar en la sala principal del Auditorio, y el Teatro Gayarre reprogramó la obra de Juan Diego Botto, Una noche sin luna, al 20 de enero. Además, se han visto afectadas actuaciones como las de Roberto Urrutia en Ansoáin, y la de Frank Carducci, en Burlada, que tuvo que cambiar de escenario.

Decían desde el sindicato, que apoya la huelga, que presentaron sus reclamaciones a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, y que María García Barberena, concejala de Cultura e Igualdad y Presidenta de la Junta del Patronato del Teatro Gayarre, contaba ya con toda la información de sus demandas y condiciones desde hace un año. “Tiene toda la información encima de la mesa como para tomar una decisión”, aunque destacaban que la situación estaba bloqueada y en conversaciones con la gestoría del Teatro.

Otra de las demandas del colectivo es que se respete el criterio de subrogación y se realice de forma justa, que no solo contemple la facturación y se ajuste a la realidad del sector. En Baluarte el proceso ya había comenzado. Hacían referencia a que es necesario cambiar la ley para mejorar las condiciones de subrogación, un proceso “injusto para los trabajadores”, según indicaban desde LAB, porque destacaban que dejan a los empleados en riesgo de pluriempleo.

El personal técnico organizador de la huelga confiaba en que esta jornada diese sus frutos y provocase una voluntad política para cambiar la situación, principalmente para cambiar los pliegos y, posteriormente, comenzar a redactar un convenio justo.

Las próximas fechas marcadas en rojo en el calendario del colectivo son el próximo jueves 23, cuando se reúne la junta del Patronato del Teatro Gayarre, “Tienen que tomar una decisión radical”, decían al respecto. Además, han concertado una cita con la consejera de Cultura del Gobierno de Navarra el próximo día 28 de diciembre.

De momento, continúan con las reivindicaciones. La próxima, mañana a las 11.30 horas frente al Parlamento de Navarra, durante una ponencia sobre Cultura.