Fecha: 25/12/2021 Lugar: Zentral Incidencias: Primera jornada del Festival SantasPascuas celebrada en Pamplona (el día 22 ya había actuado Dorian en Tudela). Joseba Irazoki presentaba su disco JIEL III (Joseba Irazoki, guitarra, Ibai Gogortza, guitarra, Félix Buff, batería, Jaime Nieto, bajo). Melenas hacía lo propio con su Días raros (Oihana, guitarra y voz, Leire, bajo, María, teclados, Laura, batería).

ntre sextas olas, ambiente navideño, nuevas variantes víricas y toneladas de incertidumbre, el festival Santas Pascuas volvía a llenar de música varias localidades navarras. Es de agradecer el encomiable esfuerzo realizado por la organización de este festival, que saca adelante una nueva edición en unas condiciones absolutamente terroríficas. Y lo hace, además, sin renunciar a la calidad que siempre ha caracterizado a este ciclo, organizando eventos en Pamplona y en Tudela, y dando espacio a artistas navarros. Este año, además de grandes nombres nacionales como Morgan, Dorian o Rodrigo Cuevas, en su cartel aparecen artistas de la tierra de contrastado talento, como es el caso de Natalia Lacunza, Monte del Oso, Chill Mafia o Jabi Izurieta. O Joseba Irazoki y Melenas, que formaron tándem imbatible para la primera jornada celebrada en Pamplona.

Comenzó Joseba, que salió en formato de cuarteto eléctrico derrochando contundencia desde la primera canción. El navarro es uno de los mejores guitarristas del país (además de su proyecto personal, actualmente acompaña a Nacho Vegas y en el pasado ha puesto sus seis cuerdas al servicio de artistas como Mikel Erentxun, Atom Rhumba o Duncan Dhu). Que es un virtuoso está claro, pero lo que le hace destacar sobre el resto no es tanto el dominio que tiene sobre su instrumento, que es mucho, sino su original forma de tocarlo, esa heterodoxa manera de exprimirlo para obtener de él los inverosímiles sonidos que imagina en su cabeza. Para ello cuenta con la ayuda de sus tres compañeros, que saben interpretar y poner en práctica sus ideas febriles. Se mostraron especialmente cómodos en los terrenos más oscuros y turbadores, dejando que las guitarras fuesen dueñas y señoras del espectáculo, pero estando siempre perfectamente apoyadas por la excelente base rítmica de bajo y batería, que cuando se ponía a martillear, destilaba una amalgama de ruido electrificado a la que era imposible resistirse.

Después, Melenas, que cada vez que tocan en Pamplona parece que suenan mejor, más compenetradas y con mayor complicidad entre ellas. Es lo que tiene estar continuamente en la carretera: las fronteras de nuestro país se le han quedado pequeñas a estas cuarteto que, hace bien poco, acaba de anunciar una turné de conciertos por varios países europeos. No es su primera vez: hace unos años ya estuvieron en Estados Unidos y fueron galardonadas con el Music Moves Europe Talent Awards. Así pues, con su maquinaria perfectamente engrasada, el grupo desplegó sus encantos: pop, power pop, noise, psicodelia, garaje... Una ensalada de estilos en la que se desenvuelven bien, utilizando la voz como un instrumento más que apenas destaca sobre el resto, siendo difícil entender las letras, pero resplandeciendo siempre las melodías. Repasaron lo más granado de su repertorio y terminaron en modo fiesta con Amaia (de Kokoshca) en Osa Polar, y con Kiliki Frexko (de Chill Mafia) en No puedo pensar, en la que incluyó versos de su 31014.