Rodrigo Cuevas: "La cultura tradicional necesita defensa"
El músico defiende que "ni el dinero ni la formación académica lo es todo"
- El músico asturiano Rodrigo Cuevas ha asegurado que "ahora lo folclórico es cool", pero durante tiempo fue un género poco apreciado por la parte más "cultureta e intelectual" de la profesión.
El artista multidisciplinar, quien ha revolucionado la música tradicional a ritmo de "electro cuplé", se definió a sí mismo hace un tiempo como "agitador folclórico", una "etiqueta" que reconoce que ahora le "chirría".
"Hay que poner etiquetas para definir un estilo, pero no me gustan, caducan muy pronto", asegura.
Uno pertenece a su generación, "aunque experimente sensaciones que parecen individuales, son colectivas", los acontecimientos sociales, culturales y políticos afectan igual a muchas personas, ha opinado, por lo que no cree que su estilo folclórico musical sea algo propio.
"Ahora hay muchos artistas preocupados por la pérdida del patrimonio inmaterial", ha añadido, aunque cree que en España se necesitan aún "más defensores de la cultura tradicional, el mundo rural y, sobre todo, la conservación de los oficios artesanales".
Así, ha reivindicado la pervivencia de técnicas tradicionales empleadas en la construcción, la conservación de los alimentos y el textil, que, si se extinguen, supondrían "una pérdida tremenda de patrimonio".
En su opinión, la suya es una generación engañada: "De mi clase en el instituto, solo un compañero y yo no nos presentamos a la selectividad para ir después a la universidad. ¿Por qué nos engañaron y nos llevaron contra un muro? Estaba claro que todos no podían trabajar en lo que eligieron en la universidad", ha reflexionado Cuevas, que estudió en el conservatorio de Oviedo y se formó durante tres años en Sonología en Barcelona.
Por ello, cree que "los chavales están adoctrinados desde pequeños", porque consideran que "ir a la universidad es sinónimo de éxito, estudiar FP es para los tontos y no tener estudios es de fracasados", mientras que dedicarse a un trabajo artesanal "es ya de outsider de la sociedad y de alguien sin ninguna aspiración vital".
Cuevas ha defendido que actualmente es muy difícil convencer a alguien de que trabajar en un oficio artesano puede aportar la felicidad de vivir a un ritmo más tranquilo, conforme a sus ideales, ser dueño de su trabajo y disfrutar creando algo con las manos.
"En la época de nuestros abuelos, la gente pobre eran los artesanos y los ricos eran los que estudiaron, pero ya no tiene que ser así. Ni el dinero ni la formación académica lo es todo", dice.
Ahora, "la gente busca más tener salud mental y por ello está regresando a los pueblos", concluye este músico, quien vive en una pequeña aldea asturiana con dos burrinas, gallinas, gatos y una perra.