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El arte de Keiko Hoshino, en Medialuna

Troncos de árboles inspiran a la pintora japonesa vecina de Pamplona en las acuarelas que reúne en 'Memorias del tiempo'

El arte de Keiko Hoshino, en Medialuna

La magia de los bosques, donde nacen mitos y leyendas, donde se alumbran los cuentos de hadas, donde por el día lucen infinidad de matices y cuando cae la noche el paisaje se vuelve misterioso, inspira a la artista japonesa Keiko Hoshino, que acerca al público una muestra de sus últimos trabajos en la sala expositiva de Espacios Medialuna (Avenida Baja Navarra, 36).

Hasta el 28 de mayo puede disfrutarse de este recorrido, bajo el título Memorias del tiempo, por obras realizadas en acuarela -su lenguaje- en las que la pintora vecina de Mendillorri pone el foco en los árboles, y en especial, en sus troncos. “Cuando los pinto, me transmiten sensación de vida y, por ello, también de muerte. Pinto sintiendo lo que me cuentan y comunican los árboles”, cuenta Keiko Hoshino sobre estas obras que le han mantenido ocupada con pasión los últimos dos años. “Todo nació cuando estaba pintando un árbol, y sentí todo lo que me aportaba”. Ahí empezó a ahondar en esta temática.

Son troncos de árboles de bosques de Navarra, y de lugares cercanos como el parque fluvial del Río Arga. A sus orillas hay árboles poderosos que han llamado la atención de la pintora japonesa, de los que primero ha hecho algún boceto o ha tomado fotografías, y sobre los que luego en su estudio ha seguido trabajando. “Ahí es donde pongo de mí en el paisaje que he visto, dibujado o fotografiado. Porque no me interesa el realismo como tal, sino capturar la esencia de ese árbol, de ese tronco, de lo que me ha inspirado, y transmitir de alguna manera en cada obra unas emociones o sensaciones”. Así, puede que fotografíe un paisaje “de día y luego en el estudio ese mismo paisaje termine siendo una vista nocturna al componer la acuarela”, explica.

Memorias del tiempo es la vuelta de Keiko Hoshino a la actividad expositiva en Pamplona tras su muestra individual en Ciudadela en 2015.

Afincada en la capital navarra desde el año 1990, Hoshino concibe al artista como “alguien que puede apreciar la belleza de la naturaleza en primer lugar, elevar la inspiración para explorar más la belleza y expresar lo que ha sido absorbido por los sentidos”. En este sentido, asegura que sigue “buscando el mejor estilo para expresar” lo que percibe “de la naturaleza en su totalidad”. l

“Pinto sintiendo lo que me cuentan los árboles, para mí símbolo de vida y por ello también de muerte”

Pintora