Simple, digerible, con un ritmo marcado y estribillo claro que se pueda cantar desde la primera escucha; y si incorpora algún paso de baile fácil, sexy y con roce corporal incluido, mejor. Hablamos de la canción del verano, esa tonada de la que casi todos los veranos acabamos hartos porque suena cada vez que damos un paso. La pusieron de moda hace medio siglo Los Diablos y Fórmula V, y este estío parece que va en cabeza el Despechá de Rosalía, seguido de cerca por Shakira, Aitana, Chanel, Wrs, Bad Bunny, Luis Fonsi y Carlos Vives. Y en Euskadi se añaden los nombres de Bulego, ETS, Dupla o Huntza.

La vida de algunas es más corta que la de una crisálida, solo hasta que volvemos al trabajo o a clase ante la huida del calor; además, entre las canciones del verano no suele haber muchas mariposas. El hecho de que tengan que ser pegadizas, juguetonas, rítmicas y divertidas, alejadas de cualquier acorde complejo o heterodoxo, provoca que, en no pocas ocasiones, nos alegremos de dejar de escucharlas cada vez que entramos en un bar o chiringuito, o acudamos a una fiesta o verbena. Y si no recuerda aquel Opá, yo viazé un corrá, de El Koala, Los micrófonos, de Tata Golosa, o aquel infame Mueve tu cucu.

Además, la canción del verano tiene que meterse en el cerebro y las piernas a la primera escucha. Bien lo sabían Los Diablos y Fórmula V, que pusieron los cimientos de esta competición en los primeros años 70 del siglo pasado. Ellos, con Un rayo de sol o En la fiesta de Blas, firmaron obras maestras del género estival de las que luego aprendieron otros. ¿Quién no recuerda Aserejé, El venao, Waka waka, Sopa de caracol, Ai se eu te pego, Dragostea din tei, Danza kuduru, Macarena, Aquí no hay playa, El tractor amarillo o cualquiera de Raffaela Carrá o King Africa?

‘Despechá’

Ya metidos en agosto, este 2022 no tiene una canción del verano clara. Al menos hasta ahora. De lo que no cabe duda es de que Despechá, de Rosalía, lo va a ser. Ha jugado en su contra que la canción, que estuvo a punto de titularse De lao a lao, haya llegado tarde, muy tarde. De hecho, su autora e intérprete la dejó fuera de su disco Motomami y la estrenó en directo, en su gira estival. Eso sí, luego se publicó su correspondiente videoclip, grabado en Mallorca, y sus visualizaciones se han disparado a 29 millones de visitas.

Despechá –“baby, no me llame, que yo estoy ocupá olvidando tus male”– se ha comido a SloMo, de Chanel, que, por el contrario, se adelantó demasiado a la llegada del verano a causa de Eurovisión.

Y del certamen europeo todavía sobrevive y ha llegado más tarde al Estado la canción que representó a Rumanía.

Allí no se comió un colín y ahora es una de las más radiadas del estío. La canta un desconocido que responde al nombre de Wrs y su simpatía, bailes y estribillo en castellano –“hola mi bebebé, llámame, llámame”– ha cautivado en verbenas y chiringuitos.

El electrolatino, el reggaetón y los ritmos urbanos, en general, dominan también estos meses estivales. De hecho, Bad Bunny se hace la competencia a sí mismo por la canción del verano con dos incluidas en su último álbum, De mi verano sin ti, ideal para perrear en la playa. Son Moscow mule y Tití me preguntó, esta última un repaso autobiográfico de su relación con sus mujeres. Y en el mismo estilo compite Provenza, de la vocalista colombiana Karol G., que también plantea candidatura doble con Mamiii, compartida con la otra G., Becky.

El color euskaldun a las jornadas veraniegas lo ponen grupos como Bulego con ‘Suzko erroberak’.

Otra de las habituales, Shakira, autora de La bicicleta y Waka waka, no falta en esta competición estival; y también por partida doble, ya que comparte la quizás demasiado comedida en ritmo Te felicito con Rauw Alejandro, y la más bailable Don’t you worry con Black Eyes Peas y nada menos que el llenapistas David Guetta. El colombiano Carlos Vives quiere que cantemos y bailemos hasta desfallecer con su El teke teke, en el que colaboran Black Eyed Peas y Play-N-Skillz, y que suena tan simple y facilón como cualquier hit de Georgie Dann. Ademas, incorpora también un baile ideal para moverse en grupo.

Y no faltan en la pelea el autor de Despacito, Luis Fonsi, que entrega Vacaciones, con Manuel Turizo, y Sebastián Yatra con temas como Tacones rojos, así como la unión de Camila Cabello y María Becerra en Hasta los dientes. No está, pero debería, por enjundia, sabiduría y crítica, la sesión de Bizarrap (o BZRP) con Residente. O una de las últimas sesiones del argentino, en esta ocasión con el canario Quevedo, que tanto está dando que hablar y que acumula ya más de 125 millones de visitas en YouTube.

Rigoberta Bandini, en concierto. FOTO: O. GONZÁLEZ

Estatales y vascos

Además de Rosalía, poca música de autores estatales lucha este verano. Habría que destacar a Rigoberta Bandini, Amaia y Aitana. La primera ha llamado a la segunda para colaborar en Así bailaba, un tema feminista con guiño a los Payasos de la Tele de los 70; y la segunda a la tercera para compartir La canción que no quiero cantarte, con ese verso ya inolvidable: “¿Quieres ser mi amigo? Cómeme el higo”. Finalmente, Aitana ha grabado con el italiano Sangiovanni una versión de la canción que él defendió en el Festival de San Remo, titulada Mariposas.

Y mientras Dua Lipa, Megan Thee Station, The Weeknd y Harry Styles pelean lejos del trono este 2022, la cosa está más clara en el ámbito vasco. Top Gaztea, la lista de éxitos de Euskadi Gaztea, comparte muchas de las canciones estatales e internacionales, pero añade color euskaldun a las jornadas veraniegas con Suzko erroberak, de Bulego; Bakarrik, del joven Bengo; Sumendiak, de ETS & Búhos; Kontraesanak, del dúo Dupla; Itzulera, de Zetak y Erramun Martikorena; Odoletan, de Huntza; Grace, de Izaro con Gartxot, y Kaioletan loreak, a cargo de Lamiak.