El Teatro Real se encuentra en obras, así que inaugurará esta temporada en los Teatros del Canal con la presentación de Orphée, ópera de cámara en dos actos basada en la película homónima de Jean Cocteau (1950). La ópera podrá verse entre el 21 y el 25 de septiembre en la Sala Roja y el tenor navarro actuará en la función del viernes 23. El director de escena Rafael Villalobos traslada el mito de Orfeo al Nueva York de los 90, haciendo una reflexión sobre la creación y el artista en la nueva cultura del mercado del arte.

¿Qué supone para Igor Peral debutar en la temporada del Teatro Real, aunque la ópera se ponga en escena en los Teatros del Canal?

–El montaje de esta ópera Orphée de Philip Glass supondrá la inauguración de la Temporada 2022/23 del Teatro Real y el estreno en España de dicha ópera. La circunstancia de que el Teatro Real esté ultimando las obras para reformar su caja escénica y la propia coproducción con los Teatros del Canal llevarán las funciones a este último. El mito de Orfeo será además uno de los leitmotiv que marcará la línea de programación de la temporada 2022-2023, que estará presente en el Teatro Real en tres declinaciones: la de Monteverdi, la de Gluck y la de Philip Glass. No cabe duda de que asumir este debut en la temporada del Teatro Real y con un rol principal de esta envergadura supone ante todo un reto muy ilusionante, un nuevo horizonte y una indudable responsabilidad, que estoy asumiendo con gran ilusión y mucho trabajo.

Debutar en el mismo Teatro Real será el siguiente paso anhelado.

–Esta producción ya es un debut en la temporada del Teatro Real en sí mismo. Lo importante es estar a la altura de la confianza que el Real ha depositado en mi trabajo, invitándome a participar en ella y disfrutar de este viaje. Si la siguiente estación en este camino tiene que estar en una próxima producción sobre las tablas del Real habrá que disfrutarlo como merece. Si tiene que llegar, llegará.

¿Qué puede decirme del papel de Heurtebise?

–Heurtebise es una especie de ángel guardián que personifica la atemporalidad y que deambula tanto por el mundo mortal como por el inframundo. Junto con la Princesa (representada como la Muerte), tiene la capacidad de volver el tiempo atrás y de cambiar el curso de los acontecimientos. En la obra se enamora de Eurydice. Hemos trabajado mucho en la corporalidad y el movimiento en escena de un personaje que casi es más etéreo que humano.

¿Qué exigencias vocales y de interpretación acarrea?

–Vocalmente es un rol muy brillante, extenso y exigente a partes iguales, y con una fuerte carga dramática. Si lo asimilamos a la mitología clásica sería el símil de Caronte, que era el barquero encargado de hacer cruzar a las almas de los muertos hacia el reino de Hades.

¿Cuál es su impresión de la puesta en escena y de la dirección musical de esta propuesta?

–En la propuesta escénica del artista Rafael R. Villalobos se reflexiona acerca de qué es la muerte y cómo se cuela en nuestras vidas. A lo largo de la obra al artista le acechan 2 muertes, una dijéramos más carnal y otra que sería la muerte de su obra. Así pues, se plantea una reflexión muy inteligentemente llevada y que ahonda en las diferencias entre los conceptos de fama, notoriedad y trascendencia de los artistas. Tanto el trabajo escénico realizado de su mano, como el trabajo musical liderado en este caso por el maestro Jordi Francés, han sido de una entrega y generosidad tremendas. Nos han dado el espacio necesario a cada artista para que pudiéramos crecer desde nuestra propia visión y aportación personal y nos han facilitado todas las pautas necesarias para conseguir amalgamar la propuesta.

¿Qué supone este paso en su carrera?

–Principalmente supone un nuevo reto con el que ilusionarse, una importante oportunidad con la que reafirmar que el trabajo que uno ha hecho hasta llegar aquí ha ido en la dirección acertada. Disfrutar, crecer y seguir haciendo camino creo que es mucho más que dar un paso. Es obvio que para un artista lírico formar parte de la programación del Teatro Real con un rol principal como este ya es un triunfo en sí mismo.

¿En qué momento de su trayectoria diría que se encuentra y hacia dónde le gustaría dirigir sus pasos en este momento?

–Siento que este debut en la temporada del Teatro Real llega en un momento firme de mi trayectoria, donde siento que tengo las herramientas para asumir compromisos de esta envergadura. No me obsesiona en exceso lo de fijarme unas metas de cara al futuro, soy más partidario de vigilar que haya un crecimiento constante y seguir siempre buscando la mejor versión de mí mismo. Como se dice, lento es la manera más rápida de llegar adonde quieres estar.