El Museo Oteiza construye un “espacio de diálogo” entre el escultor, Oiza y Huarte

Comisariada por Marisa, Javier y Vicente Sáenz Guerra, tres de los siete hijos del arquitecto, la propuesta se presentó ayer en un acto al que asistieron varios de los miembros del Patronato de la Fundación Oteiza, caso de su presidenta, Jaione Apalategi, y de Xabier Morrás. También acudieron varios arquitectos como Patxi Mangado, José Manuel Pozo o Patxi Chocarro, miembro del Consejo Navarro de la Cultura y las Artes y decano-presidente del Colegio de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN), entidad colaboradora de la muestra, cuya apertura estuvo presidida por la consejera de Cultura y Deporte del Gobierno foral, Rebeca Esnaola. En nombre de la familia Huarte asistió Félix Huarte.

Cartel de la exposición.

La propuesta expositiva

El proyecto expositivo se ha concebido como una intervención en el espacio principal del museo, de tal manera que su sala central acoge el recorrido por estos proyectos, que se completa con el espacio dedicado a la Sala HISA, recreado en la planta 2 del edificio. Obviando el recorrido cronológico, el contenido se ha ordenado en cuatro epígrafes que acogen los 9 proyectos.

Por un lado está Lo religioso y lo sagrado, referido a la Fundación Museo Jorge Oteiza (1992-2000), al proyecto de la Basílica de Arantzazu (1950-1954) y a la Capilla en el Camino de Santiago (1954). Asimismo, Instituciones de la cultura exhibe materiales sobre el proyecto del Auditorio (1992) y de la Alhóndiga (1989-1991), ambos para Bilbao.

En tercer lugar, El Mundo mediterráneo se centra en Ciudad Blanca de Alcudia (1961) y en la Casa Huarte (1968), los dos en Mallorca. Y, por último, La Utopía urbana y el diseño se refiere al edificio Torres Blancas (1961-1969) y la Sala de Exposiciones Hisa (1960), ambos en Madrid.

La propuesta expositiva está conformada por 104 elementos que se distribuyen en un “sueño de espacio metafísico”, que es como los comisarios definen la instalación montada en la sala central del museo. Entre ellos hay croquis y dibujos originales de los proyectos, muchos de ellos inéditos, así como planos, maquetas, fotografías y numerosos recursos documentales. Todos configuran un recorrido que, según Esnaola, “permite contemplar la definición final de cada proyecto, pero también las aproximaciones y los estudios previos, que se articulan como fértiles escenarios de ideación del arquitecto”. Estos materiales proceden, casi en su totalidad, de la Colección Sáenz de Oiza, que se ha complementado con algunas cesiones de colecciones particulares.

Dibujo de la Basílica de Arantzazu

“Tres grandes creadores”

En palabras del director de la Fundación Jorge Oteiza, Gregorio Díaz Ereño, el de ayer esta muestra es “especial” para el museo por cuanto “juntamos a tres grandes creadores con un papel relevante en el arte español del siglo XX”, ya que Oteiza y Sáenz de Oiza no solo cultivaron la escultura y la arquitectura, sino que a través del mecenazgo de Juan Huarte, diversos creadores hoy bien conocidos desarrollaron sus trayectorias en el cine, la música y otrasdisciplinas. Todo, “gracias a estos tres creadores de pensamiento”, incidió Díaz de Ereño, que, asimismo, felicitó a los tres comisarios por haber “recreado un espacio excelente” que se integra en el conjunto del edificio y cuyos materiales “contribuyen a generar una gran riqueza de juegos” y a fomentar una notable “empatía entre las artes”.

“Un chico de Cáseda”

En nombre de la familia Sáenz de Oiza intervino Javier, que explicó el proceso de selección y colocación de las piezas al estilo de “un desván” que ha quedado “más ordenado” por la intervención del subdirector del Museo Oteiza, Juan Pablo Huércanos. Repasando los cuatro apartados en los que se divide la muestra, el también arquitecto se detuvo en el dibujo de la ermita de San Zolio de Cáseda, localidad natal de su padre y a cuyo ayuntamiento agradeció su colaboración. “Aquí podemos ver la ermita del pueblo de donde salió ese chico que 60 años después imaginó este templo profano”, apuntó en referencia al Museo Oteiza. Del mismo modo, en cuanto al edificio Torres Blancas de Madrid, recordó cuando Francisco Javier Sáenz de Oiza expresó, orgulloso, la frase “que un chico de Cáseda haya hecho esto”, y valoró el apoyo constante que le dio Juan Huarte en este proyecto, “pese a la pérdida de dinero”.

Monografía

Oiza Oteiza Huarte se completa con una monografía diseñada por el estudio Franziska y cuya portada es un dibujo que hizo el propio Sáenz de Oiza de un árbol de la Casa Huarte.

Dibujo del Museo Oteiza.