Dice Osvaldo Salerno, artista visual y fundador del Museo del Barro de Asunción (Paraguay), entre otras cosas, que el fotógrafo navarro Miguel Bergasa “busca miradas con las cuales confrontarse”. Que “las personas a quien representa no son sorprendidas en situaciones casuales o exóticas: están allí posando, deliberadamente, cumpliendo un acuerdo, cómplices u oponentes, pero distintos siempre. Por eso Bergasa, como todo buen retratista, no cae en folklorismos: no busca tematizar lo típico sino lo diferente, lo que está enfrente, observando, sosteniendo la mirada”. Este es uno de los textos reunidos en el libro En el país de los Guaraníes, que el pamplonés presentará este jueves 24 de noviembre en la Casa de América acompañado del fotógrafo y periodista Chema Conesa, que se ha encargado de la edición gráfica y la maquetación del volumen editado por el propio Bergasa.

En este trabajo, el fotógrafo pamplonés reúne 168 imágenes que ha ido tomando en distintas zonas de Paraguay desde el primer viaje que hizo al país, en 1983, hasta el último, en 2017. Y ninguna tiene que ver con la comunidad menonita de Nueva Durango, que constituye otra parte muy importante del trabajo que ha desarrollado en aquella tierra a lo largo de tres décadas y que en 2018 expuso en el Museo Universidad de Navarra. En este caso, el libro se divide en cinco apartados referidos a otras tantas temáticas –Paraguay: Joya inédita, Chaco, A través del río Paraguay, Misiones jesuíticas y Militaes–, con imágenes en blanco y negro, “muchas de ellas nunca antes mostradas” y acompañadas de textos que, además de Osvaldo Salerno, escribieron en distintos momentos los periodistas Alicia Gómez Montano, que dirigió durante años el emblemático programa Informe Semanal; Gerardo González de la Vega, que fue delegado de la Agencia Efe en Paraguay, entre otros países, y Rafael Herrera, director del programa En Portada y delegado de de TVE para el Cono Sur. También Francisco Corral, amigo de Bergasa de sus años de universidad en Madrid y que en los 80 trabajaba en el centro cultural de la Embajada de España en Asunción, lo que propició la primera visita del fotógrafo al país. 

Y es que En el país de los Guaraníes es una recopilación de imágenes, pero también de palabras que las completaron en su día y que cobran nueva vida reunidas en un mismo volumen.

Miguel Bergasa posa con un ejemplar del libro en la plaza de Baluarte de Pamplona.

Miguel Bergasa posa con un ejemplar del libro en la plaza de Baluarte de Pamplona. Javier Bergasa

Inicios. La fotografía documental por elección

Todo el trabajo que Miguel Bergasa ha realizado en los últimos 50 años hunde sus raíces en la inquietud que le despertó esta disciplina artística en los años 70 en Pamplona. Entonces se fundó en la capital navarra la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra (AFCN), “donde conocí la magia del laboratorio de revelado” y “pude asistir a exposiciones de varios autores”. Posteriormente se fue a Madrid a estudiar Telecomunicaciones, que ha sido “de lo que he vivido, porque de la fotografía...” Allí vivió una “etapa de aprendiz” de diez años en los que “probábamos cosas, nos apuntábamos a concursos y conocíamos las tendencias”. Ya entonces descubrió su pasión por el blanco y negro. “Me parece que tiene muchos matices y que, además, convierte las imágenes en atemporales”, como se puede apreciar en el libro que acaba de presentar, “aunque –reconoce–también he hecho muchos reportajes a color”.

A su regreso a Pamplona, y siempre que el trabajo se lo permitía, Bergasa se decantó por la fotografía documental. Quería reflejar lugares, fiestas y otras manifestaciones “que recordaba de mi infancia”. Quería ser “notario de mi tiempo” y de épocas pasadas. Así, comenzó a retratar a personas en sus puestos de trabajos, sobre todo en comercios, y también espacios cercanos a Zizur Mayor, como la fábrica de harinas Urdánoz, o el aserradero de Ecay, en Lónguida. 

En paralelo, “me empezó a interesar el ser humano”, lo que coincidió con su primer viaje a Paraguay, por invitación de Francisco Corral. “Para mí fue como descubrir todo un mundo”. Un mundo en el que aun pervivían las huellas del colonialismo y en el que, “como compartíamos el mismo idioma”, le resultó “fácil” establecer “un contacto directo” y “acceder” a un universo tan diferente en el que pronto le llamó la atención “la calidez y la dignidad de las personas”. Dos aspectos que en adelante trataría de plasmar en el trabajo que ha desempeñado en Latinoamérica. “Recuerdo que hace unos tres años Sebastiao Salgado ofreció una conferencia en la Casa del Almirante de Tudela donde dijo que mientras se dirigía a la charla había podido observar la calidad de vida de la zona y, aunque para nosotros eso es lo normal, lo cierto es que vivimos en una burbuja, ya que el mundo real es otro”, el de países, poblaciones y comunidades que tanto él como el propio Bergasa nos han acercado con sus imágenes.

En aquel primer periplo paraguayo, el fotógrafo navarro inauguró una manera de hacer, su manera de hacer. “No me interesan el folclore o las tradiciones y nunca voy con la cámara por delante, sino que primero establezco un diálogo, lo que me permite ganarme la confianza de las personas”, mirándoles siempre a los ojos. 

Cuatro bloques. Del Chaco a los militares

Esas premisas articulan el libro que Miguel Bergasa presenta hoy y que se divide en una introducción y cuatro bloques temáticos. El primero se refiere al Chaco, “territorio que es como media España y tiene muy poca población” y que visitó por primera vez en 1988 en busca de los menonitas. Solo que “no eran los que yo estaba buscando”, así que aprovechó para fotografiar también asentamientos indígenas, campesinos... El volumen recoge también fotos de su segundo viaje a la zona, en 2017, cuando recorrió los mismos lugares, aunque no encontró a las mismas personas, como es lógico. “Quizá sea este territorio donde las imágenes tengas más emoción”, apunta. 

La segunda parte está dedicada a los viajes que el autor hizo en barco por el río Paraguay entre 1983 y 1990. “Ahora ya no existe ese trayecto porque las vías de comunicación han mejorado mucho, pero entonces era el modo que usaban muchos para desplazarse entre asentamientos o hasta la frontera con Bolivia y Brasil”. En este apartado también ha incorporado fotografías tomadas en Asunción –mercado popular, fiestas patrias– y de otras ciudades como Itá o Tobatí.

“No me interesan el folclore o las tradiciones y nunca voy con la cámara por delante, sino que primero establezco un diálogo, lo que me permite ganarme la confianza de las personas”

Miguel Bergasa - Fotógrafo

El tercer bloque recoge los rastros de las misiones jesuíticas, que tuvieron una especial incidencia en Paraguay. Concretamente, Bergasa visitió la zona de Trinidad, en el sur, y completa esta temática con fotos de imaginería del Museo del Barro y de romerías y otros eventos religiosos en la Basílica de Caacupé. Por último, en el cuarto epígrafe muestra retratos de militares, que, como sucede en otros países de Latinoamérica, constituyen un estamento destacado en la sociedad. “Muchos de los jóvenes que aparecen estaban haciendo la mili y se prestaron amablemente a ser retratados”, indica Miguel Bergasa, que se encuentra inmerso en un proceso de catalogación de su trabajo con la intención de publicar nuevos libros. “Me interesa más recogerlo así que hacer exposiciones”, confiesa. Bolivia, “el país del que más material tengo”, protagonizará, muy posiblemente, su siguiente monografía. 

En cuanto a lo de sacar fotos, dice que ya ha tomado muchas y que ahora lo de documentar su tiempo es “para las nuevas generaciones”. Aunque admite, eso sí, que sigue disfrutando y que ahora opta por espacios solitarios, casas con historia... que le permiten trabajar de manera “más pausada y reflexiva” en “este mundo de prisas”.

  • Puntos de venta. En Pamplona, En el país de los Guaraníes se podrá encontrar en Walden. Bergasa también quiere que esté en alguna librería de Madrid y quien esté interesado puede contactar a través de miguelbergasa.com