En su búsqueda de apoyos que se sumen a la manifestación que la marea naranja protagonizará por las calles de Pamplona el próximo 2 de abril, la Federación Navarra de Caza (FNC) interpeló recientemente al sector agrícola de Navarra, que es, tras los cazadores, el siguiente perjudicado directo de la situación cinegética que se vive en la Comunidad foral. Para recabar su opinión y su adhesión a la protesta, representantes de la entidad que agrupa a los cazadores navarros se reunieron con dos de los principales sindicatos del sector, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) y la Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna (EHNE).

Ambas formaciones coincidieron en dos puntos: en mostrar su apoyo al colectivo cinegético y en criticar la deriva política que está ejerciendo el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. A juicio de las dos organizaciones, se ha de establecer una gestión mucho más efectiva en la resolución de los problemas de ámbito cinegético pero que, finalmente, impactan también en los agricultores, que han de sufrir los daños que algunas especies animales provocan en los cultivos.

En palabras de Fermín Gorraiz, presidente de EHNE en Navarra, “el sector de la caza está desbordado, sobre todo en la caza mayor”. Y, a su modo de ver, “los cazadores no es que sean necesarios, es que son imprescindibles. Eso lo tenemos muy claro”. Por ello, desde su sindicato estiman necesario que Medio Ambiente “sea más flexible en las zonas donde hay sobrepoblación de animales y se dan daños en la agricultura y la ganadería”. “En el caso de los jabalíes, hay que dejar hacer más batidas o esperas –alega–, y en el de los conejos, se debe permitir que la gente cace más, porque cuando hay una sobrepoblación, hay que actuar, y no implantar medidas restrictivas”.

Su opinión es similar a la del secretario de UAGN, Luis Miguel Serrano, que pone de manifiesto que las personas que trabajan en el campo saben que “tiene que existir un equilibrio sostenible entre el ejercicio de nuestra profesión y el medio ambiente”. “Sabemos que tenemos que convivir con las especies cinegéticas, somos conscientes de ello y, por supuesto lo aceptamos”, afirma, al tiempo que apunta que “lo que no podemos tolerar es que, por una deficiente gestión y por una errónea política medioambiental, seamos los grandes perjudicados de un descontrol cinegético”.

Esa es, precisamente, una de las reclamaciones que la marea naranja llevará en el manifiesto que leerá al término de la manifestación, que partirá a las 11.00 horas desde los Cines Golem en la avenida de Bayona y que finalizará a las puertas del Ejecutivo foral, junto al Monumento a los Fueros en el paseo de Sarasate. Después de una legislatura en la que, a tenor de la gestión aplicada, el Gobierno de Navarra ha demostrado no tener consideración alguna con el colectivo cinegético, la paciencia del sector se ha vuelto a agotar y, por ello, los cazadores exhibirán nuevamente en las calles que la caza también vota y que el papel tan relevante que ejercen los actores cinegéticos en el medio ambiente no puede ser atacado de una manera tan impune.

Los cazadores, ataviados con sus chalecos naranjas, gritarán muy alto el 2 de abril que “la caza es libertad”, el eslogan que encabezará la protesta. A esa oración la secundará la frase “contra las leyes animalistas”, ya que la principal crítica del colectivo cinegético es la denuncia ante unas normativas, tanto en Navarra como a nivel nacional, que se han plegado a la presión animalista, desoyendo la realidad del mundo rural y de los propietarios de los animales empleados en la caza.

La FNC, que representa a más de 400 sociedades de cazadores y clubes deportivos (además de que es la mayor agrupación de titulares de perros y hurones de Navarra), recuerda a las instituciones que la caza se practica en más del 90% del territorio de la Comunidad foral y que los completos informes científicos que ha elaborado de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha alertan de que la situación provocada por estas normativas se está volviendo insostenible.

El hecho de contemplar a perros y hurones de caza como meras mascotas, además de que significa no entender su naturaleza y su realidad, lleva a minusvalorar la labor que estos animales realizan en los montes y campos. De este modo, se arremete contra la caza, que es, como se sabe, el sistema más eficaz y sostenible para, entre otras cosas, controlar las especies cinegéticas, limitar su sobreabundancia y reducir los daños que generan.

Para poner cifras encima de la mesa que cuantifiquen la repercusión económica que conllevará el desarrollo de estas leyes en el corto plazo, los estudios de la FNC avisan de que, en tres años, los daños provocados por los jabalíes en Navarra (tanto en accidentes de tráfico como en los cultivos) se incrementarán hasta más de 5,5 millones de euros, debido al acusado descenso que se prevé en la cifra de perros de caza. En cuanto a los hurones, que también disminuirán drásticamente, los informes auguran daños en la agricultura por valor de casi 2 millones de euros en el mismo período.

Estos dos hechos suponen solo un par de apuntes, pues el impacto de las normativas afectará a todos los beneficios que produce la caza en ámbitos tan diversos como la disminución de los siniestros viales, el control de las poblaciones animales, la reducción de los daños en los cultivos, el freno a la expansión de enfermedades animales, el aumento de la seguridad ciudadana o la conservación de la biodiversidad, sin olvidar el sostén del mundo rural y de esa España vaciada que acapara los titulares cuando se aproximan las urnas. Lo que reclaman los cazadores es, fundamentalmente, que la caza sea considerada como una actividad esencial y que, por lo tanto, las leyes y las instituciones la traten como tal.

Para propugnar que los cazadores son una herramienta básica en la gestión ambiental, en la búsqueda del equilibrio medioambiental y en la custodia del territorio, la FNC llama a todos los ciudadanos vinculados con el mundo rural a que secunden la manifestación de Pamplona, ya que está en juego la supervivencia del sector y todo lo que él representa. Ese es el principal mensaje que encabezará el manifiesto que se leerá junto al Monumento a los Fueros, en el que se reclamará a las fuerzas políticas consenso, sentido común y una urgente modificación de las normativas animalistas.