Dolores Redondo ha recibido este sábado el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2023 “con profundo agradecimiento” y convencida de que el “honor” que se le concede no es a su persona, sino a su obra. Nada más recibir el premio a manos de la presidenta María Chivite, dolores ha pronunciado un discurso, que más que un discurso, ha supuesto una oda a la creación artística.
Redondo se ha mostrado emocionada de que se le otorgase un premio al “empeño observador que ya desde niña revestía mi mirada de inconformista”, a la “pulsión irrefrenable de una adolescente a poner sobre el papel un pensamiento tras otro”. “Que sea un premio a la pulsión irrefrenable que llevaba a una adolescente a poner sobre papel un pensamiento tras otro, al deseo apasionado de escribir una historia tras otra, de no ceder jamás al desánimo”, ha clamado.
“Acepto el honor con profundo agradecimiento”, continuaba, “pero también me gustaría aprovechar este momento para dirigirme a los hombres y mujeres que se dedican a la misma lucha y afanes que yo, a todos los que han sentido el impulso creativo en su interior y, sobre todo, a los que empiezan”.
Quiero aprovechar este momento para dirigirme a los hombres y mujeres que se dedican a la misma lucha y afanes que yo, a todos los que han sentido el impulso creativo en su interior
Asimismo, recordó las palabras de William Faulkner, quien advertía del miedo por la amenaza nuclear tras la II Guerra Mundial que “aterraba a toda una generación de creadores convencidos de que el fin estaba muy cerca”. Unas palabras “tan nuevas y actuales como las mías”, ha afirmado Redondo, quien lamentó que “son malos tiempos para la lírica”. “Las crisis económicas, la piratería sobre los libros, una guerra en el corazón de Europa y, en los últimos meses, la inteligencia artificial, y su cacareada llegada, vuelven a poner en entredicho el trabajo creativo, la originalidad y el impulso que en nuestra parte creativa nos acerca a lo más divino que hay en nosotros”, ha señalado.
Así, ha destacado que le “aterroriza” la posibilidad que los jóvenes escritores “olviden buscar en su interior, renuncien a escribir sobre los problemas de los sentimientos contradictorios del corazón humano” como el amor, la vida, la muerte y las “contradicciones del espíritu”, ya que únicamente sobre ellos “vale la pena escribir”.
En ese sentido, ha expresado su preocupación por la inteligencia artificial, una “plagiadora artificial”, como la denominó la escritora, que “amenaza millones de puestos de trabajo”, y ha defendido la libertad de escribir sin censura: “La moda revisionista ha llevado a suavizar o eliminar expresiones, descripciones o pasajes enteros, que resultan políticamente incorrectos para una parte de la sociedad”. “Deciden por nosotros qué es lo que nuestros castos ojos están preparados para leer, o no”, denunciaba.
La moda revisionista ha llevado a suavizar o eliminar expresiones, descripciones o pasajes enteros, que resultan políticamente incorrectos para una parte de la sociedad
Frente a esta situación, solicita a esos escritores jóvenes, y a todo aquel que ha sentido en su interior el impulso de crear, que “no escuchéis las trompetas de la muerte, no cedáis ante el desánimo de escribir sobre lo mismo, de censurar vuestras pasiones”. “Si el impulso creativo se impuso sobre la lepra, sobre la peste, sobre la guerra y la amenaza nuclear, sobre la esclavitud, las hambrunas y las plagas, escucha la fuerza de la creatividad que brota de tu espíritu y rebélate creando”, ha animado.
Dolores Redondo reivindica que la producción artística “supone el más auténtico grito de rebeldía del ser humano que no se somete ni a la esclavitud, ni al hambre, ni a la guerra, ni a la peste, pero, sobre todo, que no se somete a ese miedo ladino y silencioso que habita entre nosotros, vestido de desánimo, que nos enreda en míseras preocupaciones cotidianas sobre nuestras posibilidades de supervivencia”. “El ser humano no ha de sobrevivir, el ser humano está llamado a prevalecer”, ha defendido.
