Xabier Salaberria (Donostia, 1969) se acerca a Oteiza y su polifacético universo creador en FRISOA, un proyecto desarrollado por el artista donostiarra que toma como punto de partida la obra Homenaje al Padre Donosti, un relieve mural de piedra realizado en 1959 por el escultor de Orio para su ubicación en el Banco Guipuzcoano de San Sebastián.

La intervención expositiva FRISOA, inaugurada este jueves 29 de junio en el Museo Oteiza de Alzuza en el marco de las actividades por el 20º aniversario de la muerte del escultor, despliega un conjunto de siete piezas elaboradas por Salaberria entre 2022 y 2022; entre ellas, esculturas, obras fotográficas, una pieza audiovisual y un gran friso de 470 x 130 cm que supone una aproximación libre y contemporánea al relieve original creado por Oteiza a finales de la década de los años 50 del pasado siglo.

Años antes de su creación, el arquitecto Luis Vallet y Oteiza habían recibido, por parte de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, el encargo de rendir homenaje al compositor José Gonzalo Zulaika y Arregi Aita Donostia. Para dar respuesta a este encargo, crearon una capilla y una estela ubicadas en Agiña, la estación megalítica homónima situada en Lesaka y que acoge diversos elementos prehistóricos como cromlechs, dólmenes y túmulos. Vinculado a este proyecto surgió el friso que, actualmente, luce en la entidad financiera Sabadell Guipuzcoano de Donostia y que contiene algunas de las características formales del complejo monumental de Agiña.

EL ARTE COMO HERRAMIENTA SOCIAL

El proyecto FRISOA, que se presentó en Tabakalera a finales de 2022 y que llega a Alzuza con nuevas piezas, creadas expresamente para el espacio de este Museo, es, en palabras del subdirector de la Fundación Oteiza, Juan Pablo Huércanos, "una aportación de gran solidez en este año especial con la que se pretende activar el legado de Oteiza a través de la creación contemporánea".

Xabier Salaberria ha realizado una relectura del friso original de Oteiza manteniendo las mismas proporciones. El fondo verde del mural, junto con la composición de objetos superpuestos, se asemejan a los juegos de billar de Ben Nicholson, artista con el que Oteiza compartió el palmarés de la IV Bienal de São Paulo de 1957. Sus composiciones espaciales y geométricas se encuentran cercanas a las preocupaciones escultóricas abordadas por Oteiza en esos años, tal y como se puede observar en los relieves abstractos del friso original.

"Vi que a través del friso me podía aproximar a Agiña, mi escultura de Oteiza favorita"

Xabier Salaberria - Artista

"Me impuse como una restricción el formato apaisado", cuenta Salaberria sobre esta pieza realizada en acero, aluminio y madera, que "hace una alusión a las herramientas y tiene que ver con esa idea de ese Oteiza que en algún momento dedicó tiempo a pensar la pedagogía dentro del arte y el arte como herramienta social".

"Me metí en ese mundo y las formas geométricas se asemejan a la abstracción del friso de Oteiza, en una pieza que en este caso está a medio camino entre lo abstracto y lo figurativo porque se pueden intuir en ella herramientas", añade el artista donostiarra, quien ha desvelado que de todas las esculturas de Oteiza, la intervención de Agiña en homenaje a Aita Donostia es su "favorita". Y a ella miró inevitablemente cuando le propusieron reinterpretar el mural del Banco Guipuzcoano.

"Vi que a través del friso me podía aproximar a Agiña, así que fui al lugar, tomé fotografías y fui trabajando con la idea de hacer algo con este monumento". El resultado es una serie de cinco fotografías que detallan las agresiones que tuvo esta escultura allá por los 80, y que lucen en la exposición de Alzuza FRISOA.

'ASKA', ENTRE LO FUNCIONAL Y LO ARTÍSTICO

La muestra también incluye ASKA, una escultura en hierro que es una aproximación y relectura de la fuente que Oteiza construyó para el Concejo de Alzuza en el año 1986 y que hoy se puede contemplar en el exterior del Museo. Una pieza muy especial cuya restauración está activando la Fundación Museo Oteiza, con un equilibrio muy singular entre su configuración modular y escultórica, su labor funcional y su adaptación al entorno en que está colocada.

"Cuando fui a fotografiarla y tomar medidas, vi que había varias piezas que estaban desplazadas, y eso provocaba que la fuente tuviera pérdidas, que no pudiese ser funcional. Estudié si había habido algún fallo en la ejecución de las piezas que Oteiza había asumido, pero todo apunta a que alguien movió esas piezas con intencionalidad. Cuando hice la maqueta, desplacé las piezas exagerando ese gesto", cuenta Salaberria, cuya obra se caracteriza por una tensión entre lo funcional, lo estructural y lo propio del arte.

"Me interesa la vertiente pedagógica de Oteiza, su propuesta de que el arte integrado en las escuelas puede servirnos para crecer, para proyectarnos como personas"

Xabier Salaberria - Artista

EL JUEGO, EL ALMACÉN DEL MUSEO, LA MECÁNICA...

FRISOA incluye también otras piezas, como una singular mesa de ping-pong a través de la cual el autor habla sobre "el juego, que Oteiza tanto comentaba en sus escritos", y que se vuelve imposible en este caso ya que el material de poliestireno que incluye Salaberria en esta obra llena el lugar donde las pelotas harían el juego; un vídeo grabado en una escuela de mecánica y que, partiendo del Calder artista y fabricante de juguetes, se aproxima al modo en que la técnica moderna permite construir la forma, poniendo de relevancia la consideración de que los procesos escultóricos han dependiendo del material y la tecnología disponibles en cada época; un par de fotografías tomadas en el almacén del Museo Oteiza que muestran unas piezas del escultor de Orio que no son tan conocidas por sus composiciones cromáticas -del amarillo al naranja-; y una sugerente escultura antropomorfa en acero y madera que alude a las series de Oteiza de los bustos y las caras.

En su reinterpretación de Oteiza, Salaberria se interesa en especial por la vertiente pedagógica del polifacético creador. "Él apostaba por incluir el arte como asignatura en los programas de las escuelas, pero no como algo menor, no como entretenimiento, sino al nivel de cualquier otra materia. Como algo que pueda servirnos para crecer, para proyectarnos como personas", dice el artista donostiarra.

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

La exposición FRISOA ha sido organizada por la Fundación Oteiza y Tabakalera, y se ha producido gracias a la colaboración de la Colección de Arte Banco Sabadelly Artingenium. La muestra incluye la edición de un póster desplegable que incluye el texto Devolver la pelota al juego, escrito por Oier Etxeberria, artista y responsable de Programas Públicos y Comsiariado de Tabakalera, y se complementa además con varias actividades:

  • La primera será una visita al Homenaje al Padre Donosti en Agiña, este sábado 1 de julio a las 12.00 horas, para la que las personas interesadas pueden inscribirse en recepcion@museooteiza.org o en el teléfono 948 33 20 74.
  • Además, el campamento de verano Entre esculturas anda el juego, que se desarrollará del 21 al 25 de agosto, se orientará a la intervención artística FRISOA y propondrá a niños y niñas de 5 a 11 años ensayar y desarrollar diferentes propuestas desde lenguajes artísticos como el dibujo, la expresión sonora o la construcción escultórica. El campamento será bilingüe (euskara-castellano) para un grupo máximo de 10 participantes, y tiene un precio de 90 euros por semana. La inscripción puede realizarse en recepcion@museooteiza.org.