Este sábado 1 de julio, Los potros del tiempo de Marea llegarán al Navarra Arena, es de suponer que al galope y desbocados, dentro de la gira Sin riendas con la que llevan varios meses recorriendo el país. Su último álbum, publicado en diciembre del año pasado, coincidiendo con el vigésimo quinto aniversario de la formación de la banda, alcanzó hace un par de meses el disco de oro por sus más de 20.000 ejemplares despachados; lejos de ser una mera anécdota, la obtención de este reconocimiento supone un nuevo espaldarazo en una carrera que lleva ya años encaramada en lo más alto del rock nacional. Está previsto que 11.000 personas acudan a la cita.

Y es que la marea no ha dejado de subir desde aquel 24 de diciembre de 1997 en el que Kutxi Romero, David Díaz Kolibrí, César Ramallo; Edu Beaumont Piñas y Alen Ayerdi entraron por primera vez juntos a una sala de ensayo. Aquella misma tarde, antes de la cena de Nochebuena con sus respectivas familias, ya compusieron su primera canción, Trasegando, que a día de hoy sigue siendo una de las fijas de su repertorio y que, a buen seguro, sonará el sábado en el Navarra Arena. 

También se podrá escuchar la mayor parte de su último álbum, Los potros del tiempo; los de Berriozar siguen son su sana costumbre de presentar en sus conciertos muchas canciones nuevas, algo que, por desgracia, cada vez es menos frecuente en bandas que cuentan ya con una trayectoria extensa a sus espaldas, que suelen optar por poner el piloto automático y tirar de viejas canciones bien conocidas por el público. En el caso de Marea, se prevé un concierto largo en el que combinarán temas de sus últimos discos con algunos clásicos de sus inicios. Es lo bueno de tener un estilo tan característico y reconocible, que canciones como Manuela canta saetas o El perro verde no desentonan al lado de otras más recientes como Otra cicatriz, Más me duele a mí o Te voy a decir la verdad, por más que hayan transcurrido dos décadas entre unas y otras.

Mantener el precio de las entradas

Estos serán algunos de los títulos que se podrán disfrutar el sábado, en medio de un montaje pocas veces visto en un grupo nacional. Como adelantaron en la entrevista que concedieron a este medio cuando publicaron el álbum, en esta gira Sin riendas están llevando un escenario enorme y un gran despliegue de luces, sonido, pantallas… Les costó mucho tiempo e innumerables quebraderos de cabeza conseguir que los números cuadrasen para que todo eso fuera económicamente viable sin encarecer el precio de las entradas, cosa que finalmente consiguieron. Por supuesto, tampoco hay zonas premium, gastos de gestión ni demás zarandajas irritantes, ya que la postura del grupo siempre ha sido tremendamente clara a ese respecto. 

En estos tiempos en los que el gusano de la especulación está pudriendo también la manzana del rock, es de agradecer una actitud como la suya, que, desde una posición privilegiada sigue defendiendo la ética y la estética del viejo rock’n’roll. Así que ya lo saben: si quieren coger un buen sitio, vayan con tiempo y lleven ganas de disfrutar. El resto lo pondrá Marea.