La obra creativa de Jesús Echeverría Burgoa (1933-2022), influida por corrientes impresionistas, expresionistas y cubistas, así como por experimentaciones en bodegones, geometría y paisajes marinos, se presenta en una muestra retrospectiva en el Palacio del Condestable. La exposición abarca trabajos del artista vinculado a navarra de más de tres décadas, de exposiciones realizadas en Pamplona entre los años 1981 y 2013.

La exposición, presentada por la concejala Maider Beloki, el artista y comisario Emilio Matute, y la hija del autor, Eunate Echeverría, se podrá visitar en las salas 1 y 2 del Palacio del Condestable hasta el 17 de marzo. La muestra abarca obras de exposiciones individuales realizadas a lo largo de su carrera, junto a obras inéditas como Rocas. evidenciando la evolución de un artista vocacional comprometido con la creatividad y el estudio de la composición, el color y el trazo en sus dibujos.

Nacido en Ondarroa, Vizcaya en 1933, hijo de un navarro, se trasladó a Campanas durante la Guerra Civil. “Nació en Vizcaya pero de sangre es medio navarro y su vida laboral y como padre fue en Pamplona. No es un navarro de hecho pero lo es de derecho”, expresó el comisario de la exposición y amigo de Burgoa, Emilio Matute. Burgoa experimentó una vocación tardía por el arte tras una lesión que le apartó de su incipiente carrera profesional en el fútbol, jugó en primera división en Osasuna, la Real Sociedad y en el Castellón. “Era una persona que se reinventaba, que se adaptaba a las circunstancias que le presentaba la vida”, comentó Matute.  

Su primera exposición le llevó a utilizar el apellido materno, firmando, a partir de entonces, sus cuadros como Jesús E. Burgoa. La concejala Beloki indicó que el pintor “siempre huyó de circuitos comerciales y representa la corriente más underground de Pamplona”. Matute incidió en que el propósito de Burgoa como artista iba más allá de admirar la belleza de la creación, sino que, “a través de sus pinturas, quería contar relatos para hacer pensar a quien las mirase”

Según contó Matute, el artista consideraba que las ideas había que trabajarlas, y que había que hacer bocetos, pruebas y dibujos y dejarlos madrurar durante un tiempo antes de comenzar a pintar. 

A lo largo de su carrera, Burgoa presenta obras que reflejan la búsqueda de su propia personalidad como artista. Sus cuadros revelan una inclinación hacia el mar y el género del bodegón. Estos dos temas serán constantes a lo largo de su obra, sin embargo, su visión de ambos es única, pues él ve el mar a través de la mirada de un pescador, oficio de su padre. Además, sus bodegones rompen el concepto clásico de este género. Burgoa elude los productos hortícolas y vegetales tan comunes en la tradición del género, representando objetos como ropa, cajas de pescado o inspirándose en anuncios publicitarios.

“Con la mimesis nos adaptamos al mundo presente, con la imaginación nos proyectamos hacia el futuro. Jesús estos dos valores los aunaba perfectamente”, destacó Matute sobre su amigo.

La exposición en el Condestable incluye sus series Inicio, Contrageometría, Ritos de paso, 570 Cajas, Almacén de Expediciones, Contenedores y Ropas y Productos. Además de la colección inédita Rocas. Esta serie se concibe como un viaje en busca de refugio en su infancia en Ondarroa. Las rocas del Cantábrico eran el escenario perfecto para los juegos de un niño que se crió junto al mar. En esta última colección, Burgoa utiliza la austeridad como medio de expresión, empleando únicamente blanco y negro para organizar la composición.