Deseoso de arrancar la 47ª edición, Íñigo Zárate saca pecho al asegurar que cuentan con el mayor aforo de España en un recinto cerrado de un festival de jazz y garantiza que no se venderán a ningún grupo inversor como está empezando a ocurrir en eventos musicales de este tipo. “Estamos en las antípodas”, afirma.

¿Cómo va la taquilla?

–Va bastante bien, los 3 últimos días estará lleno, estamos cerca de vender todo.

¿En qué punto se encuentra Mendizorroza respecto a otros recintos?

–Es uno de los recintos de jazz con mayor aforo de España. Nuestra entrada más floja nunca baja de 1.500 personas y muchos recintos ni siquiera tienen ese aforo. Nuestro aforo máximo es de 3.500 personas y en muy pocos sitios llegan a esas cifras.

¿También el domingo con el hip hop del argentino Trueno?

–Se está vendiendo muy bien. En este momento, es el número uno en Spotify en España y el 15 en el mundo. El público al que dirigimos este concierto es gente muy joven, que no viene al festival y queremos traerles a Mendizorroza y conseguir que se interesen; que el año que viene pregunten qué traeremos.

El precedente de Kase O fue bueno.

–Sí, el hip-hop y el jazz han estado relacionados desde el nacimiento del hip hop. Con Trueno cambia el público. Es el mismo estilo, pero con Kase O fue un público de 30-50 años y con Trueno vienen menores de 30, desde 15 años.

Kase O se mostró sorprendido por haber sido invitado a un Festival de Jazz, ¿Cuál fue la reacción de Trueno cuando le llamasteis?

–Le hace ilusión. Las negociaciones han sido muy complicadas porque ahora está en el top mundial. Los cachés en un principio eran inalcanzables para nosotros, pero su voluntad de venir lo ha hecho posible.

¿Por qué será el colofón del cartel?

–Intentamos hacer un cartel lo más abierto y universal posible. Intentamos cubrir desde el aficionado más radical al jazz hasta el aficionado a la música general que no tiene por qué tener ninguna vinculación con el jazz.

¿A quién tiene ganas de ver?

–El concierto de Pablo Martín Caminero con la NDR. Es un lujazo. La propia banda ha elegido al músico. Y otra superapuesta de este año que es la de Sumrrá con el Niño de Elche. Están especializados en la improvisación y no sabemos por dónde van a salir. Ese es el riesgo y el lujo. Tengo intriga y ganas de ver y escucharlos.

¿Habrá flamenco y sonidos cubanos?

–Aunque vengan El niño de Elche y Tomatito, no creo que escuchemos flamenco. Tomatito tendrá su lenguaje, pero serán temas que no responderán a los cánones del flamenco. Cuba estará al 100%. Tanto Chucho Valdés como Ylian Cañizares son el máximo exponente de la fusión del jazz cubano. Es uno de los conciertos que mejor se está vendiendo. La música cubana es muy accesible. Una apuesta segura.

En los últimos años se ven más mujeres en el festival.

–Afortunadamente no es algo forzado. Si miras las listas de músicos mejor valorados las mujeres que vienen están en el top 10 absoluto. Nos chirría un poco cuando ves programaciones sin mujeres porque es algo natural. Las mujeres que vienen son números uno en sus instrumentos.

Desde su entrada en la organización han transcurrido 5 años. ¿Hacia dónde va el evento?

–Somos un festival diferente porque, desde nuestra raíz, el propósito es distinto al del resto de festivales. Otros tienen una intención mercantil, son eventos para ganar dinero, y estamos en las antípodas de esa propuesta. Somos una asociación sin ánimo de lucro y todo el dinero que manejamos se gasta en música. Nuestro esfuerzo va encaminado más a hacer asequibles los conciertos de grandes estrellas. Si miras los precios de estos músicos en el resto de Europa no son los mismos. Tener el abono de Mendizorroza a 100 euros y el del Teatro a 65 euros es un lujo del que creo que la gente no es consciente.

¿Cómo se sobrevive a la proliferación de festivales por toda España?

–La fiebre de los festivales nos salpica porque, aunque nuestra programación no es la misma, algunos macrofestivales nos quitan músicos y al meterlos en esos circuitos son inalcanzables para nosotros por las cantidades que pagan. No estamos en ese mundo ni por trayectoria ni por filosofía y no nos cuesta tanto cambiar de estrella o de panorama musical a la hora de programar. Buscamos más calidad que un ‘supernombre’.

¿Les ha llamado algún fondo de inversión de los que están entrando en otros festivales?

–No, de momento no, y, aunque nos llamasen, no es la finalidad de la asociación. Además, desconozco si se puede vender una asociación a un fondo.

¿Cuál es el siguiente paso?

–El reto que se nos avecina a medio plazo es ver si somos capaces de conseguir que la gente joven siga interesándose por esta música. Por eso tenemos apuestas como la de Trueno.