Crítica de la novela 'Ansia': Ansia y reivindicación

El sello Amor de Madre publica ahora Fatal, gracias, conjunto de relatos en los cuales Oti Corona muestra alguno de los múltiples sufrimientos que causa la pobreza, en especial entre los colectivos más desfavorecidos y en el de la mujer trabajadora. Afortunadamente, diferentes escritoras nos lo hacen saber incluso en forma de ficción, como Oti Corona, como Júlia Peró, autora de la novela Olor a hormiga, publicada por Reservoir Books y centrada en el presente de una mujer que ha alcanzado los 70 años a lomos de la decepción. Y, afortunadamente, Henar Álvarez presentó hace unos meses Ansia, novela de Planeta realmente sorprendente.

“Sentí mucha rabia. La verdad era que me hubiera gustado posar junto a Juan, pero sabía que él no me veía como a una escritora, solo como a una choni venida a más. Seguramente se quejaría en un rato a Irene, nuestra editora, de que nos hubieran sentado juntos. Me habría gustado decirle que sus libros fueron importantes en mi desarrollo como lectora y que era un sueño firmar a su lado. Qué injusto es admirar a alguien que te desprecia”: es, Ansia, un relato reivindicativo pero no está exento de humor en gran medida brutal.

“En realidad, no tengo un problema con el alcohol. Es la ansiedad lo que me mata. Lo que me hace tomar decisiones violentas y poco meditadas y postergar otras. Ya no tengo ataques de ansiedad. Simplemente convive conmigo”: es, la nueva novela de la autora de La mala leche, un buen ejemplo de novelística feroz, que divierte lo suyo y, sin embargo, sobresale en su condición de crónica de la lucha de la mujer libre por sobrevivir en un mundo controlado, en gran medida, por el poder masculino.

El relato, al igual que su citada obra anterior, ha logrado un gran éxito de ventas y, algo esencial, ha obtenido el mayoritario reconocimiento de los resultados literarios de su valentía y su habilidad narrativa, habilidad que no escasea en otras obras actuales de escritoras como Elisa Coll, quien, precisamente para Amor de Madre, ha presentado recientemente Nosotras vinimos tarde; o en otras como Jenny Hval, autora de Paraíso podrido. No es poco, cuando podemos leer piezas tan originales como Ansia: “Toda esta chapa para explicar que estoy muy mal porque mi amante me ha dejado. Porque se ha cansado de esperar a que deje a mi marido. Porque, después de tres años, tiene claro que no lo voy a hacer y necesita a alguien con quien poder ir al cine de la mano y besarse por la calle”.

“Estoy mal –añade Natalia– y, para colmo, no puedo compartirlo. No puedo contárselo a una amiga. No puedo explicarle que me era más fácil mirar para otro lado que romper una pareja muerta para no dañar a nuestro hijo”. Ansia, golpe a golpe, nos cuenta sin tapujos lo que una mujer sincera y divertida se encuentra día a día: “Nuestro problema era que nos habíamos convertido en dos extraños que se necesitaban el uno al otro. Una para sobrevivir, el otro para sentirse útil. En cualquier caso, sabía que ya era una cuestión de tiempo que finalmente me marchara”.

¡Ay, lo que Natalia se encuentra... paso a paso! Ansia es el nombre de una de las novelas en lengua castellana de nuestros días mejor consideradas por lectores y lectoras de distintas sensibilidades, algo lógico si tenemos en cuenta que se trata de una narración de enorme actualidad y numerosos detalles que nos trasladan a una sociedad eterna: la del deseo y la decepción. Para colmo, suelta las riendas de la escritora que no se corta un pelo a la hora de hacerse entender: “Irse de putas, desvirgar prepúberes, encamarse llevando la batuta”. Es más: “¡Sí es! ¡Sí es! No excita un cuerpo joven, tampoco lo hace el amor, es el saber que eres tú quien lleva el control (...)”.

Control, dominio... Ansia.