La 2ª planta del Centro Huarte se abre al público para mostrar el resultado de los procesos de investigación y producción de la convocatoria de ayudas Ekoiztu 2024, llevados a cabo por tres artistas durante el primer semestre de este año.

La exposición recoge los trabajos Camino a Shakaur, sin querer, con cuidado de Oihane Mcguinness Armendariz; de cerca, de lejos el sol de Maite Redondo Gaztelu; y N.N Nomen nescio de Mireya Martín Larumbe.

La muestra se ha inaugurado este viernes día 15 en presencia de las tres artistas, que han realizado una visita guiada al público asistente.

'Camino a Shakaur, sin querer, con cuidado'

Oihane Mcguinness Armendariz (Pamplona, 1994) ha partido en su investigación de “unas diapositivas del archivo familiar y unos objetos muy concretos del salón de casa”, como una alfombra, una pequeña tela que perteneció a su bisabuela, un joyero antiguo..., elementos que ha abstraído de sus vidas anteriores, que ha “atendido”, con los que ha “negociado” e iniciado “un viaje que no sé adónde es pero que es el mío ahora”, dice la artista, para quien estos objetos son “pequeños altares”.

Ha buscado con ellos un orden del espacio que habita en Huarte para “reconstruir desde otro lugar una historia” que está en la memoria de su familia: la muerte de un familiar en la expedición de 1976 al monte Shakhaur (Afganistán), el primer 7.000 vasco.

Colectivizar la duda

El proyecto de Maite Redondo Gaztelu (Pamplona, 1989), de cerca, de lejos el sol, es “una película expandida o fragmentada que está en desarrollo” y que vuelve a unas imágenes que la artista tomó hace diez años en un viaje al sudeste asiático. “Y vuelve desde el hoy, con esta distancia temporal que me permite aproximarme a ellas desde una posición autocrítica”, dice Maite Redondo Gaztelu sobre esta investigación que se ha tomado “como un experimento y una oportunidad para probar cosas, colocarlas en el espacio y pensar en cómo comunicarlas”.

La artista celebra que esté siendo “un proceso muy compartido” con otras creadoras, como la cineasta Arantza Santesteban, con quien ha ido revisando el texto del proyecto. “Siento y quiero hacer este proceso de manera muy compartida, también el las fases que vengan a partir de ahora”, dice la artista sobre esta película que plantea preguntas y que por eso mismo busca “abrir un espacio para generar diálogo y conversación. Se trata de un interés por colectivizar la duda, o politizar el malestar o la incomodidad”, cuenta.

El miedo a la propia muerte y el gran ciclo de la existencia

La artista plástica Mireya Martín Larumbe (Pamplona, 1980) explora su “principal y gran miedo”, el miedo a su propia muerte, a su finitud o desaparición, en la investigación N.N Nomen nescio, que ve como “el principio de un proyecto” que le “va a llevar todavía mucho tiempo y mucho trabajo por delante”.

El origen más claro de su investigación es un fragmento de la novela de Francisco Casavella El día del Watusi en el que el protagonista hace un listado de sus miedos. “Estaba leyendo el libro en un momento vital muy particular y pensé que tenía sentido que yo también hiciera un listado de mis miedos”, cuenta Martín Larumbe sobre el punto de partida de un proceso de investigación que se ha ido desencadenando casi un poco fuera de su control.

La artista fue “quitando capas, velos, a momentos vitales, a lecturas”, y eso le llevó a “cambiar la perspectiva” desde la que aborda sus trabajos. “Suelo hacer una traslación de lo confesional en literatura a las artes plásticas, de forma que mis trabajos están absolutamente relacionados con mi estar en el mundo y con mi experiencia autobiográfica y vital. Aquí he cambiado el lugar de mi voz, ya no presento dibujos de tipo canalizado, sino que he recurrido a otras realidades. Lo que me ha hecho entender la propia muerte no como algo absolutamente exclusivo, en el sentido de que pertenezco a una gran cadena que recorre toda la historia de la humanidad en este gran ciclo que es la existencia, más allá de mi propia existencia”, dice.

Ha trabajado con el carro de muertos de Olite, pieza del Museo Etnológico de Navarra; con restos humanos de excavaciones de la colección de arqueología del Museo de Navarra, a partir de los que ha creado dibujos en gran formato; con cenizas de hueso de caballo, con las que ha creado una vasija de barro refractaria; con “mantas de cola blanca” sobre las que ha dibujado; y ha recuperado su primera escultura, Vía Sacra, que data de hace 20 años y a través de la cual la artista simboliza la encrucijada entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, lugar en el que se siente situada en este momento en el que ha puesto su mente y su quehacer artísticos al servicio de un reto: “entender el ciclo de vida y muerte y lo próximos e inevitablemente unidos que están, como dos caras de la misma moneda”, dice Martín Larumbe.

EN CORTO

  • 3.000 euros de ayuda. Las artistas seleccionadas en esta convocatoria han recibido una ayuda de 3.000 euros para el desarrollo de su proyecto y han estado trabajando en los espacios de estudios del Centro Huarte entre febrero y junio de este año.
  • Acompañamiento. Durante sus residencias las artistas han estado acompañadas por tres profesionales. Alicia G. Hierro, Maider Oleaga y Arantza Santesteban han acompañado los procesos de Mireya Martín Larumbe, Oihane Mcguinness Armendariz y Maite Redondo Gaztelu respectivamente.
  • Fechas y horario de la exposición. La exposición inaugurada este viernes se puede visitar en la 2ª planta del Centro Huarte hasta el 16 de febrero de 2025. Para visitarla entre semana es necesario escribir previamente a coordinacion@centrohuarte.es; los viernes estará abierta al público de 18 a 20 horas. Los sábados y festivos abrirá por las mañanas, de 10.30 a 14.30 horas.