Desde hoy y hasta el 12 de enero de 2025, el Palacio Condestable de Pamplona será el escenario de la 27ª edición del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña. Organizada por Médicos del Mundo Navarra como parte de su campaña Crisis (In)visibles, esta exposición busca sensibilizar sobre las crisis humanitarias menos visibles, combinando la potencia del fotoperiodismo con una reflexión ética sobre la narrativa visual.
Durante la inauguración, Xandra Requiz, presidenta de Médicos del Mundo Navarra, destacó que la muestra “es mucho más que una serie de fotografías; es una invitación a reflexionar y acercarnos a las realidades de las crisis humanitarias que a menudo quedan ocultas”.
En el acto también estuvo presente Iñaki Porto, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de Navarra, quien agradeció la invitación a esta inauguración, subrayando la importancia de visibilizar el trabajo fotográfico en estos contextos. Porto recordó que, en el contexto del fotoperiodismo, “hacer una foto no es solamente darle a un botón”. Aclaró que cada fotografía tiene detrás una historia de investigación, esfuerzo y sensibilidad, resaltando que el trabajo del fotoperiodista no solo se basa en captar momentos, sino en transmitir la verdad y la realidad de situaciones complejas y a menudo invisibilizadas.
Uno de los momentos clave de la jornada fue la intervención de Anna Surinyach, fotógrafa documental y editora gráfica, quien compartió su experiencia en el fotoperiodismo. Surinyach subrayó la relevancia de generar preguntas a través de las imágenes, planteando nuevos enfoques para contar historias humanas. “El objetivo no es dar respuestas inmediatas, sino invitar a la reflexión”, comentó.
Anna Surinyach figura entre los finalistas de esta edición con su trabajo Mar de luto, cuyo objetivo principal es “visibilizar todas aquellas muertes y desapariciones que ocurren en nuestros mares y que Europa pretende invisibilizar”.
Durante su intervención, explicó que las dificultades principales del proyecto fueron “hacer visible algo que ya no existe, que es gente desaparecida”, y “localizar a estas personas, ponerles nombre, ir a las familias, tener los permisos y poder sumergir esas fotografías”. Además, subrayó que las imágenes utilizadas no fueron seleccionadas por ella, sino que son “las fotografías con las cuales los familiares buscan a estas personas”, muchas veces el “último selfie que les mandaron”. Surinyach detalló que sumergió las fotografías en los mares donde desaparecieron.
El premio principal de esta edición ha sido otorgado a Siegfried Modola por su serie Dentro de la revolución armada de Myanmar. Este proyecto documenta la brutalidad del conflicto civil en dicho país desde 2021, destacando las atrocidades cometidas contra la población civil y el desplazamiento de más de 1,4 millones de personas.
Entre los finalistas, destacan Eduardo Soteras, Anna Surinyach y Adra Pallón.
Soteras con su proyecto Tigray: Etiopía se hunde en el caos, que aborda las tensiones entre el gobierno etíope y el Frente de Liberación del Pueblo Tigray. Soteras documenta atrocidades como violaciones utilizadas como arma de guerra, desplazamientos masivos y hambrunas en una región marcada por el sufrimiento humano.
Adra Pallón con Demotanasia, una serie que reflexiona sobre el impacto del envejecimiento y la despoblación en áreas rurales de Galicia. A través de su obra, Pallón expone cómo la falta de recursos y políticas eficaces agravan problemas medioambientales y sociales en la llamada “España vacía”.
La exposición permanecerá abierta al público en el atrio del Palacio Condestable hasta el 12 de enero de 2025. A través de estas imágenes, el Premio Luis Valtueña sigue siendo un testimonio de las realidades humanas más difíciles de enfrentar, una llamada a la acción y a la empatía colectiva.