La primera pregunta es obligada: ¿por qué dice adiós Medina Azahara?
-Pensamos que era el momento idóneo para ello, porque estamos todos en perfectas condiciones, nuestra gira está demostrando que estamos al 100%, así que decidimos retirarnos ahora. Bueno, todavía nos queda un año, pero decidimos irnos ahora que nos encontramos muy bien. No queríamos arrastrarnos por los escenarios, como vulgarmente se dice.
Imagino que costará tomar una decisión así. ¿Llevaban tiempo meditándola, o ha sido algo más de repente? Por ejemplo, cuando sacaron su último disco, en 2023, ¿intuían que iba a ser el último?
-No, ha sido de repente. Un día nos pusimos a hablarlo, habíamos visto a Toni Kroos hacerlo y pensamos que si lo hacíamos nosotros algún día, queríamos que fuera así: sonando bien, haciendo una gira potente… Así fue como lo decidimos.
Dejan a sus espaldas cuarenta y cinco años de carrera, en los que la industria ha cambiado mucho. Empezaron con las casetes y los vinilos y terminan con las plataformas y el streaming. ¿Se han adaptado bien a tanto cambio?
-Nos hemos ido adaptando con el tiempo, no ha sido un cambio brusco, sino que ha ido poco a poco… aunque igual sí que ha sido demasiado rápido. A veces han sido las compañías las que nos han obligado a hacer esos cambios. Otras veces, cuando hemos sacado nosotros los discos, nos hemos dado cuenta de que la industria trabaja actualmente de otra manera. Antes se vendían un montón de discos, ahora muchísimos menos… Todo ha cambiado mucho.
Algunas cosas también han mejorado: las carreteras, por ejemplo, no son las de entonces, y las condiciones en general: los equipos, la seguridad, la acústica de las salas, los instrumentos, que ahora son más asequibles…
-Sí, por supuesto. Una de las cosas más importantes, las carreteras, que ahora te puedes desplazar a donde quieras y sufres menos. También es verdad que la edad va siendo mayor (risas). Siempre miras atrás y te gusta recordar las cosas que hacías antes. Nosotros seguimos viviendo de la misma forma: nos montamos en el coche, viajamos, llegamos a los sitios, tocamos… Es nuestra forma de vida, la elegimos desde un principio y nos ha ido estupendamente.
¿Y la percepción que se tiene de los músicos ha mejorado? Hasta no hace mucho tiempo, no estaba bien visto que alguien joven quisiera dedicarse a la música.
-Creo que sí. Yo tuve la suerte de que mis padres confiaron en mí, pero conozco chicos que quisieron dedicarse a la música y sus padres no les dejaron, pensaban que era una cosa de hippies. Ahora hay más conservatorios, academias de música… Los chavales van muy preparados cuando montan un grupo. Antes sobresalían las ganas de hacer cosas, nos lanzábamos a hacer canciones y a tocar en directo.
Hablando de tocar en directo, he leído, y no sé si será cierto porque es una auténtica barbaridad, que han girado todos los años que han estado en activo, salvo el de la pandemia. ¿Eso ha sido realmente así?
-Sí, efectivamente. Solo paramos ese año, obligados. Es verdad que todos los años hemos tocado, y, además, con una cantidad de actuaciones inmensa. Estamos muy agradecidos a nuestros seguidores, que son los que te llevan en volandas para hacer tantas galas.
Medina Azahara siempre ha tenido un público muy fiel, pero creo que la de los noventa fue la década de más explosión. ¿Cómo vivieron aquella vorágine?
-Bueno, Medina tuvo varios momentos grandes. Los primeros tres discos fueron súper exitosos, con giras grandiosas, pero es verdad que, en los noventa, con discos como Sin tiempo o Donde está la luz, fue impresionante. Éramos número uno en todas partes y las giras fueron interminables, pero la verdad es que nunca hemos parado. Lo que nos gusta es estar en la carretera, tocando, en contacto con nuestra gente.
Uno de los grandes logros del grupo ha sido encontrar ese estilo característico y mantenerlo en medio de todas las modas que ha habido en estos años.
-Esa es una de las ventajas que ha tenido siempre Medina. Hemos tenido nuestro propio estilo, aunque veníamos del rock andaluz, pero hemos definido un estilo personal, a la primera nota ya sabes que la canción es de Medina. Nos podíamos haber conformado con hacer cosas como Triana, pero nos atrevimos con otras cosas que igual a ellos no se les ocurrieron.
Y en todo este tiempo, ¿han recibido consejos, sugerencias o incluso presiones para cambiar un poco ese estilo y tratar de adaptarlo a lo que estuviese de moda en cada época?
-Sí, muchas veces. En alguna compañía nos pidieron que nos adaptásemos a lo que vendía en aquellos años. Si eso se lo dicen a los Rolling Stones o a Scorpions, se hubiesen reído, y más o menos fue lo que hicimos nosotros: esperar nuestro momento y hacer lo que queríamos hacer. El tiempo nos ha dado la razón. No hemos sido un grupo de moda, pero hemos estado siempre ahí, lo que nos ha permitido sobrevivir de manera digna y haciendo lo que nos salía de dentro.
Mencionaba antes el rock andaluz, ese movimiento del que Medina Azahara forma parte junto a otros grupos como Triana o Smash; ahora hay muchos artistas que se inspiran en eso, desde Manolo García a grupos de rock urbano, pasando por nuevas bandas como Derby Mororeta’s Burrito Kachimba o La Plazuela.
-Sí. Realmente, la música son influencias. Keith Richards mamaba de Chuck Berry y los grupos andaluces nuevos pueden ver lo que ha hecho Medina para resistir tanto tiempo. También hay grupos como Triana, que solo con cuatro discos dejó una huella que permanecerá para siempre. Medina ha perdurado y ahí están las influencias, para que las coja el que quiera.
Cuando mira hacia atrás, ¿eso es lo que más orgullo le produce?
-El orgullo de haber seguido el camino que elegí, saltando las trabas que otros ponían. No todo el mundo puede decir lo mismo. Hay grupos a los que les han impuesto un sonido determinado, pero nosotros siempre hemos hecho lo que hemos querido: nuestra música, nuestra forma de vestir… Estamos orgullosos de eso.
Esta despedida de Medina Azahara, ¿es un adiós al grupo o un adiós a la música?
-Bueno, aún está lejos el momento del adiós, será en octubre de 2026. Da un poco de vértigo pensarlo… Yo creo que será un adiós definitivo, pero no un adiós a la música. Todos seguiremos haciendo música y componiendo, pero fuera del proyecto de Medina Azahara.
¿Y cómo están siendo estos conciertos? Imagino que habrá una mezcla de emociones interesante.
-Efectivamente. Siempre está la ilusión de tocar, pero cuando estás dentro de ello te das cuenta de que es uno de los últimos que vamos a hacer. La gira está siendo apoteósica, a la gente le está encantando y a nosotros también, por supuesto.
En Pamplona ya se han agotado las entradas. La noche promete.
-Sí, nosotros vamos con idea de hacer un conciertazo. Que la gente se lo pase muy bien, se divierta y llore con nosotros. Va a ser una noche inolvidable.