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“El sello de la música de OBK es la emoción”

El grupo actuará por primera vez en San Fermín este jueves, 10 de julio, a las 23.45 horas en la Plaza del Castillo

“El sello de la música de OBK es la emoción”Cedida

Con más de treinta años de carrera, OBK, uno de los referentes del pop electrónico nacional actuará la noche del jueves, 10 de julio, por primera vez en San Fermín. Después, será el turno deLadilla Rusa (01.00h).

¿En qué momento llega OBK a Pamplona?

–Pues en un gran momento, piensa que va a ser la primera vez que voy a los Sanfermines y llevo treinta y cuatro años en esto. Estoy en una etapa muy bonita, después de más de treinta años de carrera, estoy recogiendo el premio de que el público te quiera ver en muchos sitios. Estoy trabajando como nunca, nunca había tenido tantos conciertos. Es una etapa de redescrubrimiento de lo que ha querido hacer OBK en todos estos años a nivel musical en España.

El éxito les llegó muy rápido: con su primer disco, Llámalo sueño, vendieron cuatrocientos mil discos. ¿Cómo se asimila algo así?

–Nunca lo hemos pensado, la verdad. Parece que fue ayer. Fue todo tan de corazón, de una manera tan pasional… Fíjate, yo hacía las canciones en mi habitación. De repente, ver que esas canciones que has escrito en tu casa llegan a tanta gente… De ahí el título del disco, Llámalo sueño. Es que fue un sueño, el sueño de cualquier chaval: grabar un disco, sonar en la radio… Las circunstancias hicieron que todo funcionara. Llegamos en el momento justo, con el tipo de música que los adolescentes querían. Éramos muchos los que nos sentíamos fans de la música electrónica, sobre todo de Depeche Mode. Nunca hemos ido de nada. Mi cultura musical está formada por la música electrónica, que era lo que me fascinaba, pero también de las baladas de Umberto Tozzi, Elton John, George Michael… Todo ese conglomerado de influencias hizo posible OBK, y aportamos un poco de aire fresco al panorama musical, donde los sintetizadores no eran habituales. Esa es la clave del éxito de OBK. He sabido hacer melodías y he sabido llegar al corazón del público, que es lo que cualquier creador quiere. 

¿Tenían expectativas de llegar a donde llegaron? La música electrónica era todavía muy underground en España.

–Yo era muy fan de Mecano, que tenía mucha electrónica. En muchos de sus discos, Mecano se puede considerar un grupo techno pop. Luego está tu manera de ser. Cualquier chaval que quiera ser Messi, seguramente no llegará a serlo, pero tener esa inspiración es importante. Hacíamos lo que nos gustaba, con honestidad y con coherencia. Si no, no estaríamos hablando ahora de OBK. El grupo tiene un montón de canciones populares, no es solo Historias de amor. Y eso se ve en los conciertos. Venimos de los singles de los años ochenta, que eran todo pelotazos, en tres minutos había siempre unas estrofas y unas melodías increíbles. Esa es mi escuela. Me fascina la electrónica, pero también me gusta mucho el rock y tengo temas más rockeros. Pero es cierto que los sintetizadores tienen algo que me gusta. La tecnología me flipaba, trabajar con ordenadores… Los adolescentes quieren hacer algo innovador, como hacen ahora con la música urbana.

¿Quizás esa mezcla de influencias ha ayudado a que las canciones de OBK perduren? Porque la electrónica, al ser tecnología, puede envejecer mejor o peor, pero tiene que haber ahí una esencia, independientemente del envoltorio, ¿no?

–Totalmente. Siempre decía que, escuchando el Yesterday de los Beatles, no necesitaba más. Es una gran canción, algo atemporal, universal. Como cuando escuchas una gran pieza de música clásica. Hay que tener ese no sé qué, que no sé que es, pero creo que yo también lo tengo. Para ser creador, tienes que ser un buen observador. En los ochenta, todo lo que escuchaba en la radio eran hits. Aprendes a base de escuchar los discos, y cuando los analizas de una manera tan pasional, aprendes música. Porque esa es otra, yo nunca he estudiado música, pero era tal la pasión que le ponía que iba uniendo piezas y salían canciones que me gustaban y que luego también gustaron a la gente. Hay mucha música electrónica en España, pero yo creo que el sello de OBK es la emoción.

"Soy como los Estopa del techno (risas), me siento cercano. La música electrónica tiene cierto aura de gente rara, pero yo soy muy normal"

Otro dato relevante en su biografía tiene que ver con los vídeo clips, muchos de los cuales fueron rodados por Juan Antonio Bayona, que hoy es toda una institución en el mundo del cine, pero que entonces estaba dando sus primeros pasos.

–Sí, lo primero que hizo Bayona fue con nosotros, que nos hizo catorce videoclips. Apostamos por él, fue una gran sorpresa ver el primer vídeo que nos hizo, que era lo primero que él mostraba al mundo. Ahí vimos que tenía mucho talento, con muy pocos medios hizo un vídeo que nos encantó. Y mira dónde está ahora. Supimos aprovechar la oportunidad que nos dio la vida. 

¿Y cuál es el grupo de OBK ahora mismo? ¿Es el que empezó a seguir al grupo hace treinta años? ¿O se han añadido nuevas generaciones que lo han conocido a través de sus padres o sus hermanos mayores?

–Tal cual. Los padres se enamoraron y se casaron, han crecido con la música de OBK, y eso pasa a los hijos. Yo tengo 56 años, mi primera generación de fans ronda los 50, la mayoría son papás, han puesto las canciones a casa y ahora los niños vienen a los conciertos. Ahora ves tres generaciones en nuestros conciertos, es muy chulo. Además, ahora la gente está más disfrutona, hay un boom con la música en directo, a partir de la pandemia la gente está con el carpe diem. El revival de los noventa me ha cogido de lleno y la gente se está dando cuenta de que OBK tiene muchas canciones que han hecho mella en el pop nacional. Estoy recogiendo lo sembrado.

Jordi Sánchez, en una imagen promocional.

¿Se vive igual el éxito ahora que hace treinta años?

–Lo disfruto más ahora. Soy más consciente de lo conseguido, de lo difícil que es estar, después de treinta años, hablando aquí contigo. Cierro los ojos y parece que estoy en mi habitación, en casa de mis padres, haciendo canciones. Es un sueño muy bonito. Tuve la suerte de triunfar con el primer disco y eso me ha permitido ser muy libre, creativamente hablando. Me siento muy privilegiado y soy muy consciente del cariño que me ha dado la gente. Estoy aquí gracias a la gente, la prensa especializada no sé hacía eco de lo que aportábamos. Cuando eres joven te molesta, pero al final soy un tío que hace música pop, quiero hacer canciones que emocionen, que la gente se identifique con ellas. Soy como los Estopa del techno (risas), me siento cercano. La música electrónica tiene cierto aura de gente rara, pero yo soy muy normal. Y sigo teniendo mucha ilusión, eso es fundamental. Yo creo que se nota que te estoy contestando ilusionado, y es que realmente lo estoy. Me apetece un montón ir a tocar a los Sanfermines, que en más de treinta años nunca he estado.

Nunca ha tocado en San Fermín, ¿pero conoce las fiestas? ¿Ha venido en alguna ocasión?

- No, ni tocando ni disfrutándolos. No he ido nunca. Mi compañero Miguel sí que fue al principio, cuando empezábamos, y creo que corrió el encierro. Este año los veré yo y disfrutaré del ambiente.