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Emilio Silva combate el silencio con 'Nébeda', su primera novela

Al activista de Elizondo le gustaría que su libro, editado por Alkibla, ayudara a otras familias que, al igual que la suya, vivieron durante décadas ocultando y "camuflando" su pasado antifranquista

Emilio Silva combate el silencio con 'Nébeda', su primera novelaRedaccion DNN

Emilio Silva Barrera (Elizondo, 1965), nieto del primer desaparecido republicano identificado genéticamente, acaba de publicar su primera novela, Nébeda, que concibió hace años y cuya historia fue el detonante de su activismo a favor de la memoria y con la que ha logrado sanar una historia familiar silenciada por el franquismo. Edita el sello navarro Alkibla.

"La novela es una forma de combatir el silencio de una historia familiar", cuenta Silva, conocido por su trabajo como presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

Es la primera novela que el escritor navarro publica tras otros libros de estilo más ensayístico y periodístico y lo hace 25 años después del hallazgo en el municipio de Priaranza del Bierzo (León) de la fosa común donde estaban enterrados los restos de su abuelo, militante republicano asesinado por falangistas en octubre de 1936, junto a doce hombres más.

Este hecho está íntimamente relacionado con la novela, ya que Silva abandonó en 1999 el trabajo que tenía en una editorial para escribir un libro sobre su historia familiar y fue un año después, durante las labores de documentación, cuando encontró la fosa común gracias a un viejo amigo de su padre.

La novela estuvo a punto de ser publicada en 2004, pero en ese momento Silva todavía no estaba preparado para afrontarlo y dio marcha atrás

El regreso de dos exiliados

Ahora, en cambio, está muy satisfecho por sacar a la luz un libro que asegura que le cambió la vida y con el que espera poder ayudar a otras familias que, al igual que la suya, vivieron durante décadas ocultando y "camuflando" su pasado antifranquista.

"Todo lo que sea hablar de ese pasado, explicar ese pasado, interpretar ese pasado, ayuda a exiliar el silencio, que es lo único que se tenía que haber exiliado en estas familias", afirma Silva, para el que escribir Nébeda ha supuesto un "esfuerzo terapéutico".

Portada del libro.

La novela narra la historia de dos ancianos antifranquistas, Justo y Avelino, que se exilian a Buenos Aires y regresan décadas después a Pereje, su pueblo de El Bierzo, donde se reencuentran con su pasado en una España ya democrática.

En esta historia hay una parte de ficción y otra de realidad, ya que Pereje es el pueblo de nacimiento del padre de Silva, reflejado en parte con el personaje de Justo, y de su abuelo paterno, con el que el autor comparte nombre.

En la vida real el padre de Silva no se exilió durante el franquismo, pero dos de sus hermanos sí, aunque el autor recalca que tener que silenciar el asesinato de un familiar tan cercano por los falangistas, como le ocurrió en la novela también al progenitor de Justo, es una forma de exilio interior.

"Todo lo que sea hablar de ese pasado, explicar ese pasado, interpretar ese pasado ayuda a exiliar el silencio, que es lo único que se tenía que haber exiliado en estas familias"

Emilio Silva . Escritor

El silencio, forma de exilio

"Si una familia como la mía tiene que esconder quién es y qué le ocurrió y tiene que emigrar a otra identidad, donde no tuvieron ese padre, donde la Falange no asesinó a ese padre, donde no van a crecer como hijos de un rojo. Pues eso también es una forma de extrañamiento, de exilio", señala.

La implicación personal que supone para Silva esta novela es evidente incluso por su propio título, Nébeda, el nombre de una planta aromática que su abuela paterna usaba para variar el sabor de las castañas.

Silva se alegra de que en los últimos años la mayoría de familias con pasado antifranquista hayan perdido el miedo a hablar, pero como presidente de la ARMH, fundada a raíz de la excavación de la fosa de su abuelo para ayudar a la localización de otros desaparecidos durante el franquismo, denuncia que todavía no haya en marcha una verdadera oficina de atención estatal a estas víctimas.