En el penúltimo concierto, la cincuenta y seis edición de la Semana Estellesa ha invitado al Revocal Ensemble Kosovo. Aún nos quedan ecos del sufrimiento de esos territorios por la guerra de Bosnia; así que el conjunto vocal fue recibido por el público con especial cariño. Y del mismo modo se les despidió. A la salida, se mostraban felices y agradecidos. En el programa primaron las canciones folklóricas, no solo kosovares, sino también, de Irlanda, Finlandia, Albania y Bulgaria; además de dos importantes incursiones en la música antigua: Tomás Luis de Victoria y Monteverdi. Este coro de cámara (2 sopr. 2 alt. 2 ten. 1 contratenor. 2 baríto. 1 bajo) tiene gran calidad vocal en las cuerdas femeninas; el resto cumple con su cometido, pero, quizás, esperábamos –viniendo de esas tierras- más brillo en tenores y más pedal (o sea, más timbre grave) en los bajos. A excepción de los clásicos citados, el programa se mueve en nuestra época (s. XX-XXI).

Comenzó el concierto con Stars de Esenvalds (1977), una canción un tanto arcaica, con vocalizaciones interpuestas entre las voces, (al estilo de G. de Machaut) que cumple con la idea del festival estellés de este año: lo antiguo como inspiración de lo moderno. Aunque no estaba en el programa, le sigue el Oh Magnum Mysterium de Victoria, sin duda un guiño al público español: se agradece. Hacen una versión muy medida de compás, más como se interpretaba antes, algo romantizada. Le sigue una canción en la que el grupo se acompaña con armónica de cristal (o sea, vasos de cristal con distintas cantidades de agua); es una obra en el estilo (para entendernos de A. Pärt), agradable y con leves choques armónicos, siempre con ese carácter un tanto místico y etéreo que da el sonido como diluido en el agua. Bien, pero, para mí, la cumbre de la velada fue la magnífica interpretación de la solista en El lamento de la Ninfa de Monteverdi: lo hizo con voz potente, garra y drama operístico, como debe ser; convenció su teatralidad y su interiorización del personaje, todo cantado con rotundidad, pero manteniendo el estilo; las tres voces masculinas, la secundaron muy apropiadamente, así como el acompañamiento de la clavecinista.

Todo el repertorio folklórico cumplió con lo que se suele esperar de este tipo de canciones: cambios radicales de lo más lento a lo más rítmico, algunas onomatopeyas vocales que imitan ruidos de la naturaleza o similares, glisandos (esos deslizamientos de las voces, sobre todo en los finales), historias más bien optimistas y de fondo bailable, y hasta ritmos palmeados un tanto pop. Hay que señalar el empaste y equilibrio vocal entre las cuerdas femeninas; sin predominio invasivo de las sopranos, sin taparse unas a otras; y hermosos dúos entre solistas. Los cantantes de Kosovo crearon un buen ambiente para un público que les aplaudió repetidamente, forzando dos propinas, una un tanto melancólica, y otra más movida, popular y alegre.

Semana de Música Antigua de Estella-Lizarra

Intérpretes: Revocal Ensembre Kosovo. Rafet Rudi, dirección. Programa: Obras de T. L. de Victoria, Monteverdi, Esenvals, Runestad, Mengiqi, Dohmi, Jekavsone, Antoni, el propio Rudi, y canciones tradicionales de autores anónimos. Lugar: Iglesia de San Miguel. Fecha: 12 de septiembre de 2025. Incidencias: Llenos los bancos centrales (14 euros).