Han pasado sólo unos meses desde que Siete de Picas publicó su primer disco, pero la banda lleva tiempo gestándose. Años. Porque fue en el colegio cuando un grupo de amigos soñó con formar un grupo para finalmente, una vez terminada la universidad, grabar Lo que queda de mí: un debut musical que ahora presentan en salas y que les llevará a festivales como el Sonorama Ribera. Sobre él ha charlado Joaquín Puche (voz) con EL CAMALEÓN.

-Si las canciones que recoge el disco son lo que queda de vosotros, ¿cómo es este debut de Siete de Picas?

-Creo que completo. Este disco habla de una etapa, que creo que es muy bonita, que es la de cuatro años de universidad, de cuatro compañeros... Y como escribimos los cuatro, son cuatro visiones diferentes. Lo que queda de mí, la canción que da título al disco, es de las más antiguas que habíamos escrito y también representaba esa idea de que después de esos cuatro años, lo que queda de nosotros son estas canciones.

-¿Cómo termina uno dejando a un lado el estudio 'convencional' y optando por grabar su primer disco en una finca de Segovia?

-Fue una locura, de película prácticamente. Llegamos allí el primer día con la intención simplemente de hacer una preproducción del disco en la casa junto a nuestro productor Edu Figueroa y nuestro arreglista Victor Elías... pero nos sentimos tan a gusto que decidimos mover todo el estudio a la casa. Tuvimos que echar abajo la cocina, pusimos una mesa de sonido para hacer una pecera, la señora de la casa volviéndose loca cada vez que entraba. Además en la finca había una burra, Paca, de la que nos encariñamos mucho y ha terminado siendo el logo del grupo.

-En este mundo de etiquetas, ¿Siete de Picas es pop, es rock, es...?

-Podemos incluirnos dentro del pop rock, pero es un disco variado. Quedan pocos grupos en los que los cuatro sean escritores de las canciones y de la música y se ven mucho las influencias de cada uno: hay temas que tiran a un sonido latino, otros a bossa nova, otros a un pop más clásico, otros se quedan en el rock.

-Quizá el hilo conductor de todos ellos sean esos estribillos que tienden a quedarse en la cabeza...

-Eso dice nuestro productor, que tenemos la suerte de escribir estribillos bastante pegadizos. Pero es que pegadizo como concepto... Nosotros simplemente hacemos melodías que nos parecen sencillas y que nos gustan. No nos gusta sobredecorar las canciones, nos parece que en la sencillez muchas veces está la virtud y a veces esos estribillos funcionan, la gente nos canta y eso es maravilloso.

-En nota de prensa, presentan 'Lo que queda de mí' como "canciones frescas, divertidas y fiesteras, con carácter de himno". Si entendemos el himno como una composición musical emblemática de una colectividad, ¿a qué canta Siete de Picas, que conecta a la banda y a su público?

-Son pequeños himnos o himnos muy jóvenes, por así decirlo. Quién soy yo con 24 años para hablar de la vida€ hablo de la mía. Creo que está ahí la conexión con el público, que tiene más o menos nuestra edad y al final han tenido esas vivencias. Si tu haces un himno como es la canción Grítame a una ruptura, la gente se queda con ese estribillo, con el "grítame que nunca has querido final", porque se siente identificado. Son historias que enganchan a la gente porque son reales y de verdad, que le pueden pasar a cualquiera. Es el día a día de un chaval universitario cuyos problemas, desgraciadamente por así decirlo, están entre el amor, el salir de fiesta, hacer amigos, viajar€ esas cosas que luego cuestan más.

-Vista la actividad y repercusión de la banda en redes sociales, ¿qué le debéis a Internet?

-A veces nos quejamos de las redes sociales, pero realmente son un altavoz tan grande... Antes no había estos medios para llegar a la gente. Es una ayuda y es verdad que tienen ese doble filo de peligrosidad en algún punto y hay que tener cuidado pero es la manera que tiene hoy en día una banda de comunicarse con su publico de la forma más cercana posible. La industria va evolucionando y hay que ir evolucionando con ella.

-Esta noche ofreceréis vuestro primer concierto en Iruña. ¿Cómo son los directos de Siete de Picas?

-Somos cuatro amigos que a pesar de tener 24 años, es como si de repente volviesen a tener 13 años, se subiesen a un escenario y se lo pasasen bien. Eso muchas veces se transmite al publico y cuando es así, los bolos son maravillosos. Además, nos gusta tocar los temas que todo el mundo conoce y luego enseñar cositas que estamos haciendo o que hemos hecho y tenemos intención de sacar.