kristianstad. España logró un importante triunfo (26-24) sobre Alemania, que aclara el camino hacia las semifinales, en un disputadísimo encuentro, que se decantó finalmente del lado español, gracias a la efectiva defensa 5-1 con la que afrontó el tramo final. Le costó al equipo español asentarse, la defensa careció de inicio del carácter inexpugnable que mostró ante Túnez (tampoco Sterbik funcionaba), mientras que en ataque, la fluidez fue mayor. Circunstancias que permitieron a Alemania tomar de inicio la delantera en el marcador, con rentas no superiores a los dos tantos (4-6).
El encuentro cambió para los de Valero Rivera con la entrada de Cañellas, que dotó de mayor claridad al ataque y blindó la defensa. Así España dio la vuelta al marcador, en el que pasó de perder a mandar por dos goles de ventaja (11-9) a siete minutos para el descanso. Renta que no supo conservar, pese a gozar incluso de una doble superioridad numérica, hasta el receso (13-13).
Una segunda parte en la que España siguió fallando en la portería, al contrario que Alemania, que encontró en Bitter (42% de acierto) el mejor salvavidas para evitar cualquier intento de escapada del equipo español, lo que permitió a los germanos situarse con una inquietante renta de tres tantos (18-21) superado el ecuador de la segunda mitad. España necesitaba un revulsivo y lo encontró donde hasta entonces había tenido más problemas, con una increíble parada de Sterbik en un contraataque de Pfhal, que hubiera puesto a los alemanes cuatro por encima.
Esa acción transformó al portero, que sumó tres paradas consecutivas, que acabaron por afianzar la defensa 5-1. La reacción se hizo realidad a cinco minutos para la conclusión con un contundente parcial de 8-1, que situó a los de Valero Rivera con cuatro goles de ventaja (26-22), distancia insalvable para Alemania.