UN año más, y ya son 47, San Miguel de Aralar fue el punto de encuentro de cientos de amantes de la montaña. Era el Mendigoizaleen Eguna, el Día de los Montañeros, una cita con fecha fija, el domingo anterior a la Navidad. Ayer la meteorología se sumó a esta fiesta, con una jornada primaveral que animó a muchos a calzarse las botas y subir a Aralar. Entre la niebla al principio de la ascensión y bajo un luminoso cielo azul después, en lo alto las vistas eran impresionantes, con montañas sobresaliendo en un mar de niebla.
"Hemos visto entre nubes los Pirineos nevados, la sierra de Cantabria, el Moncayo, el Aitzkorri…", observaba maravillada Maritxu Sorabilla, de 85 años, una veterana montañera que ayer no quiso perderse esta fiesta. Convaleciente de una enfermedad, llegó en coche pero se animó a subir a Artxueta al igual que muchas otras personas, algunas en mangas de camisa. "Hace un día extraordinario" señalaron Juan Carlos Vicuña, Luis Pérez y Patxi Ciaurriz, de la cuenca de Pamplona. Incondicionales de esta cita, recordaba que tampoco faltaron el pasado año, con más de 50 centímetros de nieve. Ayer fueron de los más madrugadores. "Hemos salido de Uharte Arakil a las ocho, todavía sin amanecer, y ya estábamos aquí para las diez" apuntaron.
Lo cierto es que a partir esa hora el reguero de montañeros fue constante. Así, muchos se dirigieron a cafetería o al refugio a almorzar, dónde los montañeros compartieron comida entre amigos. Poco antes del mediodía eran numerosos los grupos del club Anaitasuna, anfitriones de esta jornada festiva organizada por la Federación Navarra de Montaña y Escalada. "Es un día que significa mucho, una manera de celebrar el fin de año y también es una manera de juntarte con amigos y gentes de otros clubes" observó Txumarra Garisoain, delegado de la sección de montaña del Anaitasuna. También recordó que esta jornada de encuentro y hermandad montañera se remonta a 1964, año en que tres montañeros navarros fallecieron por diferentes causas en el monte, celebrándose desde el año siguiente. Por otro lado, adelantó que de la próxima edición también se encargará el club Anaitasuna. "Hay gente que parece que no quiere organizar y volveremos a hacerlo nosotros" apuntó Garisoain.
DIFERENTES RUTAS Sin una ruta preestablecida, los montañeros ascendieron principalmente de Uharte Arakil, aunque fueron muchos los que subieron por Madotz, tanto por Agiri como por Ata y también por Baraibar, Iribas, Lakuntza o Guardetxe, diferentes opciones para un mismo destino, San Miguel de Aralar. El objetivo era llegar al mediodía. Y es que a las 12.30 horas el capellán de San Miguel, Mikel Garciandía, ofició una misa en recuerdo de los montañeros fallecidos.
El momento de reponer fuerzas llegó después, con un almuerzo en los bajos de la hospedería. La novedad de este año fue que el bar del santuario se encargó de ofrecer el almuerzo. Para la ocasión prepararon 50 litros de caldo además de queso, embutido, galletas y patatas fritas. Para acompañar el hamabietako, vino y refrescos.
Allí se reunieron montañeros de diferentes rincones de Navarra, asiduos a esta cita de disfrute de la montaña y de la gran familia montañera. "Sin venir este día a San Miguel, la Navidad no es lo mismo. Es un día muy especial" aseguraron Jeru Olea, Isi Luquin, Carmen Osés, Milagros Marturet y Elena Arteta, del Lagunak de Barañáin. De parecida opinión era Inma Martínez, del Oberena, que subió desde Madotz junto a Miguel Sola y Eduardo Sarobe. "El Mendigoizaleen Eguna es un día especial. San Miguel es San Miguel" observó.
También eligieron esta ruta Mª Ángeles Zestau, Antolín Sanz y Carmen Fernández, del club Alaitz de Tafalla, que ayer fletó un autobús. "Ha habido gente que no ha podido venir porque no había plazas" aseguraron. En total ayer se pudieron ver ocho autobuses además de numerosos coches sin olvidar que muchos montañeros hicieron el camino de ida y vuelta.
Lo cierto es que la cita de ayer fue una de las más multitudinarias que se recuerdan. "Ha salido un día fabuloso, con mucho ambiente" observó Martín Montañés, nuevo presidente de la Federación Navarra de Montaña y Escalada desde el pasado junio. Con 8.400 licencias, Montañés, destacó el tirón de la escalada entre los jóvenes. Por ello, uno de sus principales objetivos será promocionar este deporte "sin descuidar la montaña" tal y como subrayó. En este sentido, recordó que en Navarra hay habilitada una red de 800 kilómetros de senderos que hay que mantener, señalando que también son un reclamo turístico. "Hay mucho por hacer y no hay dinero" observó. En relación a la escalada, adelantó que la Federación quiere sacarla a la calle, por lo que están trabajando para poder realizar una prueba de bloque en la plaza del Castillo.