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Frío y ganas en las cimas de Sakana

pese al retorno del invierno más crudo, 470 montañeros participaron ayer en la sakanako ibilaldi handia

Frío y ganas en las cimas de Sakana

NIEVE, ventisca, lluvia, granizo y sobre todo frío fueron ayer algunos de los ingredientes de la Sakanako Ibiladi Handia. Los grandes protagonistas eran los 470 montañeros que desafiaron a la meteorología y tomaron parte en esta marcha no competitiva organizada por Iratxo Elkartea de Irurtzun. Pero también salió el sol, dando luz y brillo a los impresionantes parajes por los que discurrió la marcha.

Si bien unos cuantos prefirieron quedarse en casa en este fin de semana invernal en plena primavera, había 540 preinscritos, ayer se apuntaron 159. La mayoría eligieron la marcha larga. Eran 55,6 kilómetros y un desnivel de 3.000 metros, que unían las ermitas de San Donato, San Miguel de Aralar y Trinidad de Erga, de ahí el nombre por el que también se conoce esta dura exigente marcha, la más veterana y larga de Navarra. Está incluida en el Circuito de Grandes Recorridos de Euskal Herria.

Los principales escollos fueron la subida a Txurregi, la gran V que forma el recorrido entre Beriain y San Miguel y por último, la subida a Trinidad de Erga. Este año trajo novedades, con el descenso por Ata en vez de por Agiri. "El tiempo la está haciendo más dura" observó Alberto Larrea, de Oñati, ya habitual en esta cita. Ayer acudió con Josu Artetxe, de Bermeo, que se estrenaba en la prueba. "Arriba estaba malísimo, mucho frío y ventisca. Pena de vistas pero otro año será" señaló este vizcaíno.

Para Jon Azkona, de Pamplona, era su segunda Ibilaldi Handia. La primera vez la realizó hace tres años, con un día espléndido. "Es muy diferente, pero aún y todo merece la pena", observó. Junto a él estaban Aitor Blanco e Iñigo González, nuevos en esta cita. "Suele coincidir con las fiestas de la Chantrea", apuntaron.

NOVEDADES Empujadas por la meteorología y otras atraídos por los cambios, unas 150 personas eligieron el recorrido corto, de 31,2 kilómetros y un desnivel de 1.150 metros, conocido como Gaztelu-Larrazpil. Y es que atendiendo a las sugerencias de muchos participantes, que se quejaban de que el recorrido corto era demasiado largo y duro, se redujo 10 kilómetros. Después de ascender a Gaztelu, se bajó por Ekai, siguiendo por Etxarren e Itxasperrri para ascender Larrazpil por Madotz. Continuó por Goldaratz, atravesando el río Larraun por el puente nuevo para llegar a Irurtzun. "Nos hemos animado porque este recorrido es más fácil", señalaron Esther Dávila y Mª José Cuadrado, de Irurtzun. Para Sergio González y Maite Ruiz de Larramendi, de Egiarreta, el cambio había sido un acierto.

Para recuperar fuerzas, a lo largo del recorrido había seis puntos de avituallamiento y masajes de la Escuela Surya al final. "Hacen una labor muy reconfortante que la gente agradece", señaló Pello Alzueta, de Iratxo. También destacó que ayer no hubo ningún percance reseñable. Todos los participantes recibieron un obsequio y se sorteó material de montaña.

Esta marcha comenzó su andadura en los años 80. Pero fue a partir de 2002 cuando amplió su recorrido, parecido al actual. Aquel año participaron 200 montañeros, llegando a 1.092 en 2010. El pasado año, con una lluvia que apenas dio tregua, fueron 777 senderistas.