pamplona - El San Antonio bajó el telón en julio de 2012. La falta de un sponsor

Atrás quedaban nombres como Buligan, Kisselev, Richardson, Balic a principios de siglo o Guardiola y Mindegia en la última campaña. Por ilustres e historial, el San Antonio era un grande de un deporte severamente castigado por la crisis.

Sin embargo, los albiazules no estaban muertos, ni tampoco caídos en el olvido. A finales del pasado junio se anunció que el San Antonio volvía a las canchas, concretamente a las de Primera Nacional, en un proyecto presidido por Andoni Resano y con el exjugador del Mikel Idoate en el banquillo. “Hay una vinculación del club con Pamplona desde 1956 y era una pena que se perdiera”, comenta Resano, que asegura que este proyecto cuenta con el respaldo de mucha gente.

El uniforme tiene los mismos colores que el de antaño y el escudo permanece inalterable. No obstante, ahí acaba el parecido porque son dos entidades completamente distintas. De hecho, ni tan si quiera tienen el mismo nombre. El antiguo se llamaba Sociedad Deportiva Cultural San Antonio y el actual es el San Antonio Balonmano Club Deportivo.

La idea de resucitar al San Antonio, o al menos de hacer una copia muy aproximada del antiguo, se lleva gestando desde hace tiempo. “Hace tres años que empezamos a trabajar en el tema. No pudimos acceder a la plaza que entonces se compraba libremente. Estuvimos a punto pero no pudimos”, destaca el presidente.

La clave del párrafo anterior es la palabra libremente. El principal obstáculo con el que se encontró este año el San Antonio para inscribirse a la Primera Nacional fue que, con el objetivo de regular las refundaciones, La Real Federación Española de Balonmano estableció que para que un club pudiera comprar una plaza, éste debía tener al menos tres años de antigüedad.

el intercambio Era necesario buscar una solución para evitar esta traba legal. Para ello se optó por comprar el NIF, el equivalente al DNI para las personas, a Maristas, club que el año pasado ascendió a Primera Nacional. Una vez llegado a un acuerdo tocaba inscribirse en la Federación -bajo el nombre de Maristas- para posteriormente cambiar la denominación a San Antonio.

El proceso se oficializa con la dimisión de la antigua junta directiva de Maristas y la toma de poder por parte de la nueva. Todo está cerrado y el procedimiento descrito anteriormente es perfectamente legal pero a día de hoy, el San Antonio aún no tiene escudo en la web de la Federación.

Después había que solucionar el tema económico, principal caballo de batalla. Sin embargo, una marca con solera como el San Antonio facilitaba la búsqueda. “Este año buscamos un patrocinador. Jacar se muestra muy interesado y nos apoya desde el primer momento”, afirma Resano. El club pasa a llamarse Jacar San Antonio, firmando un contrato por dos años. Para los desplazamientos sella un pacto con Autocares Fonseca.

Sin embargo, el club quiere dotarse de una estructura y ansía recuperar la masa social del antiguo San Antonio. Para ello este fin de semana lanzará una campaña de socios simpatizantes, para todas aquellas personas que quieran colaborar económicamente -30 euros el carnet- con el nuevo proyecto.

En lo deportivo, como cualquier equipo que comienza a andar, lo primordial es mantener la categoría. Todas las piezas son nuevas y la base está formada por jugadores jóvenes, muchos de ellos procedentes del Lagunak.

El pasado sábado debutaron con derrota (29-21) ante el Uharte, pero Idoate confía en que la plantilla posee mimbres suficientes para salvarse.

A largo plazo, y aunque la prudencia reine en la entidad, el reto es ir ascendiendo para recuperar poco a poco esa esencia perdida con la disolución del antiguo San Antonio.

Los albiazules están de vuelta en las pistas de balonmano, un lugar que por desgracia tuvieron que abandonar tras años de dudosa gestión. Cuesta reconocer en este grupo de chavales al mismo equipo que un día levantó la Copa de Europa, pero lo importante es que un clásico del deporte navarro está de vuelta. Sin los galones de tiempos pretéritos, pero con ilusión a raudales y muchas ganas de trabajar. Ya lo dice el presidente: “Somos humildes y modestos”.