Pamplona - Cada vez queda menos para su último partido como profesional...
-La semana pasada ya sentí nervios y ésta todavía más. Ya empiezo a ver que todo está encima, que ya llega la hora y, aunque hace tres meses, cuando anuncié que lo dejaba, parecía que el día estaba lejos, la verdad es que ya está aquí y me voy poniendo un poco tenso.
¿También melancólico?
-De todo un poco. Tenso, melancólico, nostálgico? Lo que pasa es que como tengo la decisión tan bien tomada y la tomé tan convencido, no me da pena. Es sobre todo nostalgia, porque empiezo a echar la vista atrás, me empiezo a acordar de cosas y de gente y estoy todo el día casi con la lágrima en el ojo.
Así que ya no hay vuelta atrás...
-En absoluto. Si de algo estoy convencido es de la decisión que he tomado. Nunca he tomado una decisión tan acertada y en el momento exacto.
¿Cómo han sido los días desde que anunció su adiós?
-Una gozada, pero conforme iba bajando la escalera reconozco que notaba algo diferente y, de hecho, en el último partido que jugué estaba hasta un poco nervioso, sobre todo por todo lo que me rodea. Me encuentro con gente en el frontón, con matrimonios, con gente mayor que se disculpa porque no va a poder estar conmigo el día de la retirada? Y me empiezo a poner tenso porque no pensaba que esta despedida iba a tener semejante bombo.
¿Es consciente de su trascendencia como pelotari?
-Igual me estoy dando cuenta ahora, porque yo siempre lo he llevado con total naturalidad. Sabes que eres una referencia y que eres alguien importante en la modalidad, pero, por la magnitud de lo que estoy viviendo y por la percepción de lo que estoy sintiendo, ahora es cuando realmente veo lo que he sido en el mundo de la pelota, no solo en el remonte.
¿Le da importancia al hecho de que muchos le cataloguen de mito y leyenda viviente?
-Importancia no sé, pero me doy cuenta del peso que tengo. Yo veo lo que hago como lo más normal del mundo, pero cuando te vas, te das cuenta. Al final son 30 años en la elite y con ese palmarés vas asimilando un poco lo que has hecho. Aquí no te regala nadie nada y esas palabras de mito y leyenda, que además ves que son de verdad, para mí son un halago y una satisfacción, aunque me imagino que, cuando pasen los años, me iré dando cuenta un poco más porque ahora todo está muy reciente.
¿Cómo se imagina el sábado?
-No sé. Por las campanas que se oyen parece que va a haber un llenazo histórico en el Galarreta. A mí me parecía que iba a jugar tranquilo, pero creo que estaré un poco agarrotado. Espero que salga un partido bueno y que pueda jugar con mi naturalidad habitual, pero ya veremos, porque pasan los días y la tensión sube.
¿Va a ser peor que su debut?
-Mucho peor, porque cuando debuté era un crío (tenía 16 años) y me parecía un juego. Fui al frontón feliz y con una inocencia pasmosa, pero ahora ya sé lo que hay y lógicamente la tensión es mucho mayor, sobre todo a nivel emocional.
Habla de tensión a nivel emocional, pero querrá ganar...
-Sobre todo me gustaría irme con un buen juego. El resultado puede ser anecdótico, pero de lo que estoy encantado es del verano que he hecho, del nivel que he dado en los últimos partidos y de que la gente diga que aún tengo nivel para estar en lo más alto.
Tiene 45 años de edad, pero físicamente parece que podría haber alargado su carrera.
-Estoy para seguir jugando y en estos momentos tengo el nivel de lo más alto que hay en el remonte, pero no quiero seguir porque la cabeza me ha dicho basta. Siempre había soñado con una despedida en lo alto del escalafón y creo que, con 45 años, ya vale.
¿Y cómo se imagina el domingo, el día de después?
-Voy a quitar algo que hacía habitualmente todas las semanas, pero mi vida va a ser casi idéntica y creo que me amoldaré bien rápido.
Después de casi 30 años de profesional y tantos éxitos, ¿le queda alguna espina clavada?
-Ninguna. Lo único que me da pena es que mi padre no haya podido disfrutar de mi carrera, porque era un hombre de frontón y que amaba la pelota, pero por lo demás no me he dejado nada en el tintero.
Su padre estaría orgulloso...
-Sí, pero para adentro, porque no lo iba a decir abiertamente (risas). Se lo hubiera pasado bomba de frontón en frontón conmigo.
Deja de jugar, pero no el frontón.
-Por supuesto. Mi vida está ligada al remonte y mis amigos siguen estando en el frontón. Nuestro centro de reunión es el Galarreta y los jueves son sagrados. Espero seguir yendo muchos años y sacarle provecho desde el otro lado de la barrera.
Tiene el récord de txapelas individuales, con 11. Javier Urriza lleva seis. ¿Le ve capaz a él o a alguien de batirlo?
-Fácil no es porque aún tiene que ganar cinco más y un año te puede pasar una cosa y otro año otra, pero ganar seis ya es un mérito terrible y a ver cómo sigue, tanto él como los que vienen por detrás.
¿Tiene futuro el remonte?
-La cosa está dura. Siempre digo que es la pescadilla que se muerde la cola, porque, si el espejo en el que se deben mirar los jóvenes no tiene un brillo realmente potente, es complicado que venga más gente de abajo, pero se está trabajando, salen chavales nuevos y en las escuelas hay gente. El futuro está duro, pero hay solución y que creo que saldrá para adelante.
Deja el remonte profesional, pero va a seguir jugando a guante.
-Sí, nos hemos juntado los de la cuadrilla porque mis amigos son los más laureados de la historia del laxoa y hemos hecho un equipo de dinosaurios. Nos divertimos, nos encanta, hacemos cuadrilla, lo pasamos bien y hacemos nuestras cenitas. Soy como los salmones, a morir a la orilla (risas).
¿Le han dicho que no se retire?
-Me lo dicen 20 veces cada día, pero mi carrera necesitaba una despedida así, arriba y con todo bien cerrado.
Dicen de usted que es el mejor remontista de la historia. ¿Lo cree?
-Yo no he conocido a Ábrego ni a otros muchos, pero lo que está claro es que aquí nadie te regala nada y cuando el río suena, agua lleva, aunque no soy el más indicado para decir eso. Lo que sí es verdad es que durante 30 años he mantenido mi estatus y soy importante.
¿Cuál ha sido la clave de su éxito?
-Hace falta de todo. Lo primero, algo innato, que eso lo tienes o no lo tienes. Y luego un físico y una cabeza privilegiadas, una afición tremenda, un compromiso contigo y con la causa? Para ser un líder durante tantos años hace falta ser completísimo.
¿Con qué se queda de sus casi 30 años como profesional?
-Con la amistad y la gente que he conocido. Los títulos son muy bonitos, pero el que ahora mismo hagamos una cena de despedida y haya casi 400 personas apuntadas? Eso es lo que más me llena. Las txapelas están bien, pero lo mejores es sentirme querido, irme con la sensación de haber hecho los deberes y dejar un reguero de amistades infinito.
Así que después del partido toca fiesta, ¿no?
-Jamás pensaba que iba a haber una cena popular con 400 personas. Me parece una salvajada. Va a venir gente de México, de Francia, compañeros de un barnetegi del Lazkao en el que estuve en el 95? Es algo que me llena y me parece impagable.
“Todavía estoy para seguir jugando, pero la cabeza me ha dicho basta; creo que, con 45 años que tengo, ya vale”
“Ahora es cuando realmente veo lo que he sido en el mundo de la pelota, no solo en el remonte”
“Me empiezo a poner tenso porque no pensaba que mi despedida iba a tener tanto bombo; es una salvajada”
“Las txapelas están bien, pero lo mejor es sentirme querido y el reguero infinito de amistades que me llevo”
“El futuro del remonte está duro, pero creo que saldrá adelante porque hay chavales y se está trabajando”
Nombre completo. Koteto Ezkurra Zunzarren.
Edad. 45 años (9/8/1973).
Lugar de nacimiento. Doneztebe-Santesteban (Navarra), aunque en la actualidad reside en Sunbilla, el pueblo de su mujer.
Familia. Está casado y tiene tres hijos: Maialen (16 años), Koteto (9) y Lukas (6).
Debut profesional. Disputó su primer partido de remonte profesional el 6 de julio de 1990 en el frontón Euskal Jai Berri de Huarte. Por aquel entonces tenía tan sólo 16 años.
Palmarés. Es el remontista más laureado de la historia del Individual, con 11 txapelas, a las que hay que añadir otras cinco del Parejas y unas cuantas más de otros muchos torneos que ha disputado y ganado.
Su último partido. Koteto Ezkurra colgará el remonte mañana sábado en el frontón Galarreta de Hernani y después celebrará su despedida con un gran cena en su localidad natal, Doneztebe-Santesteban.
Futuro. Desde hace algún tiempo trabaja en una tienda de motos propiedad de un amigo.
28 Años como profesional
Koteto debutó como profesional en julio de 1990, cuando le faltaba todavía un mes para cumplir los 17 años, y ha prolongado su carrera hasta octubre de 2018, concretamente hasta mañana, fecha en la que se despedirá. En total, casi tres décadas en lo más alto de una modalidad en la que ha marcado una época y ha hecho historia.
11 txapelas individuales
Ezkurra puede presumir de ser el que más veces ha ganado el Individual de remonte. Lo ha hecho en 11 ocasiones: la primera en 1995 y la última en 2011. Además, las cinco primeras las ganó de forma consecutiva, entre 1995 y 1999.
5 txapelas del parejas
El palmarés del delantero de Doneztebe también esconde cinco títulos del Parejas: con Eizagirre (1994), con Imaz (1999), con San Miguel (2006), con Ion (2014) y con Endika (2015).