ITALIA Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Bastoni, Emerson; Barella (Calabria, m.72), Jorginho (Pellegrini, m.64), Verratti (Locatelli, m.58); Bernardeschi (Chiellini, m.50), Insigne (Kean, m.58) y Chiesa.

ESPAÑA Unai Simón; Azpilicueta, Laporte, Pau Torres, Marcos Alonso; Busquets, Koke (Mikel Merino, m.75), Gavi (Sergi Roberto, m.84); Oyarzabal, Ferran Torres (Yeremy Pino, m.49) y Sarabia (Bryan Gil, m.75).

Goles 0-1, m.17: Ferran Torres. 0-2, m.45 (+2): Ferran Torres. 1-2, m.83: Pellegrini.

Árbitro Sergej Karasev (RUS). Amonestó a Locatelli (82) por Italia; y a Azpilicueta (45), Sarabia (65), Yeremy (71) y Oyarzabal (89) por España. Expulsó a Bonucci por doble amonestación (29 y 41).

Estadio San Siro, 37.000 espectadores, el número máximo permitido por la normativa italiana ante el coronavirus.

- La selección española ejecutó la venganza más dulce, zanjando la racha histórica sin derrota de Italia en su propia casa, conquistando San Siro para saldar cuentas pendientes de la Eurocopa con un doblete de Ferran Torres y una reivindicación de un estilo futbolístico que se sobrepuso a todos los condicionantes con los que Luis Enrique encaró la final a cuatro de la Liga de Naciones.

La racha de 37 partidos sin derrota italiana la destrozó España a base de fe en una filosofía que se mantiene pese a las bajas, sobreponiéndose a todo y con Luis Enrique reforzado en decisiones que generaron revuelo. Gavi, titular con 17 años y 62 días, dio la razón en el campo al seleccionador. Con un descaro impropio de su edad, brilló donde es menos habitual pero donde Italia exigió, en labores defensivas, sin amilanarse ante nadie.

Y ante la falta de un 9 puro apareció el verdadero goleador de Luis Enrique, Ferran Torres con números de récord. Su doblete le consagra como referente, 12 tantos en 21 partidos muestran la importancia de un futbolista que abandonó la banda y se comió a los centrales italianos. Sin Chiellini de inicio para sorpresa de todos y con Bonucci tan desacertado con balón como al medir su juego con amarilla. Al borde del descanso sacaba el codo en un salto con Busquets y dejaba a su selección al borde del precipicio, segundos antes de encajar el segundo.

Gavi demostraba un oficio impropio de su DNI, frenando la única acción de un desaparecido Chiesa que debía ser referente pero que apareció caído a banda y alejado de su zona de influencia. Por ella, en el otro área, apareció Ferran Torres para rematar de primera un gran centro de Oyarzabal. Era el minuto 17 y la jugada nacía, como no, de Marcos Alonso.

El poste evitó el tanto del empate de Bernardeschi e Insigne perdonaba lo que un delantero no debe, con todo para marcar con el portero español vencido. No hubo tiempo para la duda porque Gavi volvió a instalar el respeto en San Siro en una transición que culminó Oyarzabal con un disparo raso que sacó Donnarumma y por la mala decisión de Bonucci que le costó la expulsión. El partido se le ponía de cara a España y le asestaba un golpe definitivo en el tiempo añadido del primer acto. De nuevo el toque medido de Oyarzabal a la testa de Ferran para poner la firma al segundo.

Con el pase a la final en el bolsillo, el encuentro para España se convirtió en evitar la dureza italiana con un ojo en el reloj. Pero da igual las circunstancias, que el carácter italiano siempre asegura caer de pie en caso de derrota.

Al estreno de Gavi se sumó el de Yeremy Pino, otro soplo de aire fresco sobrado de calidad en ataque. Lo hizo todo bien hasta un error en el cierre de un saque de esquina que provocó un dos contra uno y el tanto a placer de Pellegrini a siete minutos del final.

Era el castigo al único defecto que tuvo España, la falta de contundencia en las acciones de las que dispuso para golear. Con la grada de San Siro resucitada, Italia peleó hasta el último segundo pero España no sufrió y selló su pase a la final. Nueve años después dispone de la oportunidad de volver a conquistar un título.

Azpilicueta llega a los 33. La racha de 37 partidos sin perder de Italia la cerró ayer la selección española, a la que precisamente había superado en el ránking (35 encuentros invicta). La mejor marca la ostenta Brasil, con 42 partidos sin conocer la derrota en el periodo 1993-97. España no ganaba en Italia desde 1971. Por otro lado, el exosasunista César Azpilicueta lleva camino de superar los 36 partidos de Jon Andoni Goikoetxea con la selección absoluta. El lateral derecho, ayer titular, alcanzó los 33 encuentros. Por otro lado, Merino entró en el campo en el tramo final para tener más control de la pelota. Es su noveno partido con la absoluta.