Montenegro 30

España 23

MONTENEGRO: Rajcic; Radicevic (5, 2p), Malovic (4), Raicevic (3), Jaukovic (5, 1p), Pavicevic (3) y Brnovic (4) -equipo inicial- Batinovic (ps), Kadonic (-), Pletikosic (-), Godec (-), Bulatovic (-), Popovic (-), Corovic (-), Alivodic (3) y Grbic (3).

ESPAÑA: Navarro; Campos (4, 3p), Almudena Rodríguez (-), Tchaptchet (1), Gassama (1), Barbosa (5) y Sole López (1p) -equipo inicial- Castellanos (ps), Arrojeria (2), Jennifer Gutierrez (3), Etxeberria (1), Lara González (2), Spugnini (-), Espínola (-), Valdivia (-) y Arcos (3).

Marcador cada 5 minutos: 3-0, 5-1, 6-3, 8-4, 11-7 y 12-9 (descanso); 15-10, 18-12, 20-14, 23-16, 27-21 y 30-23 (final).

Árbitros: Ana Vranes y Marlis Wenninger (AUT). Excluyeron dos minutos a Jaukovic, Raicevic y Kadovic, por Macedonia; y a Gassama (2) y Spugnini, por España.

Estadio Centro Deportivo Moraca de Podgorica.

La selección española comenzó ayer su andadura en el Europeo de Eslovenia, Macedonia y Montenegro con una clara derrota (30-23) ante el equipo montenegrino, en un encuentro en el que mostró en los primeros veinte minutos sus carencias en ataque.

Un problema al que sumar la lesión de la portera Silvia Navarro, santo y seña del conjunto español, que tuvo que abandonar la pista a los 28 minutos cojeando y entre lágrimas tras dañarse en una rodilla.

“El trabajo defensivo es algo fundamental, no sólo por las dificultades en las que ponemos al ataque rival, sino por la posibilidad de contraatacar y lograr goles fáciles, porque físicamente nos enfrentamos a selecciones que físicamente son superiores a nosotras y en ataque posicional sufrimos mucho”, advirtió el preparador español José Ignacio Prades antes del inicio del campeonato.

Un sufrimiento que se convirtió en tortura durante los primeros veinte minutos del encuentro ante las montenegrinas, tal y como reflejaron los tan sólo cuatro tantos (8-4) logrados por las “Guerreras”.

Incapaz de asentar su defensa, el conjunto español se vio obligado a atacar una y otra vez, donde las de Prades naufragaron por completo ante el poderío físico de las jugadoras balcánicas. España apenas logró maquillar su desventaja, como reflejó el 30-23 final.