pamplona - Con aplausos, abrazos y muchas lágrimas. De emoción. De inmensa alegría. Así ha finalizado la temporada en el balonmano navarro. En especial, en el balonmano femenino navarro. Las chicas han sido las grandes protagonistas de una campaña plagada de éxitos, donde los resultados de los clubes y de las selecciones en las distintas categorías arrojan una verdad incuestionable: hay nivel, hay potencial y se está trabajando en el buen camino.

Las últimas alegrías las han dado el equipo infantil del BM Uharte, proclamándose campeón de España este pasado fin de semana en Pontevedra, y las cadetes del Beti Onak, que se trajeron de Torrevieja a principios de junio una merecida -y meritoria- medalla de plata. Son las guindas de un pastel con muchos y buenos ingredientes, y que en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas (CESA), celebrado en enero en Valladolid, vivió uno de sus momentos más dulces, gracias al oro de las infantiles de Navarra y la plata de las juveniles.

Los datos también reflejan la pasión de las chicas por este deporte. La Federación Navarra de Balonmano -con datos de febrero-, ha contabilizado este curso 3.696 licencias, de las que el 55%, más de la mitad, eran para ellas (2.023).

Pero estos números, estos éxitos, tienen detrás nombres y apellidos. Chicas que practican un deporte que les apasiona, que lo compaginan no sin sacrificio muchas veces con sus estudios, en clubes cuya labor va más allá de enseñar balonmano. Donde se las va forjando como jugadoras y también como personas.

Nerea Gil, Olaia Luzuriaga, Aileen Ripa y Nerea Aginagalde son cuatro de estas jugadoras. Tienen entre 13 y 18 años y personifican muchos de estos éxitos, que están llevando al balonmano navarro a lo más alto.

dos oros en un año Nerea Aginagalde juega en el BM Uharte. Lleva este deporte en el ADN, ya que es hija del mítico exportero Gurutz Aginagalde y sobrina del pivote internacional Julen Aginagalde. Con 13 años se acaba de colgar la medalla de oro del Campeonato de España infantil. Un hito que ha revolucionado a la localidad de Huarte. “Aún no somos muy conscientes de lo que hemos conseguido. Yo creo que ninguna se imaginaba que acabaríamos primeras”, asegura.

No es la única medalla que se ha colgado. Con Navarra obtuvo la máxima presea en el CESA de Valladolid. Un triunfo por el que se siente “muy contenta”. “El balonmano es lo que más me gusta hacer. He hecho muchos deportes y en todos era muy mala, pero este me encanta y he hecho amigas”, explica la lateral izquierdo del Uharte que, admite, recibe muchos consejos de su padre, si bien “a veces no me gusta lo que me dice”. Aileen Ripa, de 16 años, es una de las cadetes del Beti Onak, subcampeonas de España. Una plata que ha reportado muchas alegrías a su club y que se suma a la obtenida en 2016/2017 en infantiles, que ella también ganó. “Al principio da un poco de pena porque piensas que, si hubieses hecho un poco más, igual se habría ganado. Pero en frío hay que valorarlo. Es muy duro llegar hasta ahí y es también un éxito”, resalta la jugadora del Beti.

Primera línea sobre la pista, Ripa ya ha probado las mieles de la selección. El año pasado acudió con las Guerreras Promesas a un campeonato en Suecia. Toda una experiencia para una jugadora que apunta alto en el balonmano. “Ojalá pueda llegar a lo más alto. La ambición hay que tenerla, por supuesto. De momento, espero llegar a lo máximo con mi club”.

A estos éxitos a nivel de clubes hay que sumar los individuales. Olaia Luzuriaga, portera de 17 años del Gurpea Beti Onak, y Nerea Gil, primera línea de 18 años del Malkaitz, han sido seleccionadas con las Guerreras junior para disputar en julio, en Györ, el Europeo de Hungría. “Nunca he jugado algo así. Cuando me llamaron, no me lo creía. El balonmano es mi vida y estoy encantada de poder vivir una experiencia así”, explica Nerea Gil.

La txantreana forma parte de uno de los clubes punteros del balonmano femenino navarro. Con el Malkaitz fue campeona de España infantil en 2014/2015, éxito que repitió siendo cadete en 2016/2017. “Nos hemos juntado una generación bastante buena. Gracias al equipo, soy lo que soy”, reconoce Nerea Gil, quien reivindica más “visibilización” de este deporte.

Ella y Olaia Luzuriaga, además, se alzaron con la medalla de plata, en categoría juvenil, en el pasado CESA. La guardameta del Beti Onak, con mucho potencial, es una de las promesas del balonmano navarro. También estará en Hungría. “Tengo muchas ganas de este Europeo. Es un premio y estoy feliz e ilusionada. Sólo espero disfrutar y dar mucha guerra”, subraya. Luzuriaga también apuesta por un mayor apoyo a todos los éxitos que se están obteniendo. “Ha sido un año muy importante. Me parece genial que se vea que las mujeres estamos consiguiendo cosas, que se vea lo que se puede lograr en Navarra, donde hay nivel y pasión por este deporte”.