Quique Domínguez, técnico del Helvetia Anaitasuna, aseguró este martes que su equipo llega a este partido contra el Villa de Aranda “con la rabia de la última derrota” ante el Puente Genil y “con el aprendizaje que nos dejó”.

El preparador gallego reconoció que perder frente al conjunto cordobés dejó a sus jugadores “cabizbajos y afectados”, ya que la “decepción” fue “grande”. No obstante, destacó que “al día siguiente, ya dijimos que el equipo iba a estar preparado para el siguiente partido”. Un encuentro que, tras el aplazamiento ante el Granollers, será el de este miércoles ante el Villa de Aranda.

Domínguez subrayó que Anaitasuna llega a este compromiso “con ganas de corregir los errores y ser más sólido y regular durante el encuentro”. Todo, “respetando” mucho al rival, que jugará “con ganas de competir”. “Nos vamos a encontrar un equipo que lucha mucho, que en su pista siempre es muy peligroso y que no va a dar facilidades”, explicó. En este sentido, alertó del potencial defensivo del conjunto que dirige Alberto Suárez. “Una defensa agresiva, que seguro nos dará dificultades”, incidió.

Asimismo, destacó la labor en el Villa de Aranda del navarro Julen Elustondo, que tras ascender a la máxima categoría “está dando mucho al equipo”; el “potencial” y la “determinación” de Mattheus Novais en el lateral izquierdo; y el trabajo de Javi García desde los seis metros, un “pivote con mucha corpulencia, complicado de defender”.

El técnico de Anaitasuna aseguró que, tras sólo una victoria, su equipo no tiene la presión añadida de los resultados, ya que esa presión “nos la ponemos siempre nosotros”. “Es una Liga larga, regular, donde la clasificación poco a poco te va poniendo en tu sitio y donde hay momentos en los que las cosas no salen como gustaría”, por lo que abogó por tener tranquilidad para encarar mejor los partidos. Todo, en una competición que está sufriendo muchos parones, a los que hay que “adaptarse”, si bien reconoció que algunos jugadores lo llevan mejor que otros.