ESPAÑA Pérez de Vargas; Solé (8), Alex Dujshebaev, Raúl Entrerríos (2), Cañellas (2), Ángel Fernández (3) y Marchán (3) -equipo inicial-, Corrales (ps), Aleix Gómez (7, 3p), Maqueda (4), Sarmiento (1), Dani Dujshebaev (1), Ariño (2), Figueras (1), Gedeón Guardiola (2) y Morros.

HUNGRÍA Szekely; Hanusz (1), Ancsin (4), Topic (1), Rosta (2), Szita (2) y Sunajko (4) -equipo inicial-, Borbely (ps), Sipos, Boka, Balogh (5, 2p), Gyori (5), Nagy (2), Mathe (1p), Bodo y Hornyak (1).

Marcador cada 5 minutos 4-2, 7-3, 9-8, 13-10, 17-12 y 21-14; 22-16, 25-16, 28-16, 30-19, 31-24 y 36-28.

Árbitros Nachevski y Nikolov (Macedonia). Excluyeron por dos minutos a Cañellas, Maqueda (2), Morros y Dani Dujshebaev por España: y a Nagy, Mathe, Topic y Gyori por Hungría.

Pabellón Nueva Capital de El Cairo.

- La selección española cerró ayer la segunda fase del Mundial de Egipto como primera de grupo, evitando así el cruce con Francia, y se medirá mañana en los cuartos de final con Noruega, al imponerse por 36-28 a Hungría en un choque más plácido de lo esperado por la inesperada alineación del conjunto magiar.

Hungría renunció a pelear por el liderato del grupo, para dar descanso a sus jugadores más habituales, y dejó en la grada al portero Roland Mikler, el central Mate Lekai y el pivote Bence Banhidi, que conforman la columna vertebral de la selección.

Todo lo contrario que España, que, tras otorgarles descanso ante la débil Uruguay, recuperó para la cita al central Raúl Entrerríos y al portero Gonzalo Pérez de Vargas.

Una circunstancia que no desaprovechó el conjunto español para adquirir una cómoda ventaja de cinco goles (7-2) en apenas 8 minutos de juego.

Esa renta desapareció con la misma velocidad que llegó, ante los problemas de conjunto español para manejarse en inferioridad, tras las dos exclusiones casi consecutivas con las que fueron castigados Joan Cañellas y Jorge Maqueda.

Hasta tres goles a portería vacía encajó el conjunto español, un problema que los de Jordi Ribera deberán corregir en los encuentros que quedan en este Mundial, en el que el más mínimo error puede costar la eliminación del torneo.

Sin embargo, en el momento en el que España recuperó la igualdad numérica, volvió a distanciarse en el marcador (11-8) tras endosar a los magiares un parcial de 4-1 en apenas un par de minutos.

Y eso que el equipo español, quizá condicionado por las notables ausencias de la selección magiar, pareció sumirse en ciertos momentos en la desconcentración.

En ese problema no incurrió ni el guardameta Gonzalo Pérez de Vargas, que cerró los primeros 30 minutos con un total de siete paradas, ni, sobre todo, el extremo Ferrán Solé, que no erró ni uno solo de los ocho lanzamientos que intentó en la primera mitad.

Un Solé que se convirtió en la punta de lanza del contraataque español, que castigó cada error ofensivo del conjunto magiar con fulgurantes contras.

Goles y más goles que permitieron a los Hispanos irse al descanso con el partido muy decantado a su favor (21-14).

En la segunda parte, pese a que Ribera movió mucho el banquillo ante las facilidades que daba Hungría, España fue incrementando su ventaja hasta los 12 goles (28-16).

En los últimos minutos, Hungría apretó y maquilló un poco el resultado, sin inquietar nunca el triunfo de los Hispanos.

Seleccionador. Jordi Ribera estaba ayer satisfecho por el cómodo triunfo ante Hungría, porque permite a España pasar como primera de grupo sin desgaste. “Estoy muy contento por el resultado, porque era muy importante salir con buenas sensaciones. El equipo ha hecho un partido muy completo desde el principio hasta el final. “Hemos podido hacer todo tipo de rotaciones y combinaciones algo que creo que nos puede venir bien para el futuro. Ahora tenemos que aprovechar para descansar y comenzar a preparar el partido de cuartos con Noruega”, explicó el seleccionador español.