RECOLETAS VALLADOLID César Pérez, Borja Méndez (1), Dani Pérez (2), Patrianova (5), Álvaro Martínez (3), Serrano (11, 6p), Basualdo (2), Rosell, Herrero, Miguel Martínez (6, 1p), Fischer, Ramos (2), Miguel Camino, Casares (1).

HELVETIA ANAITASUNA Bar (1) (Iñaki Martínez, ps), Eduardo Fernández (3), Meoki (7), Aitor García (2), Chocarro (3), Redondo (3), Bonanno (1), Del Arco (1), Bazán (3), Gastón (2), Pereira (8, 2p), Jorge Martín (3), Héctor González (1), Etxeberria (1), Itoiz.

Parciales 1-3, 4-8, 7-12, 9-13, 13-18, 19-22 -descanso-; 22-24, 24-26, 25-29, 29-31, 30-34, 33-39.

Árbitros Samuel Prieto Merino (Federación cántabra). Excluyeron dos minutos a Fischer (m.18 y 42), del Recoletas Valladolid, y a Del Arco (m.10), Bonanno (m.19), Héctor González (m.23), Chocarro (m.35), del Helvetia Anaitasuna. Además, mostraron tarjeta roja directa al guardameta del Recoletas, César Pérez (m.12).

Pabellón Huerta del Rey. 500 espectadores.

- La poca intensidad defensiva condenó a un Recoletas Valladolid que permitió a los lanzadores visitantes jugar con absoluta comodidad, lo que les dio el mando del encuentro desde el inicio y que supieron mantener, a pesar de la presión azulona, dejando la eliminatoria prácticamente sentenciada.

El equipo pamplonés tomó las riendas del partido muy desde el principio, con especial protagonismo de sus extremos y de un certero Meoki, y adquirir una renta de cuatro goles antes de los primeros diez minutos (3-7). Eso obligó al técnico local, David Pisonero, a solicitar un tempranero receso.No sirvió para mucho, ya que la defensa del Recoletas siguió haciendo aguas y, además, se añadían pérdidas de balón, errores en los pases y malas decisiones en los lanzamientos. A todo eso se sumó la tarjeta roja a César Pérez, el portero local.

El conjunto azulón intentó meterse en el partido gracias a las intervenciones de su portero, Nico García, y a una mejoría defensiva que se quedó en un mero intento a la hora de cambiar la dinámica de juego. El Recoletas, con un efectivo Jorge Serrano desde la línea de siete metros, pudo recortar la renta navarra hasta el 19-22 con el que se llegó al descanso y que evidenciaba la poca intensidad defensiva de los de Pisonero, todo lo contrario que la desplegada por Anaitasuna.

Tras la reanudación, el equipo local subió el nivel en el plano defensivo, de ahí que lograra acercarse en el electrónico hasta situarse a solo un gol (30-31), eso sí, pasando el ecuador de la segunda parte, ya que la progresión se realizó con más lentitud de la deseada ante un buen Anaita. Arthur Pereira se mostró tremendamente acertado de cara a la portería pucelana, manteniendo la ventaja de su equipo ante un rival que tardó mucho en encontrarse cómodo en la cancha y que no pudo culminar su evolución competitiva, ya que los navarros dieron un último arreón en su zona para rematar a un Recoletas que sufrió demasiado (33-39).