pamplona - Tras el Tour, Imanol Erviti (Pamplona, 1983) afronta su duodécima participación en La Vuelta, en la que trabajará para encumbrar a alguno de sus líderes y lograr el maillot rojo en Madrid. A dos días de comenzar la ronda española, el corredor del Movistar afronta la carrera con ilusión, sabedor de la responsabilidad que conlleva correr en casa y ser uno de los bloques más potentes de la carrera. 2008 y 2010 fueron dos ediciones especiales para el pamplonés, que logró sendas victorias de etapa en dos fugas de nivel.

¿Cómo se ha visto en la Vuelta a Burgos tras el Tour?

-Ha estado bien. Me ha servido para reactivar la carga competitiva. Empezamos con un par de etapas llanas con final violento y luego ya llegó la montaña. Le he vuelto a coger el aire a al competición.

¿Cómo valora el Tour a nivel colectivo?

-Bueno, hemos estado peleando por los mejores objetivos, que al final no los hemos conseguido. Esto es deporte y estar en la pelea, dar espectáculo y tener nivel para luchar por cosas interesantes es fundamental. Unas veces se brilla más y otras menos. El equipo a nivel colectivo ha estado bien y se ha movido mucho en carrera. No ha sido un éxito, pero el hecho de haber estado en la pelea hace que el Tour tampoco haya sido un fracaso. Está claro que somos ambiciosos y queríamos más.

Y personalmente, ¿qué tal se vio?

- Bien. Creo que he hecho mi labor de forma correcta. En momentos decisivos estaba más o menos donde me pedía el equipo. Se torció con la caída de Mikel, pero de primeras estábamos donde teníamos que estar. Creo que el trabajo no ha sido malo.

¿Como son estos últimos días antes de la Vuelta?

-Ajetreados. Quieres tenerlo todo ordenado, quieres estar con los tuyos, visitar a los padres, estar con los niños... al final el día tiene las horas que tiene, pero se disfrutan y trato de aprovecharlos.

¿Pasa nervios antes de comenzar un objetivo de esta envergadura?

-No sé, nervios igual no. Pero el gusanillo ese esta ahí y, además, creo que tiene que estar para sacar lo mejor de uno mismo. Si ya no te inquietas, supongo que será más difícil dar ese extra que hay que tener en estas ocasiones.

En cuanto a entrenamientos, ¿está teniendo una semana tranquila?

-Sí, Haciendo Burgos la semana pasada, tengo estos días entrenamientos muy livianos. Es más fácil preparar la Vuelta así. Si no compites, hay que meter mucha mas carga de entreno para estar al nivel. Creo que competir facilita las preparaciones.

¿Qué recuerda de la Vuelta? Sus dos victorias de etapa, las generales de Valverde y Nairo...

-Sí, de todo eso guardo un buen recuerdo. También recuerdo las dos victorias por equipos y estar en el podio de Madrid el último día. Las cosas buenas borran los malos momentos, y la Vuelta, en general la hemos disfrutado. Ha habido victorias de Alejandro y otros compañeros que las sientes muy cercanas y fueron muy bonitas... Generalmente miro las carreras y me quedan buenos recuerdos.

Y sus dos victorias de etapa no se pueden quedar atrás en esos recuerdos.

Me acuerdo de las dos victorias. Nunca he querido ver las dos etapa por televisión. He preferido quedarme con las sensaciones que viví en el momento. Hay veces que ves algo repetido y te cambia la percepción de lo vivido. Esas dos victorias no se olvidan.

Si tuviera que elegir, ¿con qué recuerdo se quedaría?

-No lo sé. El año pasado, por ejemplo, fue una carrera bonita. Ganamos varias etapas con Alejandro y el tío estuvo metido en la pelea hasta el final. Él no iba con esa intención, pero con la calidad que tiene, se fue metiendo ahí y estuvo cerca de ganar. Al final la situación le superó y acabamos perdiéndolo todo. En Madrid el último día, estábamos todos con la liberación de haber terminado. Vino Valverde delante de toda la prensa y me dio un abrazo muy sentido. La foto sintetiza bien su agradecimiento hacia mí y es un recuerdo cercano que tengo y valoro muchísimo.

¿Volverán a compartir habitación en los hoteles durante esta Vueta?

-Siempre le suele gustar que estemos juntos. No sé si esta vez cambiará... (se ríe). Desde hace unos cuantos años nos arreglamos bien entre los dos.

En la novena vez que participa en una misma temporada en el Tour y posteriormente en la Vuelta. Supongo que es un momento de la máxima exigencia física por el desgaste.

-Sí. Está claro que es un esfuerzo. De todas formas, es más sencillo para alguien que hace mi labor que para alguien como Alejandro (Valverde), que está disputando cada día hasta el final. Yo, aunque lo doy todo, al no tener una responsabilidad de cara a la clasificación general, puedo levantar el pie en algunos momentos de algunas etapas. Es trabajo y desgaste, pero tengo la suerte de recuperar bien entre etapa y etapa.

El equipo siempre cuenta con usted para los grandes acontecimientos del año. ¿Se siente un referente dentro del equipo?

-Qué va, qué va -zanja al momento-. Ahora hay mucha moda con esto de los capitanes y yo no soy eso. Yo soy un compañero más que aporta lo que tiene y lo que está en su mano. Como todos, vaya. A veces incluso me incomoda este concepto porque el trabajo es de todos e importante a partes iguales.

Seguro que en la contrarreloj por equipos y en las etapas llanas jugará un papel fundamental.

-Sí, y luego en las etapas todo terreno también. Habrá que cubrir los movimientos de salida, proteger a los compañeros y hacerles trabajar lo menos posible en esas circunstancias. Es una Vuelta que, por el recorrido, nos obliga a los gregarios a ser más completos. Días de llano de verdad hay pocos. Es una carrera dura, probablemente tenga hasta más metros de desnivel que el Tour.

¿Cómo se va a organizar el equipo con tanto líder en el ocho de la carrera?

-Alejandro supongo que irá con otro enfoque. Nairo y Richard serán en principio los líderes de la carrera. Con Soler nos interesa no perder tiempo. Es un chico que tiene mucha capacidad y no interesa ceder minutos con él. Está claro que en esta Vuelta hay buenos test en montaña desde la primera semana y eso nos servirá para adjudicar roles dentro del equipo.

Arcas y Oliveira, en principio, estarán con un papel similar al suyo en la carrera.

-Eso es. El equipo está estructurado para poder hacer frente en todos los terrenos. Tiene buenos gregarios en el llano con Nelson y Arcas. En la montaña, Pedrero seguro que juega un papel importante. Luego, entre los cuatro magníficos, seguro que se ordenan y hacen las cosas bien.

Nairo querrá despedirse del equipo con buen sabor de boca.

-Yo creo que si viene a competir porque él lo pide es que estará bien y con ganas. Está en Colombia y no le hemos visto, pero si quiere venir, es porque tiene ambición.

Con un bloque tan potente, ¿se considera el equipo a batir?

-No. Seguro que es un equipo que hace de referencia. Corremos en casa y los rivales saben que conocemos los recorridos. Además, solemos disputar la clasificación general. Seguro que nos miran un poco, pero para ser el equipo referencia hay que ganárselo en carrera. Hay muy buenos conjuntos. Jumbo y Astana, por ejemplo, tienen dos bloques muy potentes.

¿Se plantea el Mundial como una opción para esta temporada?

-Ni pienso en ello. Con la Vuelta por delante, aun falta un mundo. Además no depende de mí. En mi mano está hacer una buena carrera. Al final lo veremos. Imagina que tenemos una caída tonta y sufro mucho para terminar la Vuelta. Hay muchas cosas que pueden pasar en una carrera de tres semanas y queda muy lejos el Mundial.

Aún no se sabe en qué equipo estará la temporada que viene...

-Bueno, es normal. Las renovaciones se anunciarán durante La Vuelta. En este ámbito, primero se anuncian los fichajes estrella y luego los demás.

¿Como ve las marchas de Nairo y Landa y la llegada de Enric Mas?

-Con Nairo se cierra un ciclo. Por él y por el equipo. Con Mikel era más cercano, pero las cosas en el deporte son así. Este año ha habido fichajes de gente muy importante. Son salidas importantes y el equipo sufrirá cambios.