urdax - Mikel Iturria (Euskadi-Murias) se la jugó ayer a unos 27 kilómetros del final de la undécima etapa de la Vuelta 2019 para conseguir su primera victoria en la elite ciclista. “Me cuesta ganar porque no soy muy explosivo, pero hoy me ha tocado el premio. No había ganado hasta ahora y lo hago aquí, en la Vuelta”, afirmó emocionado tras imponerse en solitario en la meta de Urdax Dantxarinea.

Iturria explicó que el momento de su ataque lo vio “muy bien” su director de equipo, Jon Odriozola, cuando le dijo “arranca sin miedo” después de que en el grupo de escapados se hubiesen producido varios ataques. “Aunque estaba en la escapada, sabía que no iba a tener opciones para ganar al esprint”, manifestó.

El ciclista guipuzcoano recordó que en el año 2017 sufrió una grave caída durante el Tour de Limousin, en la que se rompió un fémur, tras la que llegó a pensar que “igual no volvía a montar en bicicleta”.

incertidumbre con el equipo Una de sus principales preocupaciones en estos momentos es el futuro que le espera a su equipo, algo que les sucede en los últimos años en este mes: “Es una pena llegar a septiembre sin saber si vas a tener equipo, porque en estos cuatro años se han logrado cosas imposibles”.

Sobre su victoria, apuntó: “Para lo que soy he mirado poco para atrás, sabía que debía mantener el ritmo y a unos 150 metros de meta he dicho: parece que llego”.

Hasta el momento, su labor dentro del equipo ha sido la de trabajar para Óscar Rodríguez, el ciclista con el que en 2018 logró la victoria en La Camperona.

También desveló que esta undécima etapa era la que tenía marcada en su calendario para intentar hacer algo porque llegaba después de la de Andorra, el día de descanso y la contrarreloj de Pau. “Esta es la etapa que tenía marcada y como el recorrido está cerca de donde vivo, incluso me acerqué para verla un día. Vine a disfrutar de la bici”, dijo. - Efe