Nunca se sabe que deparará el futuro, menos aún en el paisaje inexplorado de la pandemia, la galaxia de la incertidumbre. Nunca se sabe si las decisiones más sopesadas son las correctas ni si las que se toman sin pensarlo pueden serlo. El destino no está escrito ni se percibe en los posos de café. Pello Bilbao es tercero del Giro de Italia tras la escalada al Etna, la primera gran cumbre de la ronda italiana que le situó entre los mejores después de completar una gran ascensión. El gernikarra no debía estar allí, pero las cosas suceden. Pello Bilbao se encaramó a la expedición del Giro en el último instante. De esa determinación, adoptada al esprint, cuelga ahora del podio de la corsa rosa.

Libertad de acción

Pello Bilbao se situó tercero de la general, a 37 segundos de Joao Almeida, otro jovencísimo ciclista al comando de una gran carrera. "Nunca pensé en vestir la maglia rosa del Giro", dijo el portugués. Sexto en la general del Giro de 2018, Pello Bilbao firmó dos triunfos estupendos en la pasada edición de la ronda italiana. El vizcaino se anotó las etapas de L'Aquila y Croce d'Aune. Sin servidumbres, Pello Bilbao es un agente libre en el Bahrain, una escuadra que no ha acudido a la carrera italiana con un líder que defender, como así sucedió en el Tour, donde el equipo estaba al servicio de Landa, cuarto en la general de la carrera francesa.

En esta tesitura, el vizcaino tratará de brillar todo lo que pueda en una carrera que, de momento, ha borrado a Thomas y Yates como opciones para el triunfo final. Pello Bilbao no aspira a ello, pero intentará estirar el estado de forma adquirido en el Tour con el objetivo de saborear el triunfo de alguna etapa. El gernikarra tiene experiencia en la corsa rosa. Con probada capacidad para rematar etapas, Pello Bilbao rastreará sus opciones en el terreno que queda para Milán. De momento, disfruta del podio del que se colgó en el Etna.