El Campeonato de España de ciclocross, entendida la carrera como una competición, duró apenas una curva y un puñado de metros. No necesitó más Felipe Orts. Fue el único momento en el que el alicantino compartió plano con el resto de competidores. Le bastaron 200 metros para separarse de sus perseguidores y dar rienda suelta a su monólogo desde el púlpito de la superioridad. Su enésimo discurso cuando pleitea en esta clase competiciones. Orts se esfumó como una de esas promesas de una tarde de verano. Nunca más se supo de él hasta la meta, donde engastó su cuarta corona consecutiva en Xàtiva. Orts levitó en un circuito totalmente seco, técnico, rápido y peinado por el viento que enfatizó aún más su superioridad. No hay quién frene al alicantino.

Se elevó Orts, que posee más voltaje que el resto, varios cuerpos por encima de sus rivales, que solo pudieron rastrearle por la señales de humo que evidenciaban su galope. La polvareda que levantó en su cabalgada era el único punto de contacto con el alicantino, una entelequia para sus rastreadores. Llanero solitario, dominó la carrera Orts, que corre contra sí mismo en el escaparate estatal. Solo le acompañó su sombra. “Sabía que llegaba bien de forma y el circuito venía bien. Mi idea era poner mi ritmo y poder abrir diferencias. Terreno seco, muchas curvas, me he encontrado a gusto y he cumplido lo que tenía en mente. A partir de media carrera he ido a tratar de mantener tiempo, no cometer fallos y he conseguido de nuevo el título nacional que es un orgullo para mí y para el equipo”, analizó el alicantino tras sumar su cuarto laurel consecutivo.

Nadie pudo discutirle el mando a un ciclocrossista que no encuentra parangón entre sus coetáneos. En ese amasijo, a un minuto de Orts, se impuso el cántabro Kevin Suárez por delante de Iván Feijoo, que cerró el podio a 1:52 del vencedor después de remontar. Igor Arrieta no tuvo fortuna y se vio obligado a abandonar después de sufrir una caída. Ninguno de ellos fue capaz de presionar al alicantino. Nunca inquietaron a Orts, que una vez adquirió la renta necesaria, dedicó la carrera a la gestión con el excel de su autoridad. Tamborileó los dedos en la barandilla de la espera. Solo el viento, punzante, rabioso e insistente incomodaba el caminar de Orts, que completó una actuación sin mácula. Descontaba vueltas el alicantino, que no se desvió ni una pulgada de su destino. Orts era una afirmación. Deshojó la margarita de su cuarto título sin incertidumbre porque todos los pétalos respondían lo mismo: sí, sí, sí, sí.

Lucía González, revalida el título

El mismo patrón que Orts fue el que empleó Lucía González para apilar su cuarto título, el tercero consecutivo. La asturiana se exhibió de punta a punta. Tomó el mando en la primera vuelta al trazado y no lo soltó hasta que agarró con fuerza el título. Lucía González pudo a la veterana Aida Nuño, de 38 años, siete veces campeona, que terminó segunda en solitario, mientras que Sofía Rodríguez se hizo con el tercer puesto del podio en un mano a mano con Sara Cueto, a la que se impuso en el esprint.