El sábado anunció que se retiraba del fútbol sala y, desde entonces, no ha dejado de recibir mensajes. Elogios de sus compañeros, de su club, de la afición, de diversos estamentos de este deporte y hasta de los rivales. Una buena muestra, sin duda, de que deja una gran huella. De que ha calado hondo. Ferran Plana Oltra (Arenys de Mar, 13/03/1995) dice adiós, a sus 25 años, al fútbol sala. Una lesión en su tobillo izquierdo ha truncado demasiado temprano una prometedora carrera que inició en las categorías inferiores del Barcelona y que ha culminado en lo más alto, en la Primera División, defendiendo durante casi cuatro años la camiseta del Ribera Navarra. Ahora, desde su ciudad natal, inicia una nueva vida, con el fútbol sala en mente y su intención de formarse para llegar a entrenar algún día.

¿Cómo ha vivido el fin de semana, tras conocerse la noticia, con tantos mensajes de cariño?

-Ha sido todo muy emotivo. No me esperaba para nada tener cientos de mensajes de este calibre y tan bonitos. Me ha emocionado ver que me he ganado el respeto de mucha gente y que soy muy querido en todas partes. Esto hace que me dé cuenta de que ha valido la pena. Que en el fútbol sala ya he ganado. Me siento muy orgulloso al leer todos los mensajes, con alguno hasta se me cae la lagrimilla, y estoy intentando contestar a todos.

¿Cuándo tomó la decisión de dejar el fútbol sala?

-Tomarla como tal no lo he hecho. Al final, no tenía otra opción. No había alternativa. Cuando salgo de la operación y me dicen que no hay ni rastro del cartílago, ahí ya veo que la cosa se me complica. En un principio me quité una muleta y más tarde la otra. En ese momento ya vi que no podía ni correr, era imposible. Así que, en mi interior, hacia diciembre más o menos, ya lo sabía.

Ha sido un año duro, ¿verdad?

-Muy duro. Primero porque al equipo le estaba costando y las cosas no iban como esperábamos. Y segundo, porque era duro estar en la sala con el fisio, ver que llegaban compañeros lesionados, regresaban a la pista, y yo me quedaba allí. Pero de todo se aprende y lo que no te mata te hace más fuerte. Así que ahora intentado aprender lo máximo de esta lección de vida que me está tocando y mirando al futuro, que seguro esperan cosas muy bonitas y lucharemos por ellas.

¿Cómo ha caído todo esto entre sus compañeros de equipo?

-El viernes hicimos la despedida y fue un poco dramático todo, como son todas las despedidas. Nos tenemos mucho cariño. Algunos hemos compartido muchos años juntos y ya no sólo tenemos esa relación de compañeros de equipo, sino que somos amigos. Al final con pena, por ver cómo un compañero de profesión y amigo tiene que dejar lo que le gusta. Las lesiones son la cruz del deporte y para ellos también es duro.

Salió de La Masía, de las filas del Barcelona B, y con 21 años recaló en Tudela. ¿Con qué se queda tanto a nivel deportivo como personal?

-A nivel deportivo me siento un privilegiado. Con diez años entré en el mejor club del mundo, el FC Barcelona, y pude estar once años allí. Con 17 fui a La Masía y hay muy poca gente que pueda decir que ha estado allí de residente. Más tarde vine a Tudela y he estado cuatro años, tres al margen de la lesión, jugando en Primera División, que es el sueño de cualquier niño que empieza en el fútbol sala. Me quedo con todo esto. Con que muchos de los sueños que tenía de pequeño los he podido cumplir y, por esta parte, me siento un privilegiado. En cuanto a nivel personal, me quedo con toda la gente que he conocido gracias al fútbol sala, desde que empecé siendo un niño. Gente buenísima y encantadora. Me quedo con eso y con todos los mensajes que estoy recibiendo.

Y se lleva también un trozo de Navarra, de Tudela. Una ciudad que le ha adoptado.

-Así es. Han sido casi cuatro años en Tudela y me han tratado como a uno más. Como un ribero y un tudelano más. Les debo muchísimo a esta ciudad y a toda la gente que reside en ella, porque me han ayudado en todo, tanto a mí como a mi familia, y estaré eternamente agradecido. Considero Tudela mi segunda casa y cuando tienes una casa hay que ir de vez en cuando de visita. (se ríe).

Habla de su familia. ¿Cómo están viviendo ellos todo esto?

-Es duro, porque te ven sufriendo y ellos sufren casi más que tú. Pero me han ayudado en todo. Cuando publiqué el vídeo el sábado estaba con mis padres, mis hermanos, sus respectivas parejas, mi sobrino y mis tíos abuelos. Ellos lo sabían, claro, pero no habían visto el vídeo. Aproveché entonces para hacerlo oficial y verlo con ellos, porque sabía que iba a ser complicado y quería tenerlos cerca.

Ya ha dicho que quiere seguir vinculado al fútbol sala. ¿Cuáles son sus planes de futuro a partir de ahora?

-Me encantaría seguir ligado a este deporte. De hecho, ya estoy inscrito en verano para sacarme el Nivel 1 de entrenador. Me gustaría empezar por ahí. Siempre he dicho que me encantaría ser entrenador, porque creo que tengo madera para poder hacerlo. Después ya se verá. La idea es acabar estudios y formarme todo lo posible en este ámbito de entrenador, para seguir así en la pis ta. Tantos buenos momentos tienen que seguir de alguna manera, primero como jugador y espero que más tarde como entrenador.

"Les debo mucho a Tudela y a su gente. Me han ayudado en todo y les estaré eternamente agradecido?