Enésimo rifirrafe público entre Rubiales y Tebas, entre la RFEF y la Liga, esta vez a cuento de los horarios de los partidos y el calor. Un nuevo frente abierto -que se une al del partidito en EEUU- en la guerra infantiloide que se llevan los dos, a los que ya solo les falta llamarse el uno al otro “idioto” o “imbecilúpedo”, o replicarse “y tú chorrotropecientos trillones de veces más”, o “rebota, rebota y en tu culo explota”. Si no fuera porque son los máximos responsables del deporte más importante de este país sería para reírse. No sabemos quién va a poder poner orden entre ambos -lo suyo sería el Consejo Superior de Deportes, pero quizás fuera más conveniente alguien con experiencia con párvulos- ni en que puede acabar esta bronca permanente de niños malcriados. Pero habrá que buscar una solución antes de que en su forcejeo acaben rompiendo algo valioso. Y sin descartar unos azotes en el trasero, o dejarles sin postre, o similar.