Hoy, por nuestra vocación de servicio público, unos consejos básicos a quienes les ha tocado convivir con forofos de la NBA, esa cosa baloncestística de partidos interminables que empiezan ya de madrugada y acaban cuando canta el gallo. Fundamental, por interés propio, comprarles unos auriculares y prohibirles festejar ruidosamente triples o mates. Con la nevera, aunque el cuerpo pide ponerle un candado, es mejor lo contrario: dar facilidades, con todo muy a la vista, para evitar estropicios y estruendos nocturnos. Conveniente, también, la ventana abierta, porque, no sabemos bien porqué, tienden a quitarse zapatos o deportivas según transcurre el encuentro. Además, por supuesto, no contar con ellos para nada serio el día siguiente hasta las 12 o 13 horas. Y dejamos lo más importante para el final: jamás hay que preguntarles por el partido, que los muy cab... son capaces de hablar dos horas de él como si hubieran tomado notas.