pamplona - Natalia Astráin cumple su segunda temporada como directora técnica del fútbol femenino del Rise SC Houston. Mañana estará en Pamplona para desgranar en una mesa redonda su visión del fútbol femenino desde su experiencia como entrenadora, invitada por la Federación Navarra de Fútbol. La cita, a partir de las 19.30 horas, en la biblioteca de Ciencias de la Universidad de Navarra, después de la charla del seleccionador femenino absoluto, Jorge Vilda, y la seleccionadora sub-17, Toña Is (18.30 horas). Posteriormente será homenajeada por el Comité de entrenadores junto a las otras 23 chicas que han obtenido alguno de lo títulos de entrenadora en la Federación Navarra.

¿Cuál es el papel de la mujer como entrenadora en el fútbol?

-Es un camino complicado, bastante duro. La mentalidad de la gente se está abriendo para aceptar que la mujer puede jugar a fútbol, pero el camino de la entrenadora de fútbol sigue siendo muy difícil. De hecho, los dos casos más llamativos acaban de ser el de Milagros Martínez, que entrenó al Albacete, se ha tenido que ir a entrenar a Japón y otra entrenadora ha ido al fútbol inglés. Que hoy en día una mujer pueda entrenar en España a primer nivel es muy complicado. De hecho, en Primera División femenina sólo hay dos equipos que están siendo entrenados por mujeres. Todo está mejorando para las jugadoras, para que sean profesionales, para que vaya más gente a los estadios, como ocurrió la semana pasada en San Mamés, pero esto está moviendo más dinero y el dinero llama también a entrenadores que antes no hacían caso al fútbol femenino y ahora se convierte en algo más apetecible o más interesante la situación de poder entrenar a equipos de chicas.

Obtuvo el primer nivel de entrenadora en 1996, hace 23 años. ¿Cómo recuerda esos inicios?

-Si ahora es difícil y hay pocas chicas que entrenen, imagínate hace unos años. Los inicios fueron muy duros. Siempre rodeada de chicos en los cursos, de los que algunos no estaban de acuerdo con que tú estuvieras y otros que sí que te ayudaban. Siempre he tenido la suerte de tener cerca a gente y entrenadores que me han ayudado, pero también ha habido otros que no lo han hecho. Y he tenido que pelear con muchos cavernícolas, por decirlo de alguna forma. Realmente cuando yo empecé pensé que todo podía evolucionar más rápido en cuanto a entrenadoras. La verdad es que estoy muy contenta con el impulso que ha cogido el fútbol y gratamente sorprendida de cómo está evolucionando el fútbol para las jugadoras, por fin. Pero en cuanto a las mujeres entrenadoras sinceramente pensaba que iba a ir algo mejor, pero está siendo muy lento. Recuerdo los inicios muy duros, muy complicados, siempre teniendo que demostrar el doble como mujer y como entrenadora. Se te juzga el doble. Si haces algo mal, es porque eres mujer y no sabes de fútbol. En cambio, si falla un compañero hombre es porque ha fallado hoy en concreto, o no sabe de entrenador. Tus fallos están justificados porque eres mujer.

¿Esas dificultades que ha tenido que superar le han hecho más fuerte?

-Por supuesto. Siempre digo que a las mujeres que nos gusta el fútbol nos gusta de verdad. Hay dos opciones, o derrumbarte y decir “no puedo más” o seguir hacia delante y hacerte más fuerte. Al final, es tu sueño y nadie va a luchar por él. O lo haces tú o lo haces tú. Nadie te va a ayudar, y en este mundo del fútbol no es que no te ayuden, sino que te ponen muchos impedimentos. Me he hecho más fuerte y me ha servido también para mi vida, para las decisiones que he tenido que tomar. Todo es una experiencia vital, todo lo que pasa en tu vida es un aprendizaje, me lo tomo así, y con eso trato luego de manejar las situaciones tanto en el lado profesional como en el ámbito personal.

¿Llegó a pensar en tirar la toalla?

-En muchos momentos lo más fácil hubiera sido tirar la toalla, sobre todo cuando tenemos en cuenta las opiniones de los demás. Pero tu vida es tu vida y, o luchas tú por tus sueños, o no va a luchar nadie por ellos. Por ejemplo, cuando acabas en un club, es un momento difícil y necesitas ese período de duelo en el que te autocuestionas qué has hecho mal, qué has hecho bien... Y te hacen pensar muchas veces que realmente es un problema ser una mujer entrenadora. Pero al final, como dice Iñaki Artola, que fue mi primer entrenador, tenemos un veneno dentro de las venas que es imposible quitar y vuelves a resurgir. Esa pasión por el fútbol vuelve a aparecer y tienes de nuevo la ilusión y ganas de seguir entrenando después de haberte chocado con un montón de muros. Podríamos decir que al final, llena de cicatrices, pero contenta de seguir luchando por lo que quiero.

¿Se está encorsetando la figura de entrenadora al fútbol femenino?

-Sí. A la mujer entrenadora se le adjudican equipos femeninos. Yo tuve la suerte de entrenar en la Escuela del Barça, y en el Europa, en Cataluña, fútbol masculino, y nunca he tenido ningún problema. Me encanta entrenar tanto a chicos como a chicas. Lo curioso es que se encorseta y se piensa que sólo servimos para eso, pero ahora también está más complicado porque muchos entrenadores miran con interés entrenar fútbol femenino, cuando hace unos años esto estaba denostado, o no bien visto.

¿Qué falta para que los clubes apuesten por entrenadoras?

-Más que lo que falta, para mí lo que sobra es esa teoría sociológica del techo de cristal. Lamentablemente sigue existiendo, es algo invisible, pero patente y físico, porque existe. Es ese tope que se marca y que tenemos todas las mujeres que desarrollamos un puesto de liderazgo. Llega un momento en el que no puedes avanzar, pero no es por ti, ni por tu currículum o tu experiencia, sino porque esos puestos de liderazgo máximo sólo son otorgados a hombres. Creo que hace falta que haya más mujeres en puestos directivos, en puestos de liderazgo, y que ellas sean las que puedan tomar la decisión de apostar por mujeres. Y también un cambio de mentalidad a nivel social, para entender que los deportes y el fútbol no tienen género. No por ser hombre o mujer vas a saber más o menos sobre algo. Siempre he defendido que cada uno tiene unas dones, unas cualidades, uno es ingeniero, carpintero, arquitecto... pero estoy segura de que la genética no condiciona que seas más habilidoso en una cosa que en otra. Simplemente tu experiencia, tu trabajo, tu ilusión, tus ganas de aprender... Y en este caso si eres mujer y te gusta el fútbol, y dedicas toda tu vida a ello, por qué no puedes ser entrenadora en un club masculino o femenino, qué más da.

¿Hacia dónde intuye que evolucionará el fútbol femenino y el papel de las entrenadoras en los próximos años?

-El futuro no sé cómo será. Yo pensaba que la evolución iba a ser un poco más rápida. Sí que estoy contenta de toda la evolución de las jugadoras en el fútbol femenino. Con las árbitras también se está impulsando el tema y en Primera División ya son todo mujeres las que arbitran y yo creo que el siguiente paso serán las entrenadoras. Queda el paso de darles la oportunidad. Muchos dicen ¿por qué se les va a dar la oportunidad, sólo por ser mujer? No, no... El tema es que sólo por el hecho de ser mujer no se nos da la oportunidad. Luego se quejan cuando reivindicamos esa oportunidad, pero no se quejan cuando no nos la dan por el mismo motivo. Creo que hay bastante demagogia o hipocresía en este mundo. No vamos a dar una oportunidad por ser mujer, pero tampoco a quitarla. Tenemos que llegar a unas políticas de igualdad, o mejor dicho, de equidad, que es una palabra que me gusta más y que consiste en dar a cada uno lo que necesita. En este momento las entrenadoras de fútbol necesitamos un poco más de ayuda para llegar a una situación normalizada.

¿Cómo valora su experiencia en EEUU?

-Está siendo brutal a todos los niveles. Está suponiendo estar fuera de la zona de confort cada día, viviendo experiencias increíbles, buenas y malas, y esto enriquece mi experiencia y mi aprendizaje. Todo es nuevo y diferente, empezando por el idioma, porque llegas con un nivel de inglés, pero en Texas el inglés es como el español en Andalucía, que a veces cuesta entenderlo, porque su acento es complicado. Esto es un aprendizaje duro, pero satisfactorio. La forma de organización a nivel de la Federación es totalmente diferente y eso también supone un aprendizaje muy grato. Y como entrenadora, el papel de la mujer entrenadora está mucho más reconocido en EEUU, se ve como algo normal y se aprecia y se valora. Sí que hay dificultades, por supuesto, y en los clubes de soccer hay entrenadores y directivos, pero tengo la suerte de ser la única directora de club en Texas. Ningún club tiene directora de fútbol femenino y tengo la suerte de ser la directora del área del fútbol femenino en mi club. Creo que estoy donde tengo que estar. Siempre rompiendo barreras, peleando, pero muy contenta y muy agradecida con este homenaje de la Federación. Que a veces parece que esto se hace cuando estás acabando una trayectoria, pero no es mi caso. Yo tengo muchas ganas de seguir peleando y voy a seguir dando guerra por conseguir mis sueños y aquí tengo muchas ilusiones y nuevos proyectos. Lo siento por los que no les gusta esto, pero hay Natalia Astráin para rato.