pamplona - El Cantolagua logró el sábado en la Txantrea su primera victoria a domicilio (2-3). Los goles, de Arcelus. Marca de la casa.

¿Desde cuándo no anotaba tres goles?

-Pues ya ni me acuerdo. Pero me supieron a gloria. Fue un partido muy duro en la Txantrea, físicamente estábamos mermados, y con el 1-2 nos empataron. Ya pensábamos en mantener el resultado porque un punto fuera de casa era bueno, pero sabíamos que una última oportunidad íbamos a tener. Me cayó a mí y entró. Fue el tercero. No sabía ni con quién celebrarlo. Quería ir a la grada, que estaba mi padre, quería abrazar a los compañeros, quería ir al banquillo con el resto? No lo esperábamos. No habíamos ganado fuera de casa ningún partido. Fue un subidón.

¿Qué le dijeron en el vestuario?

-Parecía que habíamos ganado algo. Los compañeros me llaman el abuelo y ya te puedes imaginar el vacile con los goles. Viene bien para disfrutar, pero hay que estar tranquilos porque hemos dado un pequeño paso pero aún la permanencia no está conseguida.

Tienen 36 puntos. La permanencia no puede estar muy lejos.

-Siempre estás pendiente de lo que hagan Izarra y Tudelano. Pero en casa competimos más, tenemos un plus y vamos a intentar sumar el jueves la cuarta victoria seguida.

¿Están en el mejor momento de la temporada?

-La verdad es que Iñaki Descarga nos ha dado un punto más de intensidad y de confianza. Ha sido una temporada dura. Nos costaba ganar, hemos empatado mucho, pero en las últimas jornadas hemos encadenado tres victorias seguidas. Y eso que nos faltaba gente importante. Sin embargo, los juveniles que han subido han respondido muy bien a pesar de que no estamos en una situación cómoda.

En una situación complicada, la veteranía es un grado.

-He tenido temporadas cómodas y otras de sufrir hasta el final. Lo bueno del fútbol es que por muy mal que vayas, en siete días tenemos otra oportunidad. Hay que seguir trabajando. No puedes dejar de intentarlo. Trato de animar a los compañeros siempre, porque creo que siempre hay recompensa. Y si algo no sale, si lo das todo nadie te va a poder decir nada. Los entrenadores quieren que sea el que transmita la confianza en el campo y tire anímicamente del equipo. A mí me sale así.

Los 12 goles que lleva indican que hay Arcelus para rato.

-Los compañeros se ríen porque el viejo del equipo marca los goles. Momentos como el último partido son golpes anímicos que te animan a seguir. Físicamente estoy bien, aunque cada vez me cuesta más recuperar, y con la cría en casa no tienes tanto tiempo para ti como antes. Ahí tengo que agradecérselo a Marta, que me permite tener tiempo para el fútbol y ella asume el trabajo de casa. Yo animo al equipo, pero cuando las cosas no van bien, la que me anima es ella. Cuando he estado lesionado y no puedo jugar, me falta algo y me suele decir: ¿Cómo te voy a decir que dejes el fútbol? El fútbol me da más de lo que me quita.

¿Tendrá un balón de recuerdo?

-No lo sé. Sería un recuerdo bonito. No sé si me esperará alguna sorpresa en el vestuario. Hay un buen rollo y en lo bueno y en lo malo estamos todos juntos y unidos, que es lo importante.

¿Disfruta más del fútbol con el paso de los años?

-Sí. Sobre todo desde que hace dos años me operé del tobillo y no sabía cómo me iba a recuperar. Es sacrificado, pero si no disfrutara, me retiraría.