Harto de que le digan que el juego de su equipo aburre, Simeone ha reavivado el eterno debate en el fútbol: ”La gente viene a ver ganar a su equipo”. Y eso porque hay aficionados que valoran mucho más -y quizás, con injusticia- un buen ataque que una buena defensa. En Italia no hay polémica: cuando van ganando, gritan con entusiasmo “¡Catenaccio!” y disfrutan viendo a su equipo echarle el cerrojo a la portería. Pero en la Liga española solo se habla de esa manera de jugar con términos despectivos: echarse atrás, renunciar al ataque, encerrarse en el área, colgarse del larguero, aparcar el autobús delante de la portería, matar el partido... Como si ataque y defensa no formaran parte del mismo deporte. Como si a un equipo solo hubiera que medirlo por lo que hace con el balón y no tuviera valor alguno ese gran trabajo orquestal que es un buen dispositivo defensivo... Perder sí que es aburrido.