sábado por la mañana. Partido de Liga Nacional juvenil entre Oberena y Burladés. En la recta final del encuentro, una acción en el campo enciende los ánimos de una parte de la grada. Los comentarios son respondidos por los padres del otro equipo y se genera una discusión con cruce de comentarios entre aficiones. En ese momento, hay un jugador en el suelo cerca de la grada y un compañero del Burladés, que está de pie, a su lado, mira a la grada y dice en voz alta: “Los que estamos jugando somos nosotros. Vosotros no jugáis”. Ya sólo se escucharon aplausos de todos los asistentes.

Así lo recuerda al menos el entrenador del Burladés, Íñigo Igea. “Un chaval de 18 años tuvo más sentido común que los 30 o 40 padres que había en la grada. Yo no me enteré por qué se originó la bronca, no sé si fue un encontronazo entre el portero y el delantero o qué fue, porque yo estaba centrado en el partido. Al final, las cosas que pasan en el campo se tienen que quedar en el campo. Los padres están para animar”.

El jugador en cuestión no buscó ningún protagonismo, pero en el equipo están orgullosos de su actitud. “Estuvo bien. Fue un gesto bonito porque acabó con una bronca y arrancó el aplauso tanto de unos como de otros. Si pasa algo en el partido o si los chavales riñen, para eso estamos nosotros y están las normas”. El partido terminó 2-2 y con deportividad hasta el final.

Tanto Burladés como seguidores de Oberena presentes en el partido felicitaron a través de las redes sociales al chaval por su reacción. El técnico del Burladés también se llevó halagos por su labor de formación y el gesto fue aplaudido igualmente desde el mundo del arbitraje.

Íñigo Igea tiene 27 años y ya lleva diez entrenando, los dos últimos en el Liga Nacional, aunque ha estado como primer o segundo entrenador en varios equipos de la cantera del club. “No es habitual que en los partidos se metan los padres. Por lo menos a mí no me ha pasado”.