i les preguntan qué es el miedo seguro que tienen la respuesta en la punta de la lengua. Pero aunque sabemos lo que significa esa palabreja igual no sabemos explicarlo. Habría que poner algún ejemplo que seguro nos vendría al instante a nuestra cabeza.

Si alguno de nosotros o nosotras decimos que no tenemos miedo a nada yo no me lo acabo de creer. A las tormentas, a las arañas, a las agujas o simplemente a la vejez son algunos de los miedos que se pasean por cada persona tocándole la fibra de cuando en vez.

Quitando aquel personaje de los hermanos Grimm llamado Juan sin miedo todos los demás terrestres hemos tenido esa sensación poco agradable alguna vez. Sin ir más lejos en estos dos meses y sobre todo los primeros días el miedo se hizo muy popular en las miradas de la gente.

El propio mundo del fútbol demostró mucho miedo al comienzo y la cosa se intuía más que complicada para empezar a ver la luz. Recuerdo una carta de los jugadores del Eibar en los que declaraban su miedo a volver a jugar. También varios jugadores de todas las partes del mundo han publicado su miedo e incluso nos lo metían a todos sin ellos ni saberlo.

A pesar del respeto con el que se están haciendo las cosas, la raíz del miedo ha creado un arbolito que sigue floreciendo todavía.

Primero fueron los equipos profesionales y a día de hoy también muchos equipos amateurs los que ya están entrenando porque pronto volverán a competir… aunque sea contra el miedo. Miles de niños a su vez empiezan a llenar nuestras plazas, calles o frontones de nuevo con sus balones para entre todos meterle un balonazo a aquel arbolito y romperlo de raíz.

La vuelta de este fútbol hará que nuestros jóvenes y nuestros niños vayan eliminando esa sensación de angustia. Estamos todos en la obligación de respetar al máximo lo que está pasando pero también de empezar a quitar ese miedo a lo que pueda pasar. Que el respeto sea nuestra bandera y el fútbol empezará a meter goles aunque el portero sea el mismísimo Juan sin miedo.

El autor es técnico deportivo superior