Volvió el fútbol y con el paso de los meses lo hizo la afición. Los sábados y domingos por la tarde la vida de muchos aficionados navarros ha vuelto a la normalidad y pueden, en menor medida, disfrutar de aquello que la pandemia les había privado.

El jugador número 12, ese apoyo extra en los partidos, ha regresado. De hecho, nunca se fue. Con las gradas vacías, cualquier mínimo resquicio era válido para arropar a los suyos. Padres, amigos, conocidos y vecinos de los barrios o pueblos. Aficiones, como la del Cantolagua, que no entendieron de distancia y se recorrieron en carretera los 85 kilómetros que separan Sangüesa con Estella para arropar a sus jugadores a la llegada de los autobuses en el partido de Copa del Rey ante el Real Valladolid.

Afición Cantolagua

Afición Cantolagua

Así recibió la afición del Cantolagua a sus jugadores en el partido de Copa del Rey ante el Real Valladolid

Aficiones que no solo aparecen en los momentos grandes. Siempre han estado y, como han ido reconociendo los propios clubes, es su principal valor para subsistir. Un pilar fundamental. Un grupo de personas que no entienden de categoría y dan calor al fútbol del barro.

Coincidiendo con el debut de Xabi Mata como técnico del Txantrea, la afición azulona quiso alentar a sus jugadores para remontar el vuelo en este tramo final de la primera fase, y varias jornadas después, comienza a recoger los frutos.